CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 18

CONSOLIDANDO SU UNIÓN, SEGUNDA PARTE (+18)

«¡Santa m****a! Esa polla… debe ser el tipo de erección con el que sueñan las mujeres, las que le rezas al hombre que te gusta. Es la combinación perfecta de largo y grosor»

―¿Te agrado?

―Sí ―ella respondió en piloto automático y sí, con un poco de baba.

―Bien. ―dijo dando un paso hacia ella ―porque, aunque este apareamiento no es lo que quiere ninguno de los dos. ―se arrodilló frente a ella ―Puedo prometerte que solo me acostaré contigo. No habrá otra que ocupe mi cama ―sus ojos se alzaron y la miraron con firmeza ―Y eso también tendrás que cumplirlo. No habrá otro que toque tu cuerpo, ¿está claro?

Aylin movió la cabeza en un asentimiento y fue todo lo que pudo hacer cuando lo vio deslizando sus bragas hacia abajo. La bajo lentamente y al mismo tiempo acaricio sus pantorrillas, su toque era suave, ligero y sensual.

Y todo lo hizo mirándola a los ojos, diciéndole que solo sería de él, y esto envió aleteos a su vientre, consiguiendo que su coño latiera en respuesta.

Cassian echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos mientras aspiraba profundamente.

―Por la luna, ese aroma tiene que ser el más puro jamás creado ―las palabras salieron como un gruñido. Y cuando la miro, sus ojos ahora estaban llenos de deseo, lujuria, posesividad. ―Necesito probarte.

La llevó a la cama y la acostó lentamente, demasiado excitada para hablar, Aylin abrió las piernas dándole todo el permiso que necesitaba. Cassian le dio un suave beso en la rodilla antes de pasar sus dedos por la parte posterior de sus piernas y quedarse en sus muslos, donde los abrió lentamente.

Aylin pensó que debería estar avergonzada de que viera lo mojada que estaba por él, pero no lo estaba. El pasó su lengua por el interior de su muslo y ella agarró con fuerza las sabanas debajo de su cuerpo.

Un pequeño grito salió de sus labios y Cassian sonrió antes de enterrar su nariz en la parte superior de sus piernas. Cuando su lengua recorrió sus pliegues hasta su clítoris, ella gimió tan fuerte, que incluso supuso que los que estaban afuera habían escuchado.

El sonido de placer solo acrecentó la necesidad de Cassian, porque se sumergió y devoró su coño como si lo hubieran privado de él demasiado tiempo. Ella se desplomó en el colchón y cerró los ojos mientras él la llevaba a las alturas. Sus caderas se balancearon hacia su boca y en poco tiempo su mano se enterró en el cabello de Cassian.

―Por favor… ―le rogó a pesar de que él no mostró signos de ceder.

Aylin se vino rápido y fuerte. Su cuerpo se estremeció con fuerza, pero Cassian siguió bebiendo de ella como una fuente, limpiando cada gota de su esencia y enviándole a un espiral de orgasmos.

―No… puedo… por … favor… ―ella intentó huir de su experimentada lengua, pero él la mantuvo en su lugar, disfrutando de su sabor afrutado. Y más gemidos se formaron en su garganta.

―¡Cassian!

―Sí ―gruño ―Deja que todos escuchen quién es el que te posee. Sus ojos se habían vuelto rojos, pero rápidamente se volvieron normales. Finalmente, la soltó y ella, luchó por recuperar el aliento.

Cassian se lamió los labios y luego bajó la mirada a su coño rosado y brillante, pasó una mano y tomó una parte, para luego cubrir su polla, untándola a lo largo y mezclándola con el líquido pre seminal en su punta.

―Estoy tratando de mantener a raya a mi lobo, pero él está luchando conmigo por el control.

Los ojos de Aylin se abren con temor.

―Pero, no te preocupes ―la tranquilizó, y colocó un dedo bajo su barbilla ―Él nunca te hará daño.

Ella encontró consuelo en sus palabras.

―Lo prometes ―pidió.

―Lo prometo ―el respondió mientras se inclinaba hacia ella y besaba sus labios ―Hare todo lo posible para ser amable.

Aylin se dejó guiar por él y Cassian en un segundo estuvo sobre ella, colocó una rodilla en el colchón y abrió sus piernas poco a poco.

