VENDIDA (COMPLETA) romance Capítulo 65

NARRA ERICK

 

Todavía seguía contento, ¿y cómo no estarlo? Si siempre quise formar una familia con Raquel y ahora por fin eso estaba haciéndose realidad; y aunque por lo momento no estemos juntos, como me gustaría, sé que más pronto que tarde lo estaremos.

 

...

 

Me encontraba ahora en la empresa, era martes y desde hace una media hora estaba en una reunión con mis padres y con algunos ejecutivos importantes de la empresa; pero no lograba concentrarme, en mi cabeza solo había espacio para pensar en Raquel y en nada más.

 

Xx: ¿Está de acuerdo, señor Erick? —habló Roberto, el contador, haciéndome salir de mis pensamientos.

 

—¿Ah? ¿De acuerdo con qué? —hablé desconcertado, y arqueé una ceja.

 

Xx: Con la idea de crear una guardería dentro de la empresa para que aquellas madres que trabajen aquí puedan llevar a sus niños y trabajar sin preocupaciones de con quién dejarlos.

 

—Eh sí, por supuesto que lo estoy —respondí de inmediato.

 

Daysi: Erick, cariño, ¿todo bien? —murmuró mi madre quien estaba sentada a mi lado.

 

—Sí, todo bien —le sonreí para que no se preocupara.

 

Seguimos con la reunión, minutos después, la dimos por terminada y todos nos levantamos de nuestros asientos para seguir con nuestro trabajo, pero la voz de mi madre hizo que no saliera con el resto.

 

Daysi: Cariño, ¿podemos hablar un minuto? —me preguntó ella poniéndose de pie.

 

—Si, claro mamá, pero vayamos a mí oficina

 

Ella asintió y cuando salimos del salón de juntas caminamos hasta mi oficina, y antes de entrar le dejé dicho a Alondra que estaría ocupado, que no me pasará ninguna llamada ni nada.

 

—Dime madre —hablé en cuanto entramos a la oficina, y camine hasta mi escritorio. —¿De qué querías hablar conmigo? —pregunté mientras tomaba asiento en la silla de mi escritorio frente a ella.

 

Daysi: De ti cariño. —Habló mientras tomaba asiento. —Te note demasiado pensativo en la reunión y por lo usual nunca estás así, ¿ocurre algo que no sepa? —levantó una ceja.

 

—No mamá, no ocurre nada, o bueno si. —hablé y suspiré profundo.

 

Daysi: Si quieres, puedes contarme.

 

—Es sobre Raquel, ella está embarazada mamá, tendremos un hijo —hablé con una sonrisa de lado.

 

Daysi: ¿Cómo? —ella abrió sus ojos, claramente sorprendida. —¿De verdad hijo?

 

—Si mamá, es verdad. —hablé sin quitar la sonrisa de mi rostro. —Está embarazada, y tiene a penas cinco semanas.

 

Mi madre no dijo nada, solo se levantó de su asiento y camino hasta a mí, yo también me levanté y ella me dio un abrazo.

 

Daysi: Felicidades hijo —murmuró, todavía abrazándome. —Me siento muy orgullosa de ti, y feliz también al saber que seré abuela otra vez —habló separando se de mí, y me miró con una dulce sonrisa.

 

—Gracias mamá, y lo sé —dije sonriendo también.

 

Daysi: Cuando tu padre se entere se pondrá contento, todos en la familia se pondrán contentos. —hablo recalcando la palabra todos

 

—Si, de eso no tengo dudas

 

Daysi: ¿Y qué piensan hacer tú y Raquel? —preguntó. —¿Piensan volver cariño? Eso sería lo ideal, ustedes dos se aman, de eso no tengo dudas y lo mejor para ese bebé que viene en camino es nacer con sus padres juntos, no separados.

 

—Tienes toda la razón, por eso lo estuve pensando desde anoche y... —hablé, e hice una pausa para luego seguir hablando. —Quiero pedirle que se case conmigo.

 

Daysi: ¿Estás seguro de eso? —preguntó arqueando una ceja.

 

—Sí, totalmente seguro madre —hablé seguro de mis palabras, y con una sonrisa en mi rostro.

 

 

[×××]

 

NARRA RAQUEL.

 

Desperté temprano, alrededor de las ocho de la mañana; me estire en la cama y me levanté de la misma luego, pase al baño donde hice mi rutina diaria y me di una corta ducha para quitar la flojera que traía encima.

 

Termine de bañarme, con una toalla limpia seque mi cuerpo y después la enrolle a mí cuerpo desnudo para salir a la habitación, ahí me vestí con lo primero que saque del closet y luego salí del cuarto directo a la cocina.

 

Joel todavía no se despertaba; preparé el desayuno, hice arepas para él y para mí, cuando se hicieron las rellene con queso blanco y metí la de Joel en el microondas.

 

Me senté en la pequeña mesa para cuatro que había en la cocina con mi desayuno y un vaso de jugo, y comencé a comer.

 

Joel: ¡Buen día! —habló el ruloso entrando a la cocina.

 

De inmediato se dirigió a la nevera y buscó algo que comer o tomar, hasta que sacó la leche.

 

—Buen día —hablé después que trague mi comida. —Tú comida está en el microondas —le indique.

 

Joel: Oh, gracias —hablo destapando la leche, y bebió desde el envase, cosa que solía hacer con frecuencia.

 

—¿No crees que es mejor beber desde un vaso? —le pregunté sin quitar mi mirada de el.

 

Joel: No —hablo cerrando la leche, luego la guardo en su lugar y fue por su desayuno. —Así se le pierde el sabor —río mientras sacaba el plato del microondas, luego camino hacia mí y se sentó al frente mío

 

—¡Claro que no! Sabe incluso mejor si bebes desde un vaso, créeme

 

Joel: Como sea —habló, y le dio una gran mordida a su arepa. —Lo estuve pensando, y no iré a casa de Jimena —habló cambiando el tema después que trago.

 

—¿Ah no? —fruncí mi ceño.

 

Joel: No —habló sonriendo. —O sea, si le pediré disculpas, pero de una forma especial, que sé que le encantará.

 

—¿Cómo? —pregunté arqueando una ceja.

 

Joel: Le pediré matrimonio —habló como si fuera algo normal, y le dio otro mordisco a su arepa.

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