—Gracias, señora Weller. Si eso es todo, no la molestaré más —dijo sonriendo.
La expresión de Mónica cambió de inmediato porque ya que estaba a punto de estallar de la ira. «¿En verdad está de acuerdo con el divorcio?». Resopló con sarcasmo.
—Debes estar haciendo esto a propósito. Si se divorcian, sabes muy bien que impedirá que se lleve a cabo el proyecto de miles de millones que tenemos a cargo. Piensas sacar algún beneficio de eso, ¿no? ¿O piensas aprovechar el divorcio para pedirnos algunas acciones como compensación?
Elisa rio enfadada. «Al fin sé a quién se parece Gabriel: madre e hijo son igual de engreídos y arrogantes. Sí, es cierto que Grupo Weller es adinerado, ¡pero yo tampoco soy una mendiga!».
—Piensa de más, señora Weller. En la sentencia de divorcio dice que no pienso recibir ni un centavo de indemnización —dijo sonriendo.
El rostro de Mónica se ensombreció de forma siniestra. Si no se hubiera contenido, ya la habría golpeado. Mientras tanto, Julia también se enojó al ver eso.
—Mónica, ¿puedes ser más respetuosa? ¡Piénsalo dos veces antes de hablar! Tu hijo es el culpable, ¿ahora lo defiendes y piensas que Elisa está montando una escena? ¿Acaso tienes conciencia?
—¡Madre! ¿Por qué te pones del lado de una extraña? Si en verdad quisiera divorciarse, ¿por qué lo diría en público en un momento tan importante para nosotros? Está claro que planea usar esto para amenazar a Gabriel. Madre, mira lo materialista que es, ¿cómo puedes seguir defendiéndola?
—¡Creo que eres tú la ciega! —Julia negó con la cabeza desesperada.
—Abuela, nunca me importó la opinión de los demás. Estoy bien mientras tú creas en mí —le dijo Elisa mientras sonreía.
—Eres una buena muchacha. Ven a sentarte a mi lado. —Julia asintió con la cabeza, exasperada, levantando la mano.
Elisa caminó hacia ella e hizo lo que le dijo. Después de sentarse, se dio cuenta de que estaba aún más cerca de Mónica y pudo notar su enojo. Sin embargo, no le importó en lo absoluto.
—Tú... —Mónica cerró los ojos y respiró profundo antes de continuar—: Elisa, si sigues con esta farsa, vas a obligar a Gabriel a divorciarse de ti por rabia. Aunque el proyecto de miles de millones es importante, no es tan vital para Grupo Weller. Si lo abandona por un arrebato de ira, no tendrás otra salida. No me culpes por no recordártelo: ¿crees que podrás volver con la familia Benedetti después de dejar Grupo Weller?
Elisa sonrió al escucharla.
—Nunca fue mi intención volver con los Benedetti, así que no hace falta que me recuerde lo mucho que voy a sufrir.
En los últimos años, esa fue la primera vez que Elisa tomó represalias contra Mónica y e hizo que se enfureciera tanto que la mujer ni siquiera filtró sus insultos.
—¿Crees que Guillermo Domínguez te querrá de verdad por tu aspecto? Después del divorcio, apuesto a que ni siquiera te prestará atención. Hay tantas mujeres hermosas; ¿por qué iba a querer algo usado?
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