Casado dela noche a la mañana romance Capítulo 110

Fabian estaba tan emocionado que había olvidado que Vivían estaba herida. La forma en que le sacudió los hombros le produjo un dolor insoportable, y su rostro se volvió aún más pálido. Al ver su rostro ceniciento, Fabian al fin se calmó un poco. De inmediato la soltó de su agarre.

—Lo siento. Olvidé que estabas herida.

Vivían también recuperó la compostura. Echó una mirada de reojo a la multitud y susurró:

—Hablemos en el despacho.

Fabian se dio cuenta de que se había excedido, asintió y entró en el despacho con Vivían siguiéndole de cerca. En el momento en que ambos entraron en el despacho de Fabian, la gente empezó a comentar el inesperado giro de los acontecimientos.

-Oh, ¿qué fue eso? ¿Así que los rumores son reales?

¿Solían ser pareja?

-Sí, lo fueron. He oído que rompieron cuando él se enteró de que Vivían se vendió, pero parece que ahora se ha dado cuenta de que todo fue un malentendido...

-¿Así que Vivían es ¡nocente? ¡Lo sabía! Todos la conocemos desde hace dos años, ¡y es una gran chica! ¡Ella no puede estar involucrada en ese tipo de negocios sucios!

Al ver que todos empezaban a ponerse del lado de Vivían, Shannon no pudo evitar apretar los dientes y ponerse en pie.

-Shannon, ¿a dónde vas?

-No me siento bien. Me tomo un día libre.

En el despacho de Fabian, Vivían estaba sentada en el sofá y su rostro seguía tan pálido como siempre. Miró a Fabian que se paseaba de un lado a otro frente a ella y no supo qué decir. Al final, Vivían dejó escapar un suspiro y dijo:

-Cálmate, Fabian.

Ella sabía que Fabian actuaba así cuando estaba emocionalmente inestable.

Vivían mantuvo el contacto visual con Fabian cuando expuso su punto de vista. Sus ojos eran tan cristalinos que Fabian no sabía cómo enfrentarse a ella. Apartó la mirada de ella y se defendió.

-Alguien me mostró unas fotos. Pensé que como las pruebas eran claras, no había forma de que lo negaras.

«¿Fotos?»

Vivían al fin comprendió que todo se debía a esas fotos escandalosas que vio hace dos años. Sonrió con ironía.

-Ya veo. Solo un par de fotos fueron suficientes para que perdieras la fe en mí. —Continuó con una voz suave-: Quizás nunca tuviste fe en mí, después de todo. Si la tuvieras, me habrías dicho que eres de la familia Norton.

-¡Son dos cosas diferentes, por Dios! -Fabian entró en pánico una vez más—. Oculté mi identidad porque...

-¿No lo entiendes? -Vivían le interrumpió antes de que pudiera explicarse—. Nunca has confiado en mí. Ni hace dos años, ni ahora. Solo crees en ti mismo.

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