Alaia
Caminamos al auto y Ash va en silencio a mi lado hasta que recibe un mensaje y se entretiene, ella sube primero y yo la sigo, cuando el auto se pone en marcha veo a Nick y a su primo caminar a sus autos, lo único que tengo claro es que no me interesa en lo más mínimo hacer que Nick y su familia se beneficien de este contrato.
Entramos al edificio de la compañía y pido a Ignacio se reúna conmigo, haremos una videollamada con mi padre y los socios.
Nos sentamos en las sillas de sala de juntas de mi oficina en lo que logramos reunirlos a todos.
—Acabo de recibir la propuesta del ministro, nos informan que debemos trabajar con otra compañía —Darius es el primero en hablar.
—Así es —afirmo con la cabeza mientras los escucho discutir la propuesta, solo dos de ellos desean que el proyecto quede solo en nuestras manos, mientras que mi padre, Darius y los demás están de acuerdo en aceptar compartirlo, no tienen problema con ello.
—¿Tú qué piensas, hija? —mi padre cuestiona y los demás se quedan en silencio.
—Quiero que el proyecto sea nuestro papá, aún tenemos una alternativa, ellos podrían renunciar a él y sería nuestro en su totalidad —digo y los demás asienten.
—Será perfecto, háganlo, por ahora aceptaremos las condiciones actuales, enviaremos el contrato firmado por mensajería express, fírmalo cuando lo recibas y has lo pertinente —Darius habla y los demás muestran su apoyo.
—Así lo haré —digo y todos terminan la llamada, excepto mi padre, a quien ya extraño.
—Hija, ¿Cómo estás? Llamé a casa y pude ver a los niños —sonríe con calidez y asiento correspondiendo su sonrisa.
—Estoy bien, papá.
—¿Ashley, eres tú? —cuestiona curioso, cuando la ve pasar detrás de mí.
—Tiitooooo —dice alegre regresando para estar al alcance de la cámara.
—¿Por qué luces como Tino? —mi padre se acerca a la pantalla uniendo sus cejas y encuentro graciosas sus reacciones.
—Tío, luzco guapísima, ¿a que sí? Pero debes guardar el secreto, sabes lo que está haciendo mi padre.
—Diría qué guapísimo —dice y reímos —sí, hija, sé lo de tu padre y no estoy de acuerdo —mi padre hace un gesto de molestia —, lo que sea que estés haciendo lo apoyo, ya me hablaran de ello cuando vaya a verlos.
—Por eso te amo tiiiiitoooo —dice melosa y mi padre se ríe.
—Las amo, hablaremos después, salgan a comer, estoy seguro de que no lo han hecho.
—Lo haremos, también te amo, descansa papá —cortamos la llamada y me vuelvo a hacia Ash.
Ignacio se despide de nosotras y sale de la oficina.
Ash se acomoda en uno de los muebles y cruza sus piernas mientras me observa en silencio, me muevo en la oficina, iremos a almorzar a casa, el tiempo con mis hijos es muy valioso para mí.
Me giro para verla y la encuentro aun mirándome, estoy segura de que algo pasa.
—¿Y? —digo cruzando mis brazos y ella se acomoda mejor en el mueble.
—He estado pensando, pensando y pensando —mueve su mano en repetidas ocasiones— y dime lo que quieras, pero el guaperas que estaba en la reunión, el tal Garnett con cara de malo —muerdo mi labio y ella toma aire— es… Bueno mis cariñitos se parecen muchooo a él, joder que sí, ¿lo viste fruncir el ceño? —se pone de pie y camina de un lado a otro —pero entonces, me puse a pensar —ha pensado mucho hoy, mi hermosa prima—, ¿Qué posibilidad existe de que él sea el donante? No, no, no, no, la vida no puede ser tan jodia, no puede ser que aparezca justo al día siguiente de que tú y los niños llegan a esta ciudad, el destino sería muy hijo de puta —afirma aun caminando.
