Tomó el teléfono de la mujer y cortó la llamada al instante.
—¡¿Qué te ocurre?! —preguntó Elisa indignada.
Él tenía una mirada tan penetrante como si fuera a hacerle daño si se atrevía a hacer un movimiento.
—Elisa Benedetti, te lo advierto por última vez: si te atreves a acostarte con otros hombres, ¡no me culpes por ir tras de ti!
Linda se quedó sin palabras. «¿Se acuesta con otros hombres?».
Antes de eso, pensaba que Gabriel intentaba controlar a Elisa por su dignidad. Después de todo, era comprensible que un hombre no pudiera soportar que su exesposa estuviera con otro hombre apenas se divorciaran, pero Linda tenía un mal presentimiento. Por su parte, Elisa no se sentía intimidada por Gabriel en absoluto.
—Adelante. Ahora, vete de una vez.
—Gabi, Elisa aún es joven, así que puede que sea inmadura. Por favor, no te rebajes solo para discutir con ella —dijo Linda luego de tomarle el brazo a Gabriel.
Él apretó los labios, miró con apatía a Elisa y salió de la casa, por lo que dejó a ambas mujeres en la sala de estar. Linda miró a Elisa con sarcasmo y esta hizo una mueca.
—¿No te vas? ¿O estás esperando a que te eche?
—Te arrepentirás de esto, Elisa —dijo con una pequeña sonrisa como si no le importara, aunque en el fondo estaba enojada.
No se molestó en discutir con ella, ya que prefería convencer a Gabriel para que se acostara con ella. Cuando Linda se fue, Elisa cerró la puerta; al fin había terminado la noche y podía dormir en paz. Mientras tanto, Gabriel había conseguido que alguien eliminara la tendencia en Internet. Guillermo jugaba con su teléfono con una mirada pícara mientras anticipaba la próxima actuación de Elisa.
Había pasado una semana y Raquel volvía a tener el día libre. Le preocupaba que Elisa estuviera deprimida, así que la llevó al centro comercial. A las dos les gustaba ir de compras, así que después de comprar algunos artículos para el hogar en el supermercado, Elisa compró también un poco de ropa. Raquel se inquietó cuando su amiga no mencionó el tema de aquella noche.
—Oye, somos mejores amigas. ¿Me vas a ocultar ese incidente? ¿Qué te dijo esa noche? ¿Y cómo apareció Linda también en tu casa?
—¿Cuál es tu plan?
—Primero, me divorciaré.
—¿Eso es todo? —Raquel puso los ojos en blanco.
—El resto lo sabrás después —explicó con una sonrisa dándole unos golpecitos en la nariz.
Raquel sentía bastante curiosidad, pero conocía lo testaruda que era Elisa.
—Entonces... ¿qué ocurre entre Guillermo y tú? —preguntó—. Me quedé tan sorprendida la última vez que me olvidé de preguntar cómo se conocieron. Estos días tengo mucho trabajo, así que cuéntamelo rápido.
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