Alaia
—¡Madre del amor hermoso! —Habla Tino desde la pantalla, mientras me doy la vuelta para mostrar el vestido que usaré esta noche —, mira ese derrier, esa cintura y esas tetorraz—pone las manos sobre su pecho mostrando un par de senos.
—Te ves preciosa, cariño —Ash comenta—, sabia que te verias como un bombon con él.
—Pues que también quiero quedar así cuando tenga a mis hijos, ojalá sean dos de una vez —Tino mueve su cabello invisible hacia atrás —, eso sí, sin matarme en el gimnasio como tú lo hiciste, el ejercicio me da alergia.
—Cari, no tendrás que mover un dedo, así tengas diez hijos, mantendras tu figura —mi prima le recuerda.
—No me mates los sueños, jodía —tuerce el gesto y la empuja mientras Ash pone los ojos en blanco.
Me muestran como va mi vestido de novia y debo decir que me gusta, es un diseño hecho para la realeza ¿Qué mujer no desea vestirse como una princesa?
Cuando terminamos con el vestido, preguntan por los niños y no agregan nada al saber que están con Nick; ellos me cuentan que Ash se está quedando en el apartamento de Tony mientras Tony y Tino se quedan en la casa de mi prima, por lo que veo el apartamento es hermoso.
—Estoy alarmado con lo que Ash me ha contado, mujer, es un hecho que debes probar la comida antes de comprarla, ¿Cómo es que no te has cogido a ese pedazo de rubio? Y resulta precoz o algo como eso, o la tiene chica, imagináis la tragedia, tendrás que pedir el divorcio al día siguiente —dice martirizado.
Muerdo mi mejilla por dentro.
—No creo que Cedric sea de esos, cariño.
—Supuse que todo era perfecto entre ustedes, pero, ¿estas seguras de que amas a tu futuro esposo? Que a mí ya me hubiera empacado otros dos críos si yo fuese su prometida. Ay, no sé, cari, yo que tú, me pondría lista o envíamelo que yo lo pruebo con gusto —toca su pecho y pestañea coqueto.
—¡Tino! —lo reprendemos.
—Pero buenoooo, que el convento está buscando novicias, considero que son material, seguro ya se les cerró —dice levantando el plumero.
—¡Pero venga Tino! —Ash y yo negamos con la cabeza, pero no podemos evitar reírnos.
—Viajaremos la próxima semana, vamos a resolver ese asunto a soon as possible, iré preparado, también llevaré tu vestido y haremos pruebas no puedo esperar para verte y ver a cariñitos, a mamá pau y mamá Elise —dice emocionado. Continuamos hablando de lo que han tenido que hacer para que Ash no sea vista en Madrid hasta que llega la hora de irme.
—Ahora ve, ve a mostrar esa preciosa figura ante ese pobre hombre que tienes a pan y agua —Tino mira la hora y es justo el momento en que mi madre toca la puerta para avisarme que ya debemos salir.
Leo el mensaje de Elise, en el que me dice que mis hijos aún están dormidos, sabiendo eso salgo de mi habitación para ir a la cena.
Nick
Observo a mis hijos mientras comen gustosos.
—Fesas —Alana levanta una fresa y se la lleva a la boca rápidamente; es preciosa tiene mucho de Alaia.
—Son hermosos, señor —sonríe Sophie, mirándolos.
—Así es Sophie, Son lo más hermoso que haya visto —expreso sin poder dejar de verlos.
—¿Dónde están mis sobrinos? —escuchamos a Will desde la puerta de entrada.
Mis hijos miran curiosos hacia donde han escuchado la voz de mi primo.
—Ahí están, buena tarde Sophie —habla con ánimo al llegar al comedor y se inclina cerca de las sillas de los niños—, Nick, eres tú de pequeño —mira a Noah y solo puedo sonreír, no puedo negar que me agrada escucharlo.
—Mira a la pequeña preciosura —dice mirando a Alana.
—Hola, soy el tío Will —se presenta estando entre ambos.
—Tío Uil —menciona Noah y William se ve emocionado.
—Así es —dice y revuelve el cabello con delicadeza.
—Y ¿Qué hacen Beast y Cupcake dentro de la casa? —dice acariciando sus cabezas mientras ellos están acostados en el piso al pie de mis hijos.
—No se han separado desde que los vieron —alzo los hombros, los perros se niegan a alejarse de mis hijos y ellos insisten en estar con ellos —, ahora pueden entrar y salir de la casa cuando quieran —digo.
—Finalmente decidiste terminar con ese “matrimonio” —dibuja las comillas con sus dedos y toma un trozo de pastel de fresas que Sophie ha preparado.
Alaia se fija en nuestras posiciones y rueda los ojos.
—No quiero volver a escuchar una discusión entre ustedes dos, no me importará que tú seas mi prometido y tu el padre de… mis hijos —nos señala a cada uno —no permitiré que vuelvan a entrar a esta casa si continúan actuando como un par de idiotas—habla tajante.
—Alaia —Cedric menciona su nombre.
—¿Algo que objetar? —Alaia pone las manos en la cintura y me cruzo de brazos esperando su respuesta.
—Se hará como tú quieras, cariño —besa su mejilla y se retira dándome una última mirada. Hijo de puta.
Respiro y me inclino para despedirme de mis hijos.
—Bye, ik —dice Alana.
—Mi niña, soy papá —le digo y ambos me miran, Alaia se queda en silencio esperando la reacción de los niños.
—No, no, no, no, no —mueve su dedito en forma negativa y aunque quisiera que fuera de otra forma, encuentro tierna y graciosa la reacción de Alana.
—No sería tan fácil —Alaia dice orgullosa.
—No sería mi hija, si lo hiciera —digo mirando a la causante de que mi hija sea como es.
—Te acompañamos a la puerta —la sutil forma en que Alaia me pide que me vaya.
Asiento y me sorprendo al sentir la mano de Noah tomar la mía, camino con el mientras Alaia trae a Alana, en la puerta me detengo de forma abrupta, doy media vuelta para notar que Alaia casi choca conmigo y debo sostenerla para que no pierda el equilibrio, nuestros rostros quedan cerca, trago un nudo en mi garganta al sentirla de esa manera.
—Te ves preciosa —digo muy cerca de sus labios y ella se apresura a alejarse de mí.
—Gracias por traerlos y cuidar de ellos —responde con rapidez.
Asiento y beso la cabeza de mis hijos antes de salir de la casa, una vez Alaia cierra la puerta camino hasta mi auto, cierro la puerta con fuerza, no puedo seguir negándolo, me está matando el saber que la mujer que amo camina del lado de un hombre que no soy yo.
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