Adiós, mi falso matrimonio romance Capítulo 2

La pregunta la tomó por sorpresa, pero sonrió.

-De verdad no quiero preguntar. Debes haber estado muriendo por conseguir este divorcio, y lo pude sentir.

Sofía ya estaba preparada para esto desde que se casaron. Sabía que sus días de casados estaban contados, pero llegó un poco más rápido de lo que había imaginado. No habían pasado ni dos meses desde el fallecimiento del Abuelo Cibeles y Leonardo ya estaba tramitando el divorcio.

Leonardo se sorprendió por su respuesta, pero sólo por un momento, luego resopló. La falta de explicación hizo que Sofía pensara que había dado en el blanco. Leonardo dio unas cuantas caladas más y apagó el resto de su cigarrillo en el cenicero. En lugar de continuar con el tema,

preguntó:

—¿Cuál es tu plan ahora?

Sofía reflexionó.

-¿Planes? Por ahora nada. Sólo quiero dar una vuelta para hacer turismo.

Estaba preocupada por lo que pasaría después del divorcio, pues todos se reirían de ella, sobre todo cuando la razón por la que se casó con él en primer lugar estaba arraigada en la superstición.

Estaba casada con la Familia Cibeles como seguro. El Abuelo Cibeles estaba decayendo, así que obligó a Leonardo a casarse con ella en un intento desesperado de atraer buena suerte y revertir su estado. Sofía recordó que Leonardo no estaba dispuesto a hacerlo, pero como estaba encadenado por su moral y sus lazos familiares, le era imposible rechazarlo de plano.

Leonardo se resignó a su posición y se casó con ella de mala gana. Un seguro humano era una superstición, por supuesto, y al final, lo único que hizo fue complacer al Abuelo Señor Cibeles, pero no ayudó con su condición. Sufrió mucho más de lo necesario, y al final, falleció de todos modos. No había pasado un año desde entonces, así que Sofía podía imaginar las burlas que tuvo que soportar.

«Esconderse es una buena idea». Miró su vaso de agua.

-Volveré en un par de meses para presentar mis respetos.

Leonardo lo pensó.

-Llama a Gerardo si necesitas algo. Él puede ayudarte. -Gerardo era el ayudante de Leonardo que llevaba mucho tiempo trabajando para él. Se encargaba de todos los asuntos relacionados con el trabajo de Leonardo y algún que otro asunto personal.

Sofía no rechazó su oferta.

—Porque eres rico. —Antes de que él pudiera decir nada, ella añadió-: Pero luego pensé que hay mucha gente más rica que tú.

Leonardo arqueó una ceja.

—¿Por eso aceptaste el divorcio de manera tan fácil?

A eso, Sofía sólo respondió con una sonrisa. La camarera volvió y recogió la comida. Después, tomó las cajas y se fue con Leonardo. Leonardo tenía que ir a otro sitio, así que llamó a un taxi para Sofía. Tras entrar en el taxi, a través de la ventanilla del auto, le preguntó: -¿Y tú?

-¿Qué conmigo? -Leonardo frunció el ceño.

—¿Por qué te casaste conmigo en primer lugar? — preguntó ella.

Él la miró con calma.

—Porque eres guapa. —Sin embargo, antes de que ella pudiera reírse, añadió—: Pero luego me di cuenta de que hay muchas mujeres más bonitas que tú.

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