Grace
—Killian, sé que apenas te estás recuperando de lo que te hizo mi hijo, pero necesito saber quién es la madre de los niños, quiero saber si son hijos de Nick, él me ha prohibido acercarme a ellos, pero no tendrá que aceptar que los veamos en algún momento, este asunto debe resolverse —digo caminando de un lado a otro, mientras observo a mi pobre suegro aun con las señales de los golpes que Nick le proporciono —, no sé qué voy a hacer con ese chico, tal vez si su padre estuviera aquí, todo sería distinto —menciono afligida, siento que perdi a mi hijo desde que perdimos a mi esposo.
—No te equivoques, Grace, Dominic era igual que tu hijo con tantos escrupulos, él estaría de acuerdo en todo lo que haga ese chiquillo insolente —Killian habla desde la silla del jardín.
Debo admitir que tiene razón, Dominic y Killian tenian casi los mismos problemas que ahora tienen mi hijo y su abuelo.
—¿Y bien?, ¿Quién es la chica de la que alejamos a Nick hace dos años?, y que ahora al parecer es madre de los niños nunca me diste detalles de esa mujer, ¿sabes qué edad tienen? —me acerco y me siento en la silla que se encuentra frente a él, mi suegro mira en otra dirección y tensa la mandíbula.
—Deben de tener más de un año —explica y parece que le pesa decirlo.
—Ok, son pequeños, tendremos que movernos, solo hacer que la noticia no afecte a nuestra familia, encontraremos una solucion, insisto en que los niños deben estar con nosotros en caso de que realmente sean hijos de Nick.
Mi suegro me mira.
—Grace —se reclina en el asiento y deja a un lado el bastón que ha usado desde que estuvo en la clínica—, aunque lo oculte, sé que esto saldrá a la luz pronto y a pesar de que intenté mantenerte al margen de todo desde un comienzo, este asunto me ha explotado en la cara, así que, qué más da si te enteras ahora —dice y no entiendo muy bien a lo que se refiere.
—La chica con la que tu hijo se ha casado y que ahora se supone es madre de sus hijos es Alaia Russell —menciona mirando hacia otro lado.
—¿Russell? —cuestiono extrañada— ¿Como Patrick y Darius Russell?
—Asi mismo, es hija y nieta de los hombres que acabas de mencionar —Killian toma un par de pastillas con jugo de naranja que su mayordomo ha traído.
—¿Cómo es posible? —me pongo de pie y camino de un lado a otro acariciando mi frente, de pronto me siento mareada, creo que mi presión ha bajado.
—Pero… si alejamos a esa chica de Nick fue por el temor a que sea una cazafortunas que solo estaba interesada en el dinero de la familia —siento que no puedo respirar y me doy aire con la mano, el mayordomo trae un vaso con agua y me ayuda a sentarme.
—No estoy entendiendo nada, Killian, ¿de qué se trata todo esto? Nos opusimos a que Nick este casado con la hija de una familia poderosa, eso no tiene sentido para mí —espeto recordando el dia en que Killian me dijo que Nick se habia casado en secreto.
—No sabíamos que era hija de Patrick, para ese momento la chica tenía el apellido de la madre y se suponía que eran dos mujeres insignificantes —explica y no puedo concebir lo que hemos hecho, sin ese engaño, mi familia estuviera unida a una con renombre aún más que el de la familia de Bárbara.
—¿Te das cuenta de lo que hemos hecho? Hemos perdido la gran oportunidad de relacionarnos con una de las familias más importantes de Europa ¿Cómo es que se te paso ese detalle? —cuestiono casi gritando.
Killian levanta los hombros y se ve imperturbable, lo que encuentro extraño, pero no le doy importancia.
—Mis nietos, son Garnett Russell —digo después de meditar en el asunto durante un par de minutos.
—¿Ahora son tus nietos? —cuestiona mi suegro mirándome serio.
—Lo son, debo relacionarme con Alaia, recuerdo a la chica, la vi hace un tiempo, es toda una Russell. Esto no puede ser más perfecto —digo pensando en todo lo que viene para nosotros.
—No vas a relacionarte con ellos —ordena Killian.
—Killian, debes rendirte, ya deja a un lado los conflictos que tienes con esa chica, no te das cuenta de que ya no existen razones para que no esté en nuestra familia —digo poniéndome de pie para hacer una visita.
—¡Grace! —habla Killian detrás de mí, pero ahora tengo algo más importante que hacer.
Alaia
Nos preparamos para salir, hoy finalmente podre llevar a los niños a la oficina sin tener que ocultarlos y eso me hace sentir tranquila en parte, mi madre irá conmigo para cuidarlos mientras estoy trabajando.
—A los niños, son Garnett Russell, ¿puedes imaginar lo bien que esa noticia haría ver a nuestras familias?
—Imagino que usted estaba al tanto de mi matrimonio con Nick hace dos años —camino un poco más.
—Lo admito, linda, lo sabía, no podíamos permitir que ustedes continúen casados, no estábamos enterados de tu procedencia, fue un error, pero eso hace parte del pasado, estoy segura de que podrás entenderlo y olvidar esos días —dice sin darle importancia a sus acciones —, ahora debemos pensar nuestro futuro en el que los Russell y los Garnett, están unidos por un lazo inquebrantable, querida, creo que podemos empezar de cero, presentar a los niños en sociedad, tú entenderás.
Pequeña serpiente.
—Señora Garnett —digo y ella presta toda su atención en mí —, el hecho de que haya venido hasta aquí a mencionar solo mi apellido y lo maravilloso que resulta que ahora mi familia y su familia estén unidas, cuando hace dos años, se opuso a mi matrimonio con su hijo por el hecho de no pertenecer a su círculo, la hace ver como una persona insensible y calculadora, a la cual no le importan mis hijos, solo escalar más en la sociedad, en una sociedad vacía y que no puede importante menos.
—¿Qué dices? Claro que me importan los niños —lleva una mano a su abdomen.
—Si escuchó su perorata hace unos segundos, podrá recordar que no menciono verlos, conocerlos, siquiera saber sus nombres, solo hablo del prestigio que ellos traerían a su familia —se ve incómoda —, ha mostrado quién es realmente y me niego a que alguien como usted pueda verlos.
—¡No puedes negarme el derecho de ver a mis nietos! —dice saliendo de sus casillas.
—No se atreva a llamarlos así —digo molesta—, esa palabra no se escucha bien en usted, ahora le pido que se vaya de mi casa y espero no volver a verla, daré órdenes para que no le permitan la entrada.
—No puedes hacerme esto, yo solo… —dice dolida.
—Gavin acompaña a la señora hasta la puerta —lo veo asentir y abre la puerta del auto de Grace.
La mujer presiona su cartera en el pecho y me mira levantando el mentón, en silencio se da la vuelta y sube al vehículo.
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