"Aleckey"
"Aleckey"
"Bello durmiente"
"Despierta"
"Mi rey"
"Ven a mí"
"Ven a la oscuridad"
Susurros, escuchaba a la lejanía susurros.
Voces gélidas y apagadas, estaban llamándolo y él no podía responderles.
"Despierta bello durmiendo"
Aleckey nuevamente cayó en la oscuridad.
Horas más tarde abrió suavemente sus ojos, sintió que la luz lo cegaba, su cabeza palpitaba y un olor putrefacto inundo sus fosas nasales.
-Bello durmiente - Aleckey se sorprendió al escuchar aquella voz, una voz varonil, una voz conocida - al fin despiertas primito, ¿Qué tal dormiste?
Aleckey intento moverse, pero tenía todo su cuerpo amarrada a la camilla con cintas negras.
-Tú también lo eres y por eso te escondes detrás de toda oscuridad, te consumes poco a poco - Leopoldo soltó una carcajada, en toda la habitación aquella risa resonó. Una risa macabra y oscura.
-Patético - susurro Leopoldo mientras se acercaba a su primo, acerco su mano al cuello de Aleckey y la apretó fuertemente, Aleckey perdía el aire - No soy débil, yo soy fuerte y seré ante aquellos humanos un dios. Seré su todo y tu una simple escoria - soltó con brusquedad el cuello de Aleckey, retrocedió y soltó un suspiro.
Le dio una última mirada Aleckey y salió de la habitación sin decir ninguna palabra.
-Leopoldo - susurro Aleckey, se sentía confundido y débil. Nuevamente sintió que las voces lo llamaban, que la oscuridad lo aclamaba.
(...)
-Llamen al señor Leopoldo, la reina viene en camino - Susurro Amelia a los dos guardias que custodiaban su seguridad, ambos salieron rápidamente y Amelia miro a través de la ventana - Maldita - susurro llena de odio
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