Una humana para el rey romance Capítulo 31

Minesa descansaba su cabeza sobre el pecho de Aleckey, él sonría al sentir la suave respiración de su reina.

Después del beso, ambos decidieron tímidamente mirar las estrellas, pero Minesa se durmió y acomodó su cabeza en el pecho de Aleckey.

Y eso hizo que las esperanzas de Aleckey crecieran, el rey la amaba y sabía muy bien que debía continuar así, que su amor debía florecer.

Ya eran casi la media noche.

Aleckey tomó entre sus brazos el delicado cuerpo de su reina y camino rumbo a su alcoba.

La deposito delicadamente sobre la cama y la cubrió con las mantas.

Depositó un beso sobre su frente.

Y la dejó descansar.

Bajó a su despacho, necesitaba revisar algunos papeles y seguir buscando a Yanet.

Pero en vez de estar en paz en su despacho encontró a Leopoldo bebiendo en una copa vino y sentado frente a la ventana.

-¿Qué haces aquí? - susurró Aleckey entrando al despacho, camino hacia su silla.

-Necesito hablar contigo - Aleckey tomó asiento y Leopoldo depositó su vaso en el escritorio - ¿Cuándo encontrarás a Yanet?

-Es difícil Leopoldo, la hemos buscado en el norte, sur y en los bosques, pero nada. Es como si la tierra se la hubiera tragado - suspiró pesadamente. Era cierto, los días pasaban y la búsqueda no tenía frutos, no había pistas, ni nada. Yanet no aparecía.

¿Dónde estaba?

-Ella quiere matarnos - Leopoldo tomó su copa y dio otro sorbo de esté

-Lo sé

-¿Y Junior? Acaso él no puede ayudarnos. Es la culpa de él que esa loca quiera matarnos ¿lo recuerdas? - sus palabras tan frías atacaron el corazón de Junior quien escondido tras la puerta escuchaba la conversación.

-Mi culpa – susurró en voz baja

-No digas eso, ella solo está confundida - Aleckey intentaba estar en calma

-Hazlo por Minesa y mátala - Minesa. Su Minesa.

-¿Te preocupa Minesa? - Leopoldo miró a Aleckey con burla y luego su rostro cambió a uno serio

-Ella no merece a un tipo como tú

-¿Y a ti si?

-Sí y la voy a cuidar con mi vida – Leopoldo se paró de su asiento

-Ya lo veremos Leopoldo.

Y dando media vuelta Leopoldo salió del despacho azotando la puerta.

Camino con furia hacia su alcoba.

Y Junior lo observó en su escondite.

-Mi culpa - nuevamente susurró

(…)

Pasado

En medio del caos, una mujer gritaba de dolor.

-Ya falta poco mi niña, ya casi, se fuerte puja puja - la anciana siguió sosteniendo la mano de la mujer con fuerza

-Un poco más muchacha - Marit se encargaba de esperar para recibir al bebé

-Vamos tu puedes - la muchacha dio un gran grito, la luna iluminó fuertemente y el llanto de un bebé resonó en medio de la noche

-Mira mi niña, es hermoso. Un fuerte varón. Felicidades - Marit se acercó a la muchacha y dejó al bebé reposar al lado de su madre

-Mi bebé, mi pequeño ángel - lágrimas botaron de sus ojos, miraba con ternura y amor a su hijo. Contempló el rostro del bebé y la imagen de su amado se le vino a la mente.

-Deja que lo limpié ¿Si? - la muchacha asintió. Dejó que la mujer se llevará a su pequeño. Y suspiró. Dejó que sus ojos se cerrarán por un momento, pero cayó en un profundo sueño.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Una humana para el rey