Jenny empezó a contar la historia:
-En aquella época, Finnick era todavía un estudiante de primer año en la universidad. Al principio, la familia Norton pensaba dejarle estudiar en el extranjero, pero él decidió quedarse en el país por su novia. Si no me equivoco, su nombre era Eve...
—Evelyn Morrison —intervino Vivían. Jenny estaba un poco desconcertada cuando siguió:
-¿Sabes lo de esa chica? Así es. Se llamaba Evelyn Morrison. Hacían una linda pareja, y supongo que fueron el primer amor del otro. De todos modos, Finnick decidió quedarse por ella.
Vivían recordó de repente las fotos que había en el cajón de Finnick en las que aparecían los dos sonriendo en su juventud. «Deben haberse amado mucho... Al igual que Fabian y yo en el pasado...», pensó.
-En su primer año de universidad, Finnick y Evelyn se deshicieron de los guardaespaldas para divertirse en un pequeño pueblo. Ese fue el lugar donde fueron secuestrados.
-¿Fueron? -Vivían interrumpió a Jenny-: ¿Quieres decir que Finnick no era el único secuestrado, sino también Evelyn?
Con una expresión solemne, Jenny asintió:
-Así es. La familia Norton ha suprimido la noticia, así que todo el mundo pensaba que Norton era la única víctima. Nadie sabe que esta pobre joven era la otra.
-¿Qué pasó después?
-Los secuestradores exigieron un enorme rescate. El viejo Sr. Norton pagó el rescate para salvar a su nieto. Sin embargo, cuando Finnick y Evelyn se vieron las caras, los secuestradores decidieron matarlos. Encerraron a los dos en un almacén y le prendieron fuego.
Vivían se tensó.
-¿Así que Evelyn fue quemada viva? ¿Finnick fue el único que logró escapar?
Por alguna razón, el rostro de Jenny parecía sombrío mientras seguía narrando:
-Parecía ser así. Pero según el informe del crimen guardado en el departamento de policía, descubrí que tanto Finnick como Evelyn fueron atados por los secuestradores. Finnick logró liberarse y escapó del almacén en llamas con las piernas heridas. Sin embargo, cuando se encontró el cuerpo de Evelyn, la dejaron en el almacén, con las extremidades atadas.
-Esto es todo lo que sé porque la familia Norton prohibió a los medios de comunicación hacer un seguimiento del caso. Nunca tuve la intención de contarte todo esto, pero supongo que no importa puesto que ya estás casada con Finnick. Puede que sea un poco extremista, pero creo que un hombre que ni siquiera intenta salvar a su novia de la muerte no es digno de tu confianza.
Jenny tomó la mano de Vivían entre las suyas mientras continuaba:
-Eres una buena dama y no quiero que te hagan daño. No tengas muchas esperanzas puestas en Finnick, o podrías decepcionarte. Solo puedes contar contigo misma.
Vivían comprendió que el consejo de Jenny le salía del corazón, pero aún así se resistía a pensar mal de Finnick. Forzó una sonrisa y dijo:
-Jenny, gracias por contarme todo esto, pero no creo que Finnick hiciera algo así.
Jenny estaba preocupada mientras miraba a la testaruda Vivían.
-¿Ya estás cegada por Finnick? Vivían, escúchame. Esos hombres ricos son todos unos mojigatos, y nunca puedes contar con ellos ni creer en ellos.
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