Casado dela noche a la mañana romance Capítulo 377

Aunque no creía que Finnick la hubiera olvidado por completo, al principio no estaba segura de qué decir, sobre todo porque él se había mostrado frío con ella durante bastante tiempo.

Hubo un silencio incómodo en el ascensor mientras ninguno de los dos hablaba.

Tras un largo silencio, Finnick no pudo evitar preguntar:

—¿Cómo te ha ido todos estos años viviendo en el extranjero?

No era porque sintiera algo por Evelyn, sino más bien porque consideraba oportuno mantener las distancias con ella puesto que ya tenía a Vivian. Para ser sinceros, Evelyn no era más que una víctima por aquel entonces, así que quizá no debería comportarse con tanta indiferencia hacia ella.

Evelyn al fin sonrió cuando escuchó la pregunta de Finnick. Sabía que Finnick nunca la olvidaría. Creía que solo no sabía cómo decírselo después de que ella se hubiera ido durante diez años, y por eso actuaba un poco distante con ella. Finnick siempre había sido frío con todos, excepto con ella, en el pasado.

—Bastante bien. La familia que me acogió me trató bien, como si fuera su propia hija. De ahí que haya tenido una vida relativamente fácil a lo largo de los años. Es solo que... —Evelyn se detuvo un momento y no dio más detalles.

—¿Qué pasa? —Tras notar que Evelyn se contenía, Finnick preguntó con curiosidad.

—No es nada grave. Es solo que hubo algunas repercusiones después de que me lesioné gravemente durante el incendio de ese año. —Evelyn sonrió y continuó—: Por lo tanto, mi salud ha sido un problema todos estos años y he sido hospitalizada a menudo. Parece que pronto me convertiré en su cliente habitual.

Los ojos de Finnick brillaron con un rastro de dolor al escuchar a Evelyn hacer bromas sobre su propia salud. Recordó que lo que más odiaba Evelyn era estar hospitalizada. Cuando estaba enferma, él tenía que hacer todo lo posible para persuadirla de que se tomara la medicina, pues de lo contrario no lo hacía. Parecía que se había acostumbrado a la experiencia cuando mencionaba estar hospitalizada ahora. Aunque ella decía estar bien todos esos años, él pensaba que debía haber sufrido bastante porque, después de todo, vivía bajo el techo de otra persona.

Ambos se pusieron a charlar en el ascensor. La mayor parte del tiempo, Evelyn hablaba y Finnick escuchaba. Además de hablar de su vida en el extranjero a lo largo de los años, Evelyn le hacía algunas preguntas a Finnick de vez en cuando. Aunque Finnick seguía actuando con bastante frialdad, no se mostró tan indiferente como al principio y respondió a las preguntas de Evelyn.

Después de estar atrapada en el ascensor durante bastante tiempo, el rostro de Evelyn se puso pálido de repente. Mientras se colocaba una mano sobre el pecho, se agachó y jadeó con fuerza.

—¿Cuánto tiempo más necesitas? —El técnico de mantenimiento escuchó de inmediato la voz exasperada de Finnick una vez que se conectó la llamada.

El técnico de mantenimiento no sabía por qué Finnick, que antes había conseguido mantener la calma, se mostraba de repente tan impaciente. De ahí que se apresurara a tranquilizarlo:

—Enseguida, señor Norton. Por favor, tenga un poco de paciencia. Estará hecho en treinta minutos como máximo.

—Date prisa, hay un paciente en el ascensor y la situación es muy crítica. —Al darse la vuelta y mirar a Evelyn, Finnick se dio cuenta de que ella aún no tenía mejor aspecto—. ¡Deprisa!

—Sí, sí, sí. —El técnico de mantenimiento respondió rápido y aceleró las reparaciones.

Cuando Finnick colgó el teléfono y volvió al lado de Evelyn, siguió acariciando su espalda en un intento de hacerla sentir más cómoda.

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