Nicholas aumentaba cada vez más la velocidad y fuerza de sus embestidas mientras mis piernas se iban debilitando a la par, mis ojos estaban desorbitados, mi garganta seca y estaba cubierta por sudor.
–¡Aaaah sí, Nick!
Suelto un gemido sonoro y lo siento sonreír en mi oído.
–Eso preciosa, quiero oírte gemir mi nombre.
De pronto, a mi mente viene una sonriente Madison con cara de "carajo, que te lo dije" y yo me río ante ese pensamiento.
–Oh por Dios...
Clavo mis uñas en su espalda al sentir como mi orgasmo se acerca cada vez con más potencia.
–Oh no, esto aún no termina.
Sale de mi interior y lleva su mano a mi centro para comenzar a trazar círculos sobre mi clítoris. Arqueo mi espalda, acercándome más a él.
–¿Como se siente, preciosa?
Lo oigo decir.
–Maravilloso.
Logro articular con un hilo de voz.
Aleja su mano de mi y vuelvo a respirar con normalidad.
–Me encanta tanto verte así. Deseosa por mi.
–Cierra la boca de una vez y terminemos ya con esto.
–Lo que tú ordenes.
Ahora él está recargado en el respaldo de la cama y yo me subo encima, pongo mis manos en la cabecera y me dejo caer suavemente sobre él. Siento como va llenando cada espacio de mi y la respiración se me corta, pero una vez que ha vuelto a la normalidad, comienzo a mover mis caderas en círculos sobre él. Puedo sentirlo palpitar en mi interior al ritmo de mis movimientos y Dios, es tan...exquisito.
–Muévete más rápido para mi, preciosa.
–Sí señor.
Él se endereza y me abraza por la cintura, su cara queda a la altura de mis pechos y lo siento gruñir sobre ellos.
–¿Así?
–Oh si, mi amor. Justo así.
Mi mente divaga unos momentos, ¿era mi imaginación o realmente me había llamado "mi amor"? Quien sabe. Me encogí de hombros mentalmente y continué moviendo mis caderas hasta que por fin lo sentí llenarme con su tibio néctar.
Suelto la cabecera de la cama para abrazarme a su cuello.
–Eso fue maravilloso, preciosa. Gracias.
Lo oigo decir sobre mis pechos.
–Por...¿Nada?
Clavo mis dedos en su cabello y jalo despacio su cabeza hacia atrás, miro sus ojos y ellos me observan de una manera tan...especial, que siento como mi corazón se estruja en mi pecho. Sin soltar mi cintura, él eleva su rostro y me besa. Deposita un tierno y vasto beso sobre mis labios provocando que una boba sonrisa aparezca en mi rostro.
Me encojo de hombros al responderle, bajo mi mirada hasta su abdomen y la clavo ahí, pero me toma por la barbilla y me obliga a mirarlo.
–¿Estás arrepentida?
–No, pero no puedo evitar sentirme mal.
–Escúchame Alyssa por qué quiero que te quede muy claro. Tu y yo, tomamos nuestras propias decisiones. Decidimos iniciar estoy y nos tendremos que responsabilizar por las consecuencias que conlleven. Estoy dispuesto a afrontar lo que sea junto a ti, ¿me oyes? Lo que sea, porque no me arrepiento de haberte elegido.
Permanezco en silencio ya que, bueno, en realidad no sé qué responder a eso. Un nudo se va formando en mi garganta, apretándola al grado de no dejarme respirar.
–No se...no sé qué decirte Nick.
–No necesitas decirme nada, solo sígueme mirando justo así, tus miradas hablarán por ti.
Le sonrío y siento como las lagrimas pican en mis ojos, mas no las derramo, ni una sola.
–¿Te quedarás esta noche?
–Solo sí tú me lo permites.
–Entonces quédate conmigo siempre Nick, por favor.
Le digo y me abrazo a su torso, escuchando su corazón bombear.
–Lo intentaré.
Su respiración y sus latidos crean una melodía perfecta que, acompañada por sus caricias logran dejarme profundamente dormida sobre su fuerte pecho, sintiéndome protegida entre sus brazos.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: (COMPLETO) My F*ucking Hot Boss