–Luces preciosa.
Lo miro y me sonrojo ante su cumplido. Habíamos ido a mi apartamento para ponerme algo "apropiado" para el club, ya que al parecer la falda y zapatillas no eran una opción, así que al llegar a mi casa busqué rápido un cómodo pero a la vez lindo conjunto y estaba preparada.
–Gracias.
Le respondo poniendo detrás de mi oreja un mechón de mi cabello. Nick enciende el auto y nos vamos con rumbo aún desconocido para mi.
–Y a todo esto, ¿sabes jugar golf?
Le pregunto.
–La verdad soy pésimo. A Roger Donovan le gusta ganar pero lo único en lo que es bueno es en el golf y en mi caso el golf es uno de los deportes que me importan muy poco así que nunca le he puesto el tiempo suficiente para mejorar.
–Ya veo.
Me río y vuelvo a mirar el camino. Aproximadamente treinta minutos después, Nicholas está entrando por un enorme portón blanco con la siglas "RD" en color dorado.
–Wow, esto es...
–¿Extravagante?
–Ehm, podría decirse. Si.
La entrada me recordó a cuando fui a la casa de Nick. Pasando el portón había un largo camino escoltado por pinos y una extensa área verde detrás, al llegar al final del camino había una escultura de las letras que estaban incrustadas en el portón pero no dudaría en que la escultura fuera de oro sólido y la entrada al club estaba custodiada por aproximadamente treinta mozos.
Nicholas estaciona en la entrada y entrega sus llaves a uno de los mozos para ir a ayudarme a bajar pero cuando extiende su mano hacia mí siento flaquear mis piernas.
–Eh yo...debo volver a mi apartamento.
Me doy la vuelta rápidamente pero Nick lo es aún más y logra tomarme por la cintura.
–¿Que?¿que quieres decir?
–Yo...no creo estar vestida adecuadamente para entrar aquí.
–¿Estás loca? Ya estamos aquí, si volvemos a tu apartamento no será solo a que te cambies de ropa, ¿me entiendes?
Clavo mis ojos en él y me mira en modo de advertencia.
–Está bien, está bien.
Pongo mis manos en alto, en señal de rendición. Él toma mi mano y ambos subimos las escaleras hacia la entrada. Al entrar a la villa, su interior me deja simplemente sin palabras. El señor Donovan sin lugar a dudas supo combinar a la perfección la elegancia con la simpleza. Era precioso pero sin estar cargado de extravagancias.
Un "wow" sale de mis labios y oigo a Nick reír ligeramente.
–Hola Joanne, tenemos una cita con Roger.
Nick saluda a la chica detrás de una pequeña isla y ella le sonríe amablemente.
–Señorita, un placer.
Le extiendo mi mano para estrecharla, él la toma más no la estrecha, sino que lleva mis nudillos a sus labios y deposita un vasto beso en ellos.
–Mucho gusto señor Donovan.
–Por favor no me digas señor, me haces sentir viejo.
Le sonrío tímidamente y asiento.
–Llámame Rog.
–De acuerdo.
Él nos invita a tomar asiento y los negocios dan inicio.
–No te arrepentirás Rog. Tu conoces mi empresa y conoces a mi familia, Sabes que cuando prometemos algo damos todo por cumplirlo.
–Lo tengo muy claro mi amigo, así que no es necesario que digas más. Dalo por hecho.
Me sería difícil describir la sonrisa que apareció en el rostro de Nick al oír esas palabras, lo único que podría decir es que fue lo más hermoso que había visto por mucho tiempo. Su rostro reflejaba la felicidad de un niño al recibir un juguete y el orgullo de un hombre al lograr algo realmente importante.
Al mirarlo así, no pude evitar que llegara a mi mente la idea de querer verlo así de feliz siempre, y estaba segura de una cosa: que haría lo que fuera para que esa sonrisa jamás desapareciera de su rostro.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: (COMPLETO) My F*ucking Hot Boss