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Alaia
Termino de arreglar el blazer de mi traje de oficina blanco, para iniciar el día, hoy se cumplió el plazo de aceptación del proyecto con el gobierno, pasaré a dejarles el contrato firmado antes de ir a la oficina.
Bajo las escaleras para ir a la cocina, ya están todos listos para desayunar Loli bajó con los niños apenas estuvieron listos, escucho a todos hablar y reír incluyendo a los niños.
Sonrío al verlos a todos reunidos sirviéndose el desayuno.
—¡Mami! —sonríe Noah y Alana ríe haciendo que su pequeña nariz de conejito se vea aún más pequeña y linda.
—Amores míos —me acerco a besar sus mejillas gorditas, comenzamos a compartir el desayuno y les ayudo a comer a ellos también, hoy será su primer día en mi trabajo, Loli Irá con nosotros y les enseñará mientras estoy en mi oficina, me entusiasma porque podré verlos más horas en el día.
Termino de desayunar y voy a lavarme los dientes mientras mi madre y Elise ayudan a preparar a mis hijos, soy afortunada de tener una gran familia que los adora.
Llego a la sala donde están todos, mi madre y Elise ponen unas pequeñas maletas de muñecos en la espalda de mis hijos y me muero de ternura, son las maletitas más tiernas que he visto, imagino que ellas las compraron ya que no esperaron mucho para salir a dar un paseo por la ciudad.
—Pórtense bien, mis tesoros —dice la abuela después de dejar un beso en sus mejillas y como siempre asienten, Elise los abraza y besa antes de dejarlos ir.
—Las veremos más tarde —digo.
—Oh, ¿Qué haremos sin cariñitos? —dice Elise después de un suspiro.
—Disfruten la mañana, salgan de compras —digo y veo que les agrada la idea.
—Conozcan a algún caballero —dice Ash llegando a mi lado.
—También es una buena idea —afirmo y ellas ríen.
—Queridas, dudo que haya un hombre que esté a nuestro nivel de madurez, además no creo que a Patrick le agrade la idea de que Paula salga con alguien —Elise sonríe ampliamente.
—A él no tiene por qué agradarle o desagradarle algo que yo haga —dice mi madre molesta.
¡Dios santo!
—Saldremos —dice convencida—eso sí debes darnos un día con cariñitos, no puedes llevártelos toda la semana —mi madre reclama.
—Está bien, mamá, tendrán un día para ustedes —nos acercamos a ellas para despedirnos e ir por mis bebés.
Subimos a la camioneta y los acomodamos en sus sillitas, pasamos primero por el edificio del gobierno para entregar el contrato firmado, no logro hablar con el ministro, pero si encuentro a su asistente quien es un chico muy amable.
Vuelvo al auto para ir las oficinas, hablamos y los niños juegan en lo que llegamos.
Gavin uno de los guardaespaldas abre la puerta cuando llegamos, procedemos a bajar a los niños y los llevo en el coche doble para bebés, todos nos saludan amables y se ven encantados con mis hijos cuando caminamos por el último piso.
Entramos después de que Ignacio y Erika saludan a mis hijos y vuelven a su trabajo.
—Me quedaré aquí, no quiero estar en la oficina sola, debemos acompañar a los niños en su primer día —Ash y Loli los ponen en el piso y ellos comienzan a caminar y a mirar todo con curiosidad, hasta que llegan a la colorida sala dispuesta para ellos, corren emocionados hacia allá seguidos de Loli.
Con una sonrisa dibujada en mis labios, los observo, voy a mi lugar en lo que Ash se acomoda en el mueble para comenzar a trabajar en sus diseños.
Reviso la información del día mientras mis pequeños van de mi oficina a la sala de juegos y nos muestran sus juguetes, hablan con nosotras, por suerte es un día tranquilo en cuestiones laborales.
—Gracias, ustedes son nuestra primera venta —la chica nos cuenta y leo un cartel en el que dice que son un hogar para niños y madres solteras.
—Estamos recaudando fondos para un nuevo lugar, la casa en la que vivimos será vendida y seremos desalojados dentro de poco —una mujer mayor se acerca y habla al notar que leo el póster con gran interés.
—¿Cómo pueden desalojarlos? —cuestionamos Ash y yo al mismo tiempo, completamente indignadas.
—La construcción es antigua y pertenecía a la ciudad, sin embargo, ellos han decidido venderla y nos han pedido abandonarla, por el momento no hay un sitio que podamos usar —suspira.
—Cuéntanos un poco más —digo bajando a mi hijo, quien se remueve inquieto al ver a otros niños correr, como es costumbre, Alana va con él, miro a Loli y ella va con ellos, Gavin los acompaña.
Alicia, la mujer que acabamos de conocer es la encargada del hogar, trabaja con madres solteras desde hace años y nunca habían tenido inconvenientes hasta ahora, me cuenta que son casi 50 personas las que ahora está ayudando entre madres y niños, esto tiene completamente mi interés, así que pedimos toda la información que podemos, está claro que Ash y yo les ayudaremos.
Pasamos un poco más de tiempo con ellas y las conocemos un poco más, sus historias logran llegarnos al corazón, más que todo la de una chica muy joven que salió de su casa con su novio y creyó encontrar al hombre de sus sueños; sin embargo, tiempo después demostró ser un monstruo, la golpeaba y la abandono cuando supo de su embarazo, está cerca de su fecha de parto y no cuenta con nadie más que las chicas del hogar, ya que su familia decidió dejarla a un lado, su historia y la mía tienen algo en común, un par de canallas.
—La esperamos, siempre serán bienvenidas —Alicia me entrega una tarjeta.
—Las visitaremos la próxima semana, estamos dispuestas a ayudar —digo.
—Gracias —dice con calidez, toma mi mano y la de Ash.
Nos despedimos sabiendo qué ha pasado una hora y debemos volver a la oficina, pero antes pagamos todos los postres, por supuesto solo llevamos un par a casa, dejamos los demás para que los vendan y puedan ayudarse un poco más.
—Qué fuerte —dice Ash.
—No imagino como puedes sentirte si tu familia te da la espalda —suspiro sintiendo el viento en mi rostro.
—O el hijo de puta de tu pareja te deja en la calle con uno, dos, tres o más críos —dice Ash molesta y asiento, mi historia se reflejó en varias de ellas, aunque gracias a Dios tuve mucha suerte.
Una vez llegamos a las oficinas, entramos a la sala de los niños y los aseamos, ellos corren a acomodarse en el sofá cama para beber de sus vasitos y sus ojitos comienzan a cerrarse pesadamente, me siento en el sofá y acaricio sus cabecitas, Ash se adelanta a la oficina mientras espero a que se queden completamente dormidos, una vez lo hacen y sin hacer ruido salgo de la habitación; sin embargo, cuando estoy por cerrar la puerta detrás de mí veo a Nick entrando a mi oficina.
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