Casado dela noche a la mañana romance Capítulo 135

-Parece que en verdad estás preocupado por mi mujer -pronunció Finnick despacio tras una larga pausa. Su voz era tranquila, pero la sensación que desprendía era inexplicablemente ominosa.

Cuando Pablan escuchó en su voz la posesividad que Finnick tenía hacia Vivían, una oleada de ira burbujeó en su interior. Como la relación entre Finnick y Mark no era muy buena, Fabian no sentía mucho respeto por su tío. Dejó de lado su acto de cortesía y se burló:

-Sí. Después de todo, fue mi primer amor.

Fabian dijo eso para conseguir una reacción de Finnick, pero éste mantuvo su fría sonrisa mientras decía despacio:

—Gracias por tu preocupación.

De repente, las palabras murieron en los labios de Fabian. Al fin perdió los nervios al ver la petulancia en la expresión de Finnick. Se sentó con violencia en la cama y gritó:

—Finnick, déjate de tonterías y dime por qué has venido a verme.

Finnick se limitó a esbozar una fría sonrisa como respuesta al ver lo frustrado que estaba Fabian.

-Por supuesto que estoy aquí para agradecerte que hayas salvado a mi esposa.

De hecho, Finnick hablaba en serio.

Aunque le disgustaba el hecho de que Fabian fuera quien rescatara a Vivían del incendio, si no hubiera sido por Fabian, Vivían podría haber sufrido aún más lesiones.

A pesar de su sinceridad, sus palabras pincharon los oídos de Fabian como si fueran agujas. Enfurecido, Fabian se rio, miró con burla al Finnick en silla de ruedas y se burló:

-Así es. Fui yo quien salvó a Vivían del fuego, a diferencia de cierta persona que solo la habría agobiado aunque estuviera allí, ¿verdad?

Una niebla oscura se cernió sobre la expresión de Finnick al instante e incluso Noah se enfadó por esa afirmación.

Noah se adelantó y siseó:

Sin embargo, la expresión de Finnick se ensombreció aún más y ejerció más fuerza con las palmas. De repente, Fabian sintió un dolor agudo que irradiaba de su rodilla y cayó débilmente hacia atrás en la cama.

-Deja de usar la palabra 'lisiado' cada vez que puedes. -La voz de Finnick tenía un toque de amenaza en comparación con su tono tranquilo de antes-. Puedo asegurarme de que pases el resto de tu vida en una silla de ruedas como yo.

Por instinto Fabian quiso reprenderle, pero ahora estaba en verdad asustado por el dolor de sus rodillas, así que se contuvo. Sabía que, aunque Finnick estuviera en silla de ruedas, tenía la capacidad de incapacitarlo porque Finnick aprendió todo tipo de técnicas de autodefensa desde joven. Fabian sonrió con frialdad al ver que Finnick al fin se callaba. Le soltó la rodilla y se marchó sin decir nada.

—¡Finnick! -Sin embargo, antes de salir de la habitación, Fabian gritó su nombre desde atrás.

Aun así, no dejó de moverse.

-Podría haber rescatado a Vivían del fuego sin que sufriera ninguna lesión. Pero, ¡ella luchó con uñas y dientes para recuperar algo y eso hizo que quedáramos atrapados en el fuego!

Al escuchar esto, Finnick al fin se detuvo en su camino.

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