Una humana para el rey romance Capítulo 58

Soltó un suspiro antes de levantar las manos dejando caer la espada en símbolo de rendición.

Jazmín le dio una mirada divertida y mientras mantenía su mano sosteniendo fuertemente la espada apuntando a Aleckey no pudo evitar soltar una carcajada.

-Madre baja la espada por favor - pidió Aleckey, ella asintió suavemente y bajó la espada

-Es la cuarta vez que te gano Aleckey - este asintió - acaso ¿Me estas dejando ganar?

-No madre - contestó Aleckey dándole una sonrisa a su madre, ella se acercó a él, acaricio su mejilla mientras le hablaba

-Me haces acordar a tu padre, meses después de nuestra boda yo tenía miedo. Mucho miedo. No de él, temía a perderlo, pero él siempre me hacía olvidar todo cuando me acurrucaba entre sus brazos. Aún recuerdo el día que nos enteramos de tu llegada. Él me abrazó y besó mi rostro muchas veces - bajo su mano lentamente y si una lágrima bajar por su mejilla - Lo extraño mucho

Aleckey pudo observar el dolor en el rostro de su madre.

-Una vez me dijo que una princesa o reina debía demostrar elegancia y delicadeza, pero también demostrar que tiene la valentía para enfrentar a sus enemigos sin perder su corona. Yo creía que se refería a una corona, pero se refería a una corona dando a entender su estatus, por eso me enseñó a utilizar la espada. Él fue mi esposo y también mi maestro - sintió el frío viento acariciar su rostro, como una suave caricia

-¿Él te enseñó a usar la espada? - pregunto Aleckey, ella asintió - Pero ¿acaso no tuvo miedo a que te lastimaras con la espada?

-Sí, todo el tiempo, pero él sabía muy bien que yo soy muy terca. Así que tuvo que enseñarme el mismo por 2 motivos. Uno sus celos, no quería que ningún hombre me toque o me observé - soltó una suave carcajada - y dos para protegerme de algún rasguño o corte que podía hacerme mientras utilizaba la espada

-Son unos motivos que todo hombre sentiría por su esposa, madre - habló Aleckey - yo haría lo mismo si Minesa desea aprender a utilizar la espada.

-Ella no es débil, es muy fuerte. Tienes una gran esposa y reina

-Lo sé - contestó con llenó de orgullo

-Es bueno que practiquemos y también que Minesa se una a nosotros. Recuerda hijo que a pesar de no haber recibido algún ataque estos dos meses no significa que todo haya acabado, ellos están preparándose y nosotros hacemos lo mismo - susurro Jazmín, Aleckey escuchaba a su madre atentamente y sintió nuevamente la preocupación. Había estado en paz por dos meses, sus hijos habían crecido un poco y pudo disfrutar de la cálida sonrisa de Minesa.

-Mi señor - Doroteo llegó a ellos, hizo reverencia y continuó hablando - Acaban de llegar - susurro

-Gracias por avisar, llévalos a mi despacho - Doroteo asintió y se retiró

-¿Estás seguro? - pregunto Jazmín, aunque no estaba segura de la decisión que Aleckey había tomado deseaba vengar la muerte de su amado Alexander y que por fin pudieran vivir en paz

-Sí, madre - susurró Aleckey - Vamos

Tomaron sus espadas y caminaron juntos hasta el despacho donde nuevos aliados esperaban al rey.

Mientras que Leopoldo miraba a su ejército, les daba una mirada fría y amarga.

-En dos días partiremos rumbo a mi reino, tomaré mi lugar como rey y todos se postrarán ante mí. No quiero piedad, olviden esa tontería no les va a servir de nada. Nos dividiremos en 3 grupos. Espero que no me decepcionen - todos al unísono gritaron

-¡Sí, mi señor! - este asintió, a su lado Yanet lo observaba con una sonrisa orgullosa y macabra.

Su triunfo pronto llegaría.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Una humana para el rey