El temor comenzó a apoderarse de Aylin. Él acarició su mejilla y miró sus temerosos ojos azules.

―Respira, lo haré bien, te voy a hacer disfrutar.

Ella respiró un poco antes de relajarse, dejando que él la cubriera con su calor. Cassian, sostuvo uno de sus muslos y levantó su pierna, abriéndola para él. Con su vista fija en la de ella, preguntó.

―¿Estás lista?

―Si ―Aylin susurro.

La punta de su polla se empujó contra su coño, abriendo sus labios. Y ella jadeó en respuesta.

Cassian empujó un poco más y Aylin se mordió el labio mientras se le escapaba un gemido. Y si ella estaba luchando, Cassian parecía estar luchando por su vida. Empujo un poco más dentro de su cuerpo, y un grito salió de los labios de Aylin, Cassian se quedó inmóvil, con sus ojos fijos mirándola.

―¿Qué diablos? ―gruño.

Ella apartó la mirada avergonzada. Pero, Cassian, en cambio, inhalo el olor y sus ojos se volvieron oscuros, la sangre virgen olía diferente a la sangre normal, y en su mundo era un premio otorgado a una verdadera alma gemela.

―¿Por qué no me lo dijiste? Creí que tú…

―Lo siento ―susurro, luchando contra la incómoda sensación. Quemaba y dolía cuando su cuerpo se apretaba tratando de aceptarlo dentro de ella. Ella evadió a Cassian avergonzada.

Su lobo aulló herido y adolorido al haberle negado su derecho, y aunque para Cassian estaba siendo muy difícil, no pensaba salirse de sus planes, marcar a Aylin sería un gran error. De repente, sus embestidas se volvieron furiosas y sus gruñidos resonaron en toda la habitación, un segundo después su cuerpo se sacudió mientras una maldición salía de los labios de Cassian, su semilla caliente se derramaba dentro de ella.

Un poderoso orgasmo se hizo dueño de Aylin, tanto así que la hizo ver las estrellas.

Cuando terminó, Cassian soltó su agarre y se apartó de ella, dejándose caer de espaldas en la cama. Todo el cuerpo de Aylin hormigueaba como si estuviera siendo acariciada con una pluma, los espasmos de su orgasmo aún hacían mella en ella. No quería mirarlo, porque sabía lo que vería en sus ojos, en cambio, se quedó inmóvil mirando hacia el techo. S

Sin embargo, fue lo que Cassian dijo a continuación, lo que atravesó su pecho como una flecha.

―Descansa, por la mañana Leila te proporcionará un té para asegurarnos de que no quedes embarazada. Esta será la única vez que mi semilla se derramara dentro de ti. No habrá hijos en esta unión.

El corazón de Aylin latía con fuerza y sus manos comenzaron a temblar ligeramente. En ese momento, quiso reír, pero se dijo que nada de esto debía asombrarle, él había sido claro con ella desde el principio, no iba a darle su corazón, era obvio que no hubiese hijos.

―Está bien, supongo que puedo esperar a que esta mascarada termine.

Cassian frunció las cejas cuando la escuchó.

―¿Qué quieres decir?

―Quiero hijo, Cassian. Siempre he querido tener hijos.

―No habrá niños ―dijo en tono definitivo.

―Bien, no hay problema, no estoy diciendo que tenga que ser contigo ―ella le dio la espalda como si no le importara.

Ni siquiera se había girado muy bien, cuando Cassian le dio la vuelta y estaba sobre ella. Sus ojos brillaban con un toque posesivo, se inclinó hacia ella y agarró sus muñecas sujetándolas arriba de su cabeza.

―¿Piensas permitir que otro toque tu cuerpo?

―Me estás lastimando ―se quejó mientras forcejeaba con él ―Suéltame.

―No habrá otro, Aylin, ¿entiendes? No habrá nadie, si llego a saber que me engañas…

―¿Qué? ―pregunto ella con valentía ―Mientras esté unida a ti por un año, voy a respetar esta unión, pero una vez sea libre, puedo hacer lo que me plazca y créeme Cassian, no me resultará difícil encontrar a alguien que…

Las palabras murieron en sus labios, porque él, se apoderó de ellos en un beso castigador.

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