El jardín trasero de los Lowel estaba adornado de tal manera que parecía un jardín encantado. Luces doradas colgaban de los árboles y arreglos florales llenaban el lugar. Había un espacio destinado a bailar en el centro, un escenario y mesas con manteles blancos en el contorno. Todo lucia hermoso.
Sin embargo, la decoración pareció absurda cuando Sam apareció en la fiesta. Su cabello rubio perfectamente liso, un maquillaje impecable y un hermoso vestido color esmeralda para resaltar el color de sus ojos. Cuando giro y nos vio entrando a su hermano y a mi, su sonrisa se ensanchó, corrió hacia mi y me rodeó con un abrazo.
–¡Que bueno que estás aquí!
Cuando me soltó, extendí hacia ella una pequeña caja de regalo.
–Espero que te guste.
Al abrir la caja, sus ojos comenzaron a brillar.
–Ay Aly, es precioso.
Era un dije en forma de nota musical acompañado de una fina cadena en color plata.
Volvió a abrazarme y después a su hermano.
–Me encanta. Pasen, tomen asiento.
Nick tomó mi mano y me guió hasta la mesa donde estaban sentados sus padres.
–¿Como sigues, Alyssa?
Me pregunta Claire.
–Ya bastante mejor, gracias.
–Me da gusto oír eso.
Ella me sonríe y da un sorbo a su bebida.
No pasa mucho tiempo hasta que el jardín está repleto de personas, unas bailan animadamente en la pista improvisada mientras otros conversan tranquilos en sus lugares. Claire y Richard están bailando, Nick yace a mi lado con mi mano entre las suyas y acariciando mis nudillos, Sam esta dando vueltas por todos lados con sus invitados.
De repente Nick me suelta y se levanta de su lugar, supongo que irá al baño, no lo sé. Bebo de un trago el líquido restante en mi vaso, pero escupo la mitad al oír la voz de Nicholas al micrófono.
–Buenas noches a todos.
El DJ ha detenido la música y todos los presentes se giran al escenario para ver lo que sucede. Nick aclara su garganta y continúa hablando.
–Este día estamos todos aquí para celebrar el cumpleaños de mi hermana Sam...
¿Dirá un discurso?
–Pero no estoy aquí para eso, quiero decir...Sam, eres increíble y te amo pero me gustaría que me dieras unos minutos de tu noche especial para decir algo importante.
–¡HAZLO BOBOOOO!
Sam grita desde algún lado del jardín y su hermano sonríe.
–Gracias, pequeña.
Nicholas inhala profundo y agarra el micrófono con su mano, mientras la otra la guarda en el bolsillo.
–Hay una mujer aquí que...bueno, que amo con todo mi ser. Que se ha convertido en mi fuerza vital y en mi razón para seguir adelante.
Su mirada se posa en mi y todo mi cuerpo se tensa.
–Quiero amarte por lo que me reste de vida, Alyssa. Quiero amanecer a tu lado todos los días de mi existencia. Quiero estar ahí para ti siempre que me necesites, ser tu confort, tu hombro en el que puedas llorar y la razón de tu hermosa sonrisa.
Quita el micrófono de su pedestal y baja del escenario, caminando con paso lento pero seguro hacia mi. Cuando me alcanza me mira fijamente a los ojos y siento derretirme por su sonrisa. Lo veo hincarse lentamente frente a mi.
–Alyssa McCann, ¿me harías el grandísimo honor...de ser mi esposa?
Saca la mano izquierda de su bolsillo hecha un puño, el cual abre para descubrir una pequeña caja de color azul real y cuando la abre mi boca se abre automáticamente formando una "O" en mis labios.
Lagrimas comienzan a brotar nuevamente por mis ojos sin yo poder evitarlo. Estoy feliz pero...
–No.
–Eso ya lo hablé con Corrine, tendrá mi apellido y no le hará falta nada, pero no habrá nada entre ella y yo.
–¿Por mi?
–¡Pues claro! Yo te amo a ti, Alyssa. No puedo estar con Corrine.
–Yo no le quitaré el derecho a ese bebé de crecer con un padre, Nick.
–¿Pero de que me estás hablando? Tu y yo nos amamos, tú eres mía y yo soy tuyo. Nos pertenecemos.
–Yo sé lo que es crecer sin un padre, Nick. Y no quiero eso para tu hijo.
Él avanza nuevamente hacia mi y toma mi rostro entre sus manos para obligarme a mirarlo.
–No me hagas esto. Te lo suplico, Alyssa, no me dejes.
–No podré estar tranquila si doy prioridad a mi propia felicidad, sería egoísta y no...no es correcto.
–¿Egoísta?¿es egoísta pensar en ti?¿en tus sueños y en tu felicidad?
–Lo es sí se que habrá personas inocentes lastimadas.
Quito sus manos de mi rostro y las dejo a sus costados. Lagrimas comienzan a llenar sus ojos, al igual que los míos. Un nudo en mi garganta se esta formando y me cuesta respirar, no puedo reaccionar y mi cuero no se mueve.
–Nick por favor no me busques. Quiero que te olvides de mi y te centres en hacer feliz a tu hijo y continuar con tu vida?
–Por favor, no. No lo hagas.
Tomo su rostro y lo acerco a mi para dejar un corto beso en su mejilla, cerca de sus labios.
Él cierra los ojos ante mi toque y lo siento temblar. Más lagrimas ruedan por sus mejillas y mi alma se hace añicos.
Me había fallado a mi misma y le había fallado a él. Prometí hacerlo feliz. Prometí amarlo tan intensamente como él me amaba a mi. Prometí entregarle mi alma y todo lo bueno que pudiese salir de mi. Pero ahora estaba aquí, en mi apartamento haciendo mis maletas con un boleto de avión a Australia en mi bolsillo y un dolor inimaginable en el corazón.
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