Una noche inesperada, un plan de venganza romance Capítulo 6

No fue hasta la mañana siguiente que Hugo finalmente recobró la conciencia. Sus ojos de ébano recorrieron su entorno, dándose cuenta al instante de dónde estaba. Parecía que había logrado escapar del peligro. Apoyándose en las palmas de las manos, trató de incorporarse. El movimiento tiró de sus suturas y el dolor le hizo soltar un gruñido.

Desde su posición al lado de la cama, Natalia se sobresaltó al oír el ruido. Cuando levantó la cabeza, se encontró con su fría mirada. Sorprendida al ver que le devolvía la mirada, tardó unos segundos en decir:

-Eh... ¡estás despierta!

Los rasgos de la mujer eran delicados y hermosos. Habría sido increíblemente bonita si no fuera por sus labios pálidos y las oscuras bolsas bajo los ojos. Era evidente que había permanecido junto a su cama toda la noche. También había algunas manchas de óxido en su blusa blanca que parecían sangre seca.

En ese momento, recuerdos dispersos de la noche anterior pasaron por la mente de Hugo. Parece que esta mujer me ha rescatado. Después de un rato, habló en voz baja: -¿Qué quieres a cambio de salvarme? -No tienes que contenerte.

Natalia se quedó paralizada por la sorpresa. Unos segundos después, algo en su cerebro hizo clic y se apresuró a explicar:

—No, no fui yo.

No pensó que él tuviera un malentendido tan grande sobre lo que había pasado anoche. Sin embargo, se negó a huir de esto. Si no le decía la verdad, él nunca la perdonaría si se enteraba más tarde. «No voy a ocultar esto».

-Anoche, fui yo quien te golpeó sin querer con mi coche...

Con eso, ella le contó todo lo que pasó anoche, sin dejar nada fuera. Sinceramente, le preocupaba que él se pusiera furioso con ella. Pero para su asombro, su expresión permaneció en blanco y sin emoción. La mirada de sus ojos también era insondable.

Por alguna extraña razón, no parecía importarle en absoluto que ella le hubiera atropellado con su coche. De hecho, ¡parecía incluso un poco aliviado de que todo hubiera ocurrido! Aunque no pudo entender su actitud, decidió que lo mejor era plantear primero el tema de la compensación.

—Señor, aún no he hecho la denuncia a la policía, ya que esperaba resolver este asunto con usted en privado. ¿Cuánto quiere que le pague por esto?

La verdadera razón por la que no había llamado a la policía era porque le preocupaba que las cosas se eternizaran. Pensaba irse pronto de Ciudad Alvear y no quería que este incidente retrasara su plan. Para su sorpresa, Hugo respondió cansado con su voz de barítono:

-No hay necesidad de eso.

«¿Este tipo es de verdad? ¿O le he pegado tan fuerte que ahora es incapaz de pensar con claridad?»

—Mamá también los echa de menos a las dos. -A Natalia se le llenaron los ojos de lágrimas. Era la primera vez que se separaba de sus bebés durante tanto tiempo.

Todo sucedió tan rápido anoche que no había podido tranquilizar a sus queridos antes. Pronto colgó el teléfono, pero se sintió mucho mejor después de esa llamada. Cuando regresó a la habitación del hombre, la cama estaba evidentemente vacía. Un vistazo al cuarto de baño tampoco mostró señales de él.

Se apresuró a la estación de enfermería y preguntó con urgencia:

-Hola, ¿puedo preguntar dónde está el paciente de la habitación 808?

-Oh... Ese hombre ya ha recibido el alta del hospital. -La enfermera respondió sin siquiera comprobar el registro.

Hugo era demasiado guapo para que las enfermeras no se acordaran de él.

«¿Se dio de alta él mismo?»

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