Caminaba lentamente hacía su ventana, sus delicadas manos tocaron el frío vidrio, sus ojos buscaban con desesperación y sus mejillas enrojecían de frio.
Minesa había visto a su padre salir muy temprano de casa, pero no regresaba.
Él regresaba siempre cuando el sol se ocultaba y ahora las estrellas cubrían el cielo.
A lo lejos en el gran castillo, pedazos de vidrio estaban regados en el piso, la sangre ensuciaba las alfombras.
Los dos hombres estaban arrodillados frente al rey, Yated yacía cubierto de sangre y agitado.
A su lado Erthe miraba el piso, mientras rogaba que esto acabará.
-Mi rey no lastimé a Yated, él cometió un grave error, pero ya pidió perdón - Erthe pidió en susurro atemorizado ante la mirada del rey
El eco de la carcajada del rey hizo que ambos hombres temblaran de miedo.
-Mentirle al rey es un grave delito, así que morirá - el llanto de Yated alarmó a Erthe
-Mi rey - Erthe intento hablar, pero el sonido de una copa siendo lanzada al piso lo hizo callar
-Erthe, Erthe, Erthe - se acercó al hombre a paso lento - ¿por qué eres bueno con este tipo?, si fue él quien dijo eso de ti. Te llamó ladrón y todavía así lo quieres salvar, eso es patético
Agarró con fuerza el mentón de Erthe, ambos se miraron.
-No es patético, mi rey – pronuncio Erthe con valentía
-¿Estás seguro? – contraataco Aleckey enojado, pero su pregunta fue evadida
-Perdónele la vida – aclamo Erthe
-¿A cambio de qué? - preguntó el rey dándole una mirada desesperada a Erthe
-A cambio de mi vida - Yated levantó la mirada y la posó en Erthe.
-Er...- Erthe miró a Yated - ¡No lo hagas!
-Tu vida no me importa, no soy un asesino. Quiero casarme con tu hija - Erthe miró con odio al rey – su mano a cambio de la libertad de Yated
El rey se paró y camino nuevamente a su trono.
-Tienes dos días para decidir ¿Qué claro? – Erthe guardo silencio, el rey hizo unas señas y los guardias agarraron a Yated a quién arrastraron
Un guardia se acercó a Erthe y del brazo lo sacó de ahí.
Era despreciable.
Sus ojos se posaron en la silueta de su hija, ella yacía durmiendo acurrucada entre las mantas mientras leves suspiros brotaban de sus labios.
-Llegas tarde Erthe - Dukak salió detrás de Erthe - ella te espero mucho tiempo, se puso a llorar al pensar que nunca más te volvería a ver.
-Tuve un problema – Dukak tocó el hombro de Erthe suavemente.
-¿Problema? – cuestiono la mujer
-Yated va a ser condenado por mentirle al rey, y me dieron la oportunidad de salvarlo.
-Oportunidad ¿Cuál?
-Quiere casarse con Minesa - una lágrima resbaló por sus mejillas
-¿Y tú que has decidido? - preguntó Dukak
-Aún no lo sé, ella es mi hija. Mi prioridad, pero… - se detuvo asustado
-No te hará menos ni más tu decisión, Minesa es tu hija, aquello es entendible – pronuncio Dukak tratando de reconfortar el corazón de Erthe quien era invadido por pensamientos de culpa
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