Me toma por debajo de las rodillas y me jala hacia la orilla, lo siento colocar la punta de su miembro en mi entrada y tiemblo ligeramente cuando lo introduce lentamente hasta el fondo.
–¡Ah, diablos!
–¿Te lastimé?
–¡No, no! Continúa.
Me mira divertido mientras saca y mete su pene de mi interior una y otra vez, incrementando la velocidad.
Unas gotas de sudor han aparecido ya en su frente, las limpio y lo tomo del cuello para acercarlo a mi y poder besarlo. Él mete su brazo derecho por debajo de mi cintura y con el izquierdo me toma del cabello para hacer mi cabeza hacia un lado y comenzar a succionar mi cuello.
–Eres maravillosa, ¿lo sabías?
Dice cerca de mi oído y mi respiración se acelera cuando me embiste más fuerte.
–Desde el primer...
Embestida.
–Momento en que tu...
Otra embestida.
–Me miraste, me cautivaste, Alyssa...
–Basta.
Digo, abrazándome a su cuello.
–No digas nada más y fóllame.
Lo siento sonreír sobre mi hombro y hago lo mismo. De pronto él se separa, dejándome confundida.
–¿Que? ¿Ya?
Él ríe ante mis preguntas y niega con la cabeza. Se acerca nuevamente y posa sus manos en la cara interna de mis muslos, abriendo mis piernas suavemente , lo veo bajar su torso y mi mirada se pierde cuando siento su lengua pasar por entre mis labios y encima de mi clítoris con movimientos circulares. A falta de algo a lo que aferrarme busco lo más cercano a mi, siendo esto sus cabellos. Enredo mis dedos en ellos y un fuerte gemido sale de mi mientras un espasmo se apodera de mi cuerpo. Se levanta nuevamente y me mira, me toma de las manos, me hace rodear su cuello con mis brazos y posiciona otra vez su pene en mi entrada.
–Deliciosa.
Dice en mi oído y lo mete en una estocada. Yo ahogo un grito al morder su hombro.
–Okay, ahora...
Gira su cabeza para mirarme.
–Necesito que te sostengas con fuerza.
Yo asiento y me aferro a sus hombros. Él me agarra por los pliegues de las rodillas y me levanta de la mesa, dejando mi trasero al aire.
Comienza a embestirme con esa posición y no puedo evitar el arquear mi espalda.
–¿Así te gusta?
Oigo la perversión en su voz y ¡Dios, claro que me gusta!
–Sí, así.
Nick deja un camino de besos desde mi hombro hasta mi cuello al ritmo de sus gloriosas embestidas, acercándome cada vez más al orgasmo.
Me desplomo en sus brazos cuando llego a mi climax y él me sujeta fuerte por la cintura. Cierro mis ojos mientras el espasmo se pasa.
–¿Todo bien?
Me dice, asiento con mis ojos aún cerrados pero los abro de golpe cuando lo siento besando dulcemente mis labios.
–¿Y eso por qué fue?
Le digo confundida.
–Me gusta besarte. Es todo.
–De acuerdo.
–Tanto que quiero follarte de nuevo.
Yo río ante eso.
–Tranquilo tigre. Muero de hambre así que, mejor lo dejamos para la próxima.
Me alejo de él para ir en busca de mi pantalón, pero cuando me agacho para recogerlo él me golpea el trasero.
–¿Auch?
–Eso te pasa por no dejar que te folle otra vez.
Él se encoge de hombros como si lo que acabara de decir fuese nada.
–Yyyy...¿donde iremos a cenar?
Cambio rápido de tema y me alza una de sus cejas.
–A donde tú quieras.
Se acerca a mi y deposita un beso en mi frente.
Yo también podría acostumbrarme a esto...
Sacudo mi cabeza mentalmente para alejar aquel pensamiento que no me puedo permitir. Siento como mi semblante cambia en una milésima de segundo, cuando me doy cuenta quiero volver a mi ánimo de antes pero no lo logro y Nick lo nota.
–¿Que sucede?
Me cuestiona. Yo no sé qué responderle porque no tengo ni puta idea de que es lo qué pasa en realidad. Mi mente trabaja a mil para descubrirlo pero no da con nada, así que simplemente le sonrío.
–Alyssa, en serio, ¿está todo bien?¿estás segura de que no te lastimé?
Niego con la cabeza aún sin responder, pero comienzo a sentir como mis lagrimas se aglomeran en mis ojos. Y caigo en cuenta que ya sé que es lo que me sucede.
Lo quiero a él, pero simplemente no puedo tenerlo.
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