Tiene toda la razón, lo es, así que queriendo sacarla de todas sus dudas la tomo de los brazos para que se detenga y la miro.
—Es él, Ash, es el donante —digo y su rostro se descompone.
—QUE FUERTEEEEEEEEEEEE —reacciona unos segundos después y me toma de los hombros para no caer en el mueble, sin embargo, le ayudo a sentarse.
—¿Pero qué m****a Ali? ¿Cómo vas a trabajar con ese tipo? Querrá ver a los niños y…
—No, no querrá verlos, él piensa que los aborte, el y su abuelo pidieron que lo hiciera y les hice creer que lo hice —aclaro y Ash agranda los ojos.
Es el momento para contarle todo a mi prima, todo lo sucedido con él antes de mudarme a Madrid.
—¡Pero qué hijo de puta! —Ash busca una botella de agua cuando termino mi relato.
—Lo es, es un hijo de puta —afirmo.
—Y trabajarás con él —afirma mi prima enojada a lo que niego.
—No cariño, eso es lo que les haré creer, sin embargo, haré todo lo que esté en mis manos para sacarlos del medio, me quedaré con el proyecto y los millones de dólares que este significa —digo segura.
—Te apoyo —Ash confirma con la cabeza y la tomo de la mano para irnos a casa.
Nick
—Es un buen color para visitar a los muertos —Alaia dice y estoy más que seguro de que es ella y que sus palabras esconden algo más, mi mente recuerda su mirada, la cual es más fiera que antes, pero es ella. Estoy tratando de organizar mi mente, me descoloca que haya decidido aparecer después de estos años y que tendré que trabajar junto a ella, no puedo creer que esto esté sucediendo, hay demasiadas dudas en mi mente.
Envió un mensaje de texto rápidamente y camino para salir de aquí junto a Will quien ha tomado una llamada, es de alguna chica, por lo que logro escuchar.
—Nick.
Perfecto, lo que faltaba.
—¿Qué quieres? —cuestiono tocando el dorso de mi nariz.
—Los socios y yo recibimos el correo de Lander, hemos llegado a la conclusión de que no vamos a compartir el proyecto, debes deshacerte de esa compañía —mi abuelo entra y camina hacia mí.
—¿Por qué querrían hacerlo, ¿viste el contrato? Tiene los suficientes ceros para que todos estemos satisfechos —digo con firmeza.
—Lo sabemos, pero queremos el doble de la cifra.
—T-World es una compañía que tiene el mismo poder que la nuestra, no se dejaran sacar del medio tan fácilmente.
—Haremos lo que sea necesario, no podemos permitir que unos recién llegados tomen el proyecto por el cual hemos trabajado durante este tiempo, ya lo has hecho antes, no será un problema para ti —afirma saliendo nuevamente de mi oficina.
Sintiendo que ha sido un día de m****a observo la ciudad, con una mano en el bolsillo de mi pantalón y en la otra sostengo un vaso que contiene un trago de mi mejor botella, sé que no debería beber alcohol después de tomar algún medicamento, pero es lo que menos me importa en este instante.
—Adelante —Kathe habla y sigo en mi posición esperando a que la persona que ha venido hable.
—Señor Garnett, buenas tardes —escucho la voz Flynn.
—Flynn, imagino que traes el contrato de compra.
—De hecho, no, señor, rechazaron su oferta —se aclara la garganta y me doy media vuelta.
—¿Por qué rechazarían mi oferta? El valor era superior a lo que ellos pedían —lo observo y bebo de mi trago.
—Alguien ofreció una cantidad más alta, la casa fue vendida hace pocos días.
—¿Quién la compro? —cuestiono con voz fuerte, Flynn se mueve rápidamente para buscar algo en su maletín, saca una carpeta y acomoda sus gafas al leer.
—La señorita Alaia Russell —dice levantando el rostro.
Río negando con la cabeza y bebo todo el contenido del vaso.
—Vete —ordeno y él se apresura a salir de mi oficina.
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