CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 18

LA VERDAD DE TODO

―Esa mujer era una bruja y su nombre… es Medea.

Aylin estaba estupefacta.

―¿Qué? ¿Medea?

El alfa miró fijamente a su compañera y suplico en un susurro.

―Aylin… necesito que me escuches. La mujer que creías que era Ruth, en realidad era una bruja llamada Medea. Fue ella quien nos separó, quien sembró la discordia entre nosotros.

Ella estaba sin palabras, su cerebro no terminaba de procesar tal verdad. Lo miró con incredulidad.

―No puedo creerlo… ¿Cómo… cómo pudimos ser engañados?

― Intenté ir tras de ti el día que escapaste, pero fui emboscado por Logan. Ese día descubrí la verdad detrás de todo, ella apareció con él, no podía creer que la mujer que… ―el alfa apretó los labios ―… que la mujer que pensé era mi ex compañera, se había unido con mi sobrino. Pero ojalá hubiera sido así, en cambio, termine dándome cuenta de que fui el idiota más grande del universo. Medea mostró su verdadero rostro y terminó confesando que fue enviada por Lestat, el rey vampiro.

Los ojos de Aylin se llenaron de lágrimas y comenzó a negar sin poder creer que hubieran sido víctimas de la maldad de otros.

―Esto es demasiado… No puedo procesarlo.

―Te juro que es la verdad, mi amor. Y esa misma noche, acabé con Medea por todo lo que nos hizo sufrir. Y te prometo que acabaré con Lestat por intentar destruir nuestra manada.

―Pero… no entiendo, ¿Qué motivos tendría Lestat para atacarnos? El acuerdo de paz, ¿no los involucra a ellos también?

Cassian sonrió ante la inocencia de su mujer.

―Los vampiros son nuestros enemigos naturales, mi amor. Ellos nunca querrán la paz. Sin embargo… ―el alfa evadió la mirada de su loba.

―¿Sin embargo…? ―Aylin lo instó a hablar.

Él no quería preocuparla, pero sabía que no podía haber más secretos entre ellos, así que se lo dijo.

―Medea dijo que Lestat te quiere, pero nunca nos dijo, ¿Por qué? ¿O para qué? Después de esa noche no he tenido paz mi amor, te busqué por todas las manadas, incluso por los siete reinos, pero nunca imaginé que regresarías al mundo humano.

Aylin pudo sentir la preocupación emanando de él y ahora ella también lo estaba, convertirse en el blanco de un ser tan malvado y poderoso como Lestat, era preocupante. De repente, pensó en Rowan y el miedo la embargó por completo.

―¡Rowan!

―¿Qué pasa con él?

―No puede volver Cassian ―afirmo ―Nuestro hijo no puede regresar a nuestro mundo. Si Lestat está tras de mí, si se entera de la existencia de Rowan…

Los ojos de Aylin se volvieron ansiosos y llenos de temor. Cassian la abrazó para calmarla.

―No voy a dejar que nada les pase, lo juro, mi amor. Voy a protegerlos con mi vida si es necesario.

Aylin correspondió el abrazo y cerró los ojos dejando que la sensación de seguridad que le transmitía estar en los brazos de Cassian la envolviera, dejó que los latidos de su corazón la calmaran. Y de pronto se dio cuenta de lo mucho que habían perdido, de que él había perdido momentos especiales.

―¡Oh, Cassian! Hemos perdido tanto … de haberlo sabido, yo…

Él la apartó un poco e hizo que la mirara. Sus ojos verdes se clavaron en ella con una profunda intensidad.

―Nunca dejé de amarte, Aylin. Mi corazón siempre ha estado contigo. Pero… esa m*****a bruja me lanzó un hechizo de sangre, manipulando mis acciones.

Aylin se tapó la boca conteniendo un sollozo.

―Oh, Cassian…

―Lamento profundamente la muerte de tu padre, pero debes saber que fue Logan quien lo mató. Las fotografías, solo fueron parte de su plan para volverse el alfa… todo fue parte de un acuerdo con el vampiro. Y él… él mató a mi hermano… ―apretó las manos con fuerza ―… a su propio padre.

―¡Por la diosa! No puedo creer que Logan sea capaz de algo tan cruel…

De repente, Cassian se arrodilló delante de ella y levantó la cabeza para mirarla a los ojos. Aylin estaba a punto de pedirle que se pusiera de pie, cuando él habló.

―Te pido perdón por no haber sido lo suficientemente fuerte, por permitir que sufras así. ―sonrió con tristeza ― Aylin, tú eres mi única compañera, mi mujer, y ahora la madre de mi hijo. He vivido en agonía durante cