Contra El Mundo Por Ella romance Capítulo 6

Nicole se apresuró a retirar su mirada y luego se acercó a él antes de entregarle su cartera.

—Aquí tiene su cartera, señor Gardner; por favor, compruebe si le falta algo. Si no hay nada, me iré—suspiró. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de marcharse, Queenie la llamó preguntándole:

-¿Por qué estás aquí, hermana?

«¿No se supone que Nicole ha desaparecido? ¿Por qué está aquí de repente, presentándose ante Colton nada menos que con su cartera en la mano?» Un brillo malicioso parpadeó en sus ojos. Estaba buscando una salida para desahogarse después de haber sido reprendida por el hombre hace un momento, ¡y allí estaba Nicole, empeorándolo todo!

Nicole se congeló ante las palabras de Queenie. Como no quería tener nada que ver con los Anderson, mostró una sonrisa distante y dijo:

-Lo siento, pero me tomaste por la persona equivocada.

Justo cuando estaba a punto de marcharse, Queenie gritó con fuerza desde atrás:

-Han pasado cinco años desde que te fuiste, hermanita. Papá te echa mucho de menos. ¿Puedes venir a casa cuando estés libre?

En cuanto Queenie dijo eso, un murmullo de chismes se desató entre la multitud.

-¿Así que esta es la hija ilegítima de la familia Anderson?

—Escuché que se acostó con un tipo por dinero hace varios años...

-Tsk, tsk... ¡Baja la voz! La otra Anderson sigue aquí.

Al escuchar sus palabras, Queenie se alegró. Al fin y al cabo, fue ella la que difundió todos esos rumores. «¡La hija mayor de la familia Anderson es ahora una prostituta despreciada por todos! Eso es justo lo que buscaba.

Quiero que Nicole tenga la peor reputación y viva como un perro callejero. ¡Sólo entonces seré feliz!», pensó.

—Tampoco estaba insinuando nada. Sólo estaba explicando la situación de la familia Anderson a aquellos que desconocen la verdad, para que no les laven el cerebro con algunos rumores falsos.

Tan pronto como terminó de hablar, sintió una mirada significativa sobre ella; siguió la mirada para descubrir que era de Colton. Ese tipo no había dicho ni una sola palabra de principio a fin. Sus ojos eran oscuros e insondables, y la comisura de su boca se levantaba en el más mínimo atisbo de sonrisa. Claro, parecía que se regodeaba con lo que estaba sucediendo.

Sin embargo, ella no estaba interesada en hacer un espectáculo, así que se dio la vuelta y se largó.

No fue hasta que cerró la puerta para aislarse del mundo cuando se dio cuenta de que su corazón latía con fuerza, como si fuera a salirse del pecho. Sin embargo, no era porque tuviera miedo de Queenie; era sólo porque estaba reprimiendo su rabia.

«¡Fue por culpa de esta mujer que mi madre murió! Nunca dejaré que se libere, ni tampoco todos los miembros de la familia Anderson». Apretando los puños, se quedó en su sitio para recuperar la compostura hasta que su rostro volvió a ser inexpresivo como de costumbre.

Cuando volvió a casa, Hayden ya estaba dormido. Cuando vio la pequeña figura acurrucada en la cama, su corazón se calmó. Dio un paso adelante y besó la cara dormida de su hijo mientras una sonrisa de gratificación levantaba las comisuras de su boca. «Por suerte, ya no estoy sola.

Todavía tengo a Hayden, mi pequeño querido...»