Cuando la vi caer por las escaleras, me sentí culpable. Si tan solo no la hubiera llamado por su nombre, ella no hubiera caído por las escaleras. Corrí tras ella, bajé las escaleras muy rápido y la tomé en mis brazos para llevarla a urgencias. Estaba preocupado por lo que podía pasarle, pero cuando me informan que no había sucedido nada grave me calmo.
—Repitan los exámenes, si no fue nada grave, ¿por qué se desmayó de esa manera? Repitan los exámenes.
—Señor White, no es necesario. El golpe que ha recibido su esposa en la cabeza fue el causante de dejarla inconsciente, pero al hacer los exámenes no arrojan nada fuera de lo normal. Ella solamente necesita descansar y volver a casa, eso es todo. Ella está bien, se lo aseguro.
Su voz sonaba en serio, no parecía estar bromeando ni mintiendo. Así que, terminé aceptando su veredicto y fui con ella para cuidarla. Cuando despertó, me sentí miserable al ver que se ha dado cuenta del golpe que recibí de mi abuelo, pero no fue el golpe lo que me hizo sentir miserable, sino que el hecho de que ella se sentía atormentada por lo que hice. Esa sin duda será la cruz que llevaré de por vida.
El día de la presentación estaba ansioso por verla de nuevo. Mi abuelo se había encargado de prohibirme verla de nuevo hasta que solucionará el problema de Lily y según él, para qué me calmará por haberme dejado tentar por sus encantos. Algo que nunca pasó.
—Ellos serán los encargados de arreglar a Zoe, tu traje está ahí.
Señala hacia donde estaba mi traje, pero me concentro en ver los vestidos que ha encargado para Zoe y Mía.
—El rojo.
—¿Qué pasa con el rojo? Tu traje es negro, no me digas que querías uno rojo.
—No, abuelo. El rojo.
Señalo el vestido que estaba colgado.
—El rojo le quedará muy bien, resaltará su figura y su tono de piel. Ese es el vestido perfecto para ella.
Le explico a él y a los presentes sobre mi pensamiento con el vestido rojo. Tomo el traje que me ha encargado mi abuelo y estaba por irme a una habitación de invitados, puesto a que Zoe se encontraba en mi habitación.
—Espera, tenemos que hablar de algo importante. Vamos al despacho.
Lo sigo hasta el despacho que tenía en la mansión. Cierro la puerta cuando me lo pide y dejo el traje a un lado para no arrugarlo y tomo asiento frente a él.
—Zoe...
—Ella está bien.
—Entiendo.
—Ella descubrió algo muy interesante, algo sobre ti y Lily.
El que mencionará a Lily no me hace gracia y, por ende, terminé frunciendo el ceño, pero decido escucharlo con atención. Lo veo sacar un sobre de su escritorio y me lo entrega.
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