Alaia
Respiro profundo cuando la veo irse, sabia que no traerian nada bueno para mis hijos, vuelvo a la casa para ir por los niños e ir a la oficina, se me ha hecho tarde, le cuento a mi madre lo que sucedió con Grace y está aún más molesta que yo.
Dejo que mis hijos vayan a su sala de juegos junto a mi madre y me siento en la silla ejecutiva para comenzar mi día, dejando a un lado la desagradable visita.
—Antes que nada, debo infórmate que ya está completo el contrato, solo deben firmarlo las partes —Ignacio entra a mi oficina y estiro la mano para recibirlo y leer el contenido.
Es una buena noticia, por fin encontramos una casa para las chicas del hogar y es perfecta, la zona es agradable y no es de alto mantenimiento, a pesar de que la casa es grande; debo admitir que finalmente Nick ha hecho algo bien al permitirles permanecer más tiempo del que habían dicho, ya que fue casi imposible ponernos de acuerdo, ellas querían una casa sencilla, yo quería algo mejor mas amplio y mucho mas bonito.
—Perfecto, gracias Ignacio —me pongo de pie, busco mi cartera y voy a la sala de juegos. Debo irme de inmediato, quiero que ellas se muden mañana mismo en lo posible,
—Mamá está listo el contrato de la casa de las chicas, voy a buscar a Alicia, quiero que ella firme en representación del hogar, quedara a nombre de ellas, no tardo.
—Ve con cuidado —me acerco a despedirme de los tres.
Subo a la camioneta y me siento muy emocionada por las chicas, por fin podrán tener un lugar del que no tendrán que irse.
Llego a la casa y noto que las ventanas están descubiertas, frunzo el ceño y de repente siento que algo no está bien, bajo de mi auto con carpeta en mano, veo que un par de hombres con ropa de trabajo salen de la casa con unos planos en las manos, lo cual incrementa la sensación nada agradable que hay en mi pecho.
—Buenos días —los saludo caminando rápidamente hacia ellos y reparan en mí.
—Buenos días —responden ambos y se fijan en mi ropa.
—Quisiera ver a Alicia —digo mirando a la casa y camino hacia ella sintiendo que mi estómago cae al piso, la casa está vacía y ya están haciendo los trabajos de demolición.
—La casa fue desocupada el día de ayer, la persona que está buscando ya no vive aquí —dice el hombre detrás de mí.
Cierro los ojos y respiro una y otra vez, esto es obra de los Garnett.
Sintiendome furiosa voy a mi auto y conduzco al edificio de los Garnett.
Marco el número de Alicia, pero el teléfono está muerto, nunca se me ocurrió guardar el número de las demás chicas o pedir informacion adicional de ellas.
Estaciono en el parqueadero exterior del edificio y tiro la puerta, apenas salgo, ¿cómo pueden ser tan inhumanos? resoplo, la pregunta sobra.
En el ascensor presiono el botón del piso del Nick con fuerza y me siento impaciente, solo quiero saber donde estan.
Cuendo llego al piso camino con rapidez hacia su oficina, la secretaría se pone de pie.
—Buenos días —digo sin más y camino hacia la puerta de la oficina de Nick la cual abro sin ceremonia, Nick levanta la mirada rápidamente al igual que lo hace Will quien está de pie a su lado.
—¿Dónde están?
Nick
—Deben reestructurar estas conexiones —señalo las imágenes en la pantalla y Will asiente.
La puerta de mi oficina se abre y encuentro a Alaia viéndose furiosa.
—¿Dónde están? —es la pregunta que hace.
—¿Dónde están quiénes? —cuestiono poniéndome de pie y camino hacia ella.
—Las mujeres del hogar —respondo y continuo sin entender.
—No entiendo la pregunta, la última vez que las vi estaban en esa casa, incluso ampliamos en plazo porque aún no tenían un lugar para mudarse, es lo último que sabia de ese asunto —explico.
—No están en la casa y ya han comenzado las obras, vas a decirme que no sabías que ya empezaron los trabajos.
Me muevo rápidamente para llamar al ingeniero encargado y me responde su asistente, quien confirma que ya han comenzado, pero no puedo hablar con el ingeniero, me dice que la orden fue recibida por parte de la junta directiva.
—No tenía idea de esto —digo después de cortar la llamada.
—Habla con tus hombres, averigua quienes fueron los que trasladaron a las mujeres y los niños, necesito encontrarlos —digo antes de cortar la llamada.
Me pongo de pie y salgo furioso de la oficina.
Abro la puerta de la oficina del Killian, se ve que los golpes ya han sanado, pero él tiene unas vendas y un cuello ortopédico.
—Hijo, bienvenido, imagino que ya recibiste la demanda por lesiones personales —sonrie.
—¿Dónde están? —cuestiono rápidamente.
—Ya veo, ya lo sabes —se mueve despacio en la silla —, imagina mi sorpresa cuando me di cuenta de que hemos perdido miles de dólares porque el imbécil de mi nieto decidió hacer una buena obra —dice con gesto de disgusto —, no podía permitirlo, tenía que resolverlo, esas personas están en el lugar que deberían estar, solo debo decirte que tienen un techo —asiente para sí mismo.
—¿Dónde están? —repito y me acerco a él.
—Empeorarás tu caso si vuelves a tocarme Nick —me señala—, podrías ir a prisión.
Presiono mi mandíbula, no podría importarme menos.
—Y acerca de donde están, no tengo idea, solo di la orden que los trasladen, no pregunte a donde, debes encontrarlos por ti mismo, si no quieres que tu amada te siga odiando —se burla.
—Vamos Nick —Will me toma del brazo anticipándose a mis movimientos —, no pierdas el tiempo, debemos dar con ellos.
Abro la puerta de Killian con tal fuerza que esta se rompe, llamando la atención de las personas que están en los cubículos, pero bajan la mirada al verme salir.
Volvemos a la oficina y hago las llamadas para ubicar a las mujeres.
—El muy maldito te ha dado un golpe bajo —dice Wil cuando corto la llamada —no entiendo por qué insiste en alejarte de Alaia, se aseguró de que ella se fuera de tu vida cuando la amenazó con lo del aborto y le hizo creer que era algo en lo que tú estabas de acuerdo.
—No lo sé Will, estoy seguro de que hay algo más, pero no he logrado conseguir nada, de lo único de lo que estoy seguro es que lo logró, logró separarme de Alaia, ella regresó comprometida con ese imbécil, rehízo su vida, parece odiarme, no puedo evitar pensar en que es tarde para mí, que la he perdido para siempre.
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