ÁMAME UNA VEZ MÁS romance Capítulo 48

Alaia

—No tenemos nada, las cosas se han complicado por el hecho de que Alicia y las mujeres no tienen datos familiares, el vecindario donde está la casa no tiene cámaras y los trabajadores solo nos dan datos generales, el medio de transporte que usaron puede ser de cuanquier compañia —dice el hombre que contraté para buscar a Alicia y a las chicas del hogar.

—Por favor no detengan la búsqueda en ningún momento y si saben algo, llámenme inmediatamente, no importa la hora que sea, mi teléfono estará encendido todo el tiempo.

—Así lo haremo, señorita Russell —responde y cuelga la llamada.

Llevo el teléfono a mi mentón y observo el jardín donde mis hijos corren; me preocupan las condiciones en las que ellas pueden estar en este momento y que Alicia no me ha contactado, definitivamente es algo que no me da un buen presentimiento.

—Hija —mi madre llega a mi lado.

—Mamá —me abraza por la cintura.

—¿Aún nada?

—No tenemos noticias —suspiro —. Y Nick insiste en no saber dónde están.

—Y no crees en él.

—No puedo hacerlo, me prometí no volver a creer en ningún hombre, él es el primero en la lista, mamá —digo caminando hacia el patio.

—¿Cedric? —cuestiona y la miro de lado.

—Cedric es otra historia, lo conoces, él ha estado en mis peores momentos y me ha demostrado ser leal, siempre me ha dicho la verdad, aunque esta sea difícil, es un hombre sincero —digo y ella asiente.

—Tienes razon, cariño.

Mis hijos corren hacia mí, apenas me ven y les hago beber un poco de juego de fruta, sus mejillas están sonrojadas por todo lo que han corrido.

Aidan se ha ido a Madrid con Darius, debe presentar los exámenes finales del instituto y su madre ya estaba molesta de que él estuviera aquí por tanto tiempo, pero mi hermanito, prometió regresar apenas termine sus clases

—Creo que es hora de refrescarse —le digo a los niños y pongo mejor la gorra en su cabeza, el sol se siente con fuerza hoy.

—No, mami —Noah señala el patio y vuelven a correr, mi madre ríe y me pongo de pie para llevar los vasos a la cocina.

—Señorita, alguien la espera en la entrada —dice Sylvia y hago la pregunta en silencio—, Es mejor que lo vea por sí misma —dice con un toque de emoción en su voz.

Salgo de la cocina con prisa y mi madre me sigue.

—Qué calor hace —escucho esa voz y mis ojos se abren, termino de salir de la casa y los veo.

Ash, Loli y Tino bajando de una camioneta, mi ánimo mejora en un segundo.

—¡Mi Princesa guerrera! —abre los brazos y ambos corremos hacia el otro, abrazo con fuerza a mi amigo y no nos soltamos durante un rato.

—Pero vamos, que no puedes estar más guapa —me da dos besos en las mejillas y vuelve a abrazarme.

—Mamá Pau —me suelta, apenas la ve y va hacia mi madre mientras yo voy a saludar a Loli y a mi prima quien ya oculta su precioso cabello bajo una gorra, los chicos bajan el equipaje del vehículo.

Tino mira a los hombres de seguridad en silencio, los observa de pies a cabeza y no pierde detalle.

—¿Por qué no me habían contado que las vistas por aquí están mejor que en España?, madre mía, que siento que la temperatura ha subido —Tino espera que los chicos entren a la casa y otro auto llega, de este bajan varias maletas y la caja de mi vestido de novia.

—Sí, cari, Tino ha traído ropa para tres meses —dice Ash a mi lado, nuestro amigo continúa disfrutando de la vista (Los hombres de seguridad) y esperamos a que disfrute el momento.

—Pero mira el cazoplon que han adquirido —, la observa desde fuera con las manos en la cintura — ¿Qué es este cielo tan precioso?, en Madrid no ha parado de llover, volveré a Europa con un perfecto bronceado, seré la envidia de las arañas que trabajan con nosotros —se pasea por la entrada mientras Ash y yo los observamos, Loli ha entrado a casa con mi madre.

Es cuando siento que dos perros aparecen detrás de uno de los autos y corren hacia nosotras, no tardo en darme cuenta de que son beast y cupcake, ambos me saludan y mueven la cola mientras caminan a nuestro alrededor, me inclino para saludarlos y corresponderles, solo me han visto un día y parece que me conocieran de toda su vida.

—¿Y esto? —cuestiona Ash inclinándose a mi lado y acaricia las peludas cabezas de los perros.

—Son de Nick, olvide contarte —comento.

—Pero qué increíble espécimen —escucho a Tino detrás de nosotros y los perros corren para entrar a la casa.

—Si son de…—me doy vuelta hacia Tino y su mirada está por encima de nosotras, así que ambas nos damos la vuelta para encontrar a Nick usando una pantaloneta oscura, una gorra negra y su pecho está descubierto, el sudor corre por su pecho, todos nos quedamos en silencio.

—Lo siento —señala en dirección a donde se han ido los perros —, los deje libres por un segundo y corrieron hasta aquí —explica.

—Un placer, Soy Valentino Ferran —Tino pasa entre nosotras dándonos un fuerte empujón que nos toma por sorpresa.

—Nick Garnett, igualmente —le da un apretón de manos.

—Oooh qué fuertes, no imagino lo que pueden hacer —Tino pone su otra mano sobre la del padre de mis hijos.

—¡Tía nitos! —los niños apenas notan a su tía y al tío Tino, los saludan encantados.

En la tarde Nick viene por Alana y Noah.

Nos reunimos para hablar de todo lo que ha sucedido en Madrid, nos cuentan que Kurt fue a la casa de Ash creyendo que ella había llegado, pero se encontró con Tony y Tino, quienes le hicieron pasar un mal momento al mostrarse cariñosos ante el hombre e invitar al guardaespaldas Rubio para que los acompañe.

Nosotros no podemos parar de reír.

—Pero vamos, ¿Dónde están Cedric y tu suegra? —Tino cuestiona cuando llegamos a mi habitación.

—Freja y Thea fueron a New York con él, tenía un viaje de negocios —le explico.

Tocan a la puerta y Tino abre rápidamente.

Ash entra con una maleta.

—Traje obsequios —dice Tino abriendo la maleta y toma varios paquetes.

—Me tomó todo un día comprarles esto —dice y nos entrega unas cajas muy lindas.

Ash y yo las abrimos para encontrar las más atrevidas prendas íntimas, pero son preciosas.

—Me encantan —digo tomando un brasier de encaje transparente.

—Es para que las uséis con el rubio, debes despertar su instinto animal, ese hombre debe perderte el respeto —levanta en el aire una pequeña braga que le pertenece a Ash.

—Y tú, mi ciela, saldremos a un club y veremos el potencial norteamericano, vamos que si son como los guardaespaldas de esta casa, pues que ya está, mídete este conjunto, lo usaras en tu noche de bodas, quiero ver como luce en ti y si elegí la talla correcta —me muestra un pijama que consiste en un vestido blanco muy corto y una pequeña braga.

Es una costumbre desfilar la ropa ante Tino, es un excelente asesor de imagen, voy a mi closet y me pongo el conjunto, me gusta.

—Elegiste la talla correcta —digo saliendo para que ellos me vean.

—Ahora este —dice y me lanza otro vestido, pero la tela es de encaje, solo me quito el otro y quedo en ropa interior.

—Debe de ser tu madre, traje algunos regalos para ella —Tino abre la puerta sin cuidado después de que escuchamos que alguien llama.

—¡Nick!

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