CASADA CON EL SUEGRO DE MI EX. ATERRIZAJE EN EL CORAZÓN romance Capítulo 71

Alexis Kontos

Estaba demasiado furioso, porque mis hijos para mí eran junto con ella lo más importante en mi vida y si no le dije nada a Tarah después de la confesión sobre su hermano, fue porque no quería decirle nada hiriente, pero la verdad es que me sentía traicionado, pensé que amaba a mi hija, pero ahora eso me hacía pensar que tal vez me engañó, porque no me explicaba cómo pude permitirle a su hermano hacerle daño a Thalía, sabiendo que era vulnerable.

Me arrepentía mil veces de no haberle hecho caso a mi instinto, debí agarrar a mi hija y llevarla lejos de Zachary, pero me dejé llevar por las palabras de Tarah, ahora si le pasa algo a mi pequeña no voy a poder soportarlo.

Sentía un nudo en la garganta, mientras conducía las mezcla de sentimientos hacían mellas en mi interior, tristeza, dolor por lo que seguro estaba sintiendo mi hija, decepción conmigo mismo porque por más que me esforzaba no podía ser un buen padre, y rabia con Zachary, porque había confiado en él, pensé que era un buen hombre, pero me equivoqué y de nuevo por mi culpa mi hija podía estar en peligro.

Cuando llegué frente al edificio de la empresa de los Hall, salí corriendo como un tornado, luego de estacionarme subí en el ascensor, como sabían que era el esposo de Tarah no me pusieron ninguna objeción para que pasara.

Apenas llegué al piso la secretaria me sonrió.

—Señor Kontos, pase, el señor Zackary anda preocupado por la desaparición de la señorita Kontos, están haciendo lo posible por dar con ella, no se preocupe.

No respondí a las palabras de la mujer y me dirigí directamente donde estaba Zachary, le hice saber mi indignación y lo amenace con acabar con su vida si le pasaba algo a mi hija, mientras lo tomaba por el cuello, pero él no decía ni hacía nada para defenderse.

—¡Eres un desgraciado cobarde! —espeté furioso.

Eso en vez de calmarme me hizo enfurecer más y cegado por la rabia comencé a darle puñetazos uno tras otro.

Zachary era de mí misma altura y tan musculoso como yo, pero en ese momento no hacía nada para defenderse, se dejó golpear por mi sin quejarse.

Escuché la voz de Tarah sollozando detrás de mí.

—¡Por Dios, Alexis! ¡Cálmate! ¡Suéltalo! Me lo vas a matar.

Aunque me dolía verla llorar, estaba enojado con ella, pese a ello, mis puños se detuvieron por un momento al escuchar la voz de Tarah.

Mis manos, aún apretadas alrededor del cuello de Zachary, se aflojaron lentamente. Aunque la furia dentro de mí seguía hirviendo, la preocupación y el dolor por mi hija era mayor.

Me giré un poco y miré a Tarah, sus ojos reflejaban angustia y suplicaban por sensatez.

—¿Cómo pudiste permitir que tu hermano hiciera esto? ¿Cómo pudiste traicionar la confianza que ella te dio? Mi hija es una chica vulnerable, frágil, emocionalmente, no es ese vendaval de fuerza que eres tú Tarah —le espeté a mi esposa mientras me apartaba de Zachary, dejándolo toser y recuperar el aliento mientras yo me dejaba caer en el sofá del despacho.

—Por favor Alexis, las cosas no son como estás pensando —dijo Tarah angustiada.

—No quiero hablar —dije apretándome la nariz con fuerza tratando de calmarme—, solo quiero que me den acceso a las cámaras de seguridad de este edificio para buscar a mi hija —expresé con seriedad.

—Ya yo busqué, vamos a encontrarla —dijo en tono de preocupación.

—No quiero que te le acerques a mi hija, porque si lo haces voy a acabar contigo y ni siquiera Tarah te va a salvar —dije con firmeza.

—Yo amo a Thalía y al hijo que espera, y no voy a renunciar a ella, golpéame, amenázame, mátame si quieres, pero no voy a alejarme de la mujer que amo… yo había pensado en vengarme, porque solo quería hacerle daño al hombre que se atrevió a lastimar a alguien que amo, sin embargo, cuando la conocí y me enamoré no sabía que era tu hija —alegó y a pesar de mi rabia veía sinceridad en sus ojos.

Zachary se acercó, una mezcla de determinación y remordimiento en sus ojos.

—Vamos, quizás esté en casa de alguno de sus tíos —expresé.

—Mejor llámalo y así vamos a descartar si están o no con ellos —propuso Tarah.

Lo hice y todas las respuestas fueron negativas. Al final, cada uno de nosotros fue por un lado distinto tratando de encontrarla.

La ciudad parecía más sombría y amenazadora mientras avanzaba en la búsqueda de mi hija.

Thalía Kontos

Había encontrado refugio en un pequeño parque, alejándome del caos emocional que había dejado atrás en la empresa de los Hall. Mi mente estaba llena de confusión, dolor y una profunda sensación de traición. Zachary, el hombre por el que me había enamorado, había planeado vengarse de mi padre a través de mí.

Mis lágrimas caían mientras me sentaba en un banco solitario. No sabía a dónde ir ni qué hacer.

Me abracé a mí misma, la angustia quería anidar en mi pecho, pero no podía dejarlo, ahora no estaba sola, tenía a esa pequeña criatura creciendo en mi vientre, saqué el sobre de mi bolso con las imágenes y sentí un profundo amor en mi interior, por él o ella debía ser fuerte.

De pronto escuché unos pasos y al girarme vi a un hombre con una pasa montañas que se me lanzó encima y me cubrió la boca con un trapo, intenté defenderme, pero no pude, mi fuerza se desvanecía rápidamente. Levanté la mano, rozándole el rostro, antes de perder la conciencia y perderme en la oscuridad.

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