Adiós, Mi Amor romance Capítulo 8

Mariana agarró con fuerza el cuello de Teresa, empujándola contra la pared, mirándola con unos ojos que parecían querer perforar su cara.

Teresa nunca se imaginó que Mariana se atrevería a ponerle una mano encima, quedó inmovilizada y gritó con furia: "¡Mariana!, ¿te atreves a tocarme? ¡Miguel no te va a dejar en paz!".

Ella soltó una carcajada: "Me da igual. Da igual si Miguel me perdona o no, de todas formas ya estoy a punto de morir. Antes de palmarla, me llevaré a alguien conmigo, así no estaré sola en el camino al más allá".

"¡Para ya! ¿Estás loca o qué?".

"Soy una persona a punto de morir, volverme loca una vez no es nada. Teresa, aunque te estrangule hoy hasta la muerte, al final solo me ejecutarían, de todos modos voy a morir, al menos así sufriré menos. Te debo una por darme esta oportunidad".

El terror se apoderó de la mirada de Teresa y luchó con todas sus fuerzas: "¿Y tu hijo? ¿No te importa? ¡Si te atreves a lastimarme aunque sea un poco, tu hijo también morirá!".

"¡Entonces él te acompañará en tu entierro!".

"¡Mariana!, ¿qué estás haciendo?".

Justo en ese momento, una fuerza enorme la golpeó de repente, arrancándole las manos y lanzándola al frío suelo de cemento.

Era Miguel, había llegado.

Tomó a Teresa en sus brazos con ternura, estaba muy preocupado, y cuando la miró a Mariana, sus ojos estaban envenenados: "¿Buscas la muerte?".

¿Buscando la muerte?

Mariana se levantó tambaleándose, estaba cubierta de barro, con el brazo raspado y la sangre goteando de entre sus dedos.

La muerte la esperaba a la vuelta de la esquina, ¿tenía que buscarla?

"Miguel, tienes mal gusto". ¿Cómo pudo enamorarse de alguien como Teresa?

Miguel cargó a Teresa con un semblante implacable: "Sí, me cegué al enamorarme de ti, y por eso mi familia se arruinó y casi le pasa algo a Teresa".

"Miguel, te ordeno ahora que me acompañes a ver las estrellas cada noche durante estos siete días, si no lo haces, mejor cuida bien a tu querida Teresa".

Miguel negó con la cabeza: "¿Y si no lo hago?".

"Soy capaz de cualquier cosa, ¿podrás protegerla toda la vida? Siempre encontraré la oportunidad de mandarla al infierno. Si pude planear matar a tus padres hace cinco años, puedo matar a Teresa después de cinco años".

"¡Mariana!".

"Son solo siete días, después de estos siete días será su boda, ¿verdad? Una vez que pasen estos siete días, me divorciaré de ti y desapareceré por completo, solo quiero siete días".

Miguel frunció el ceño y la miró fijamente.

Mariana soltó una risa burlona y continuó: "Tranquilo, no te obligaré a dormir conmigo, solo acompáñame a ver las estrellas y ya".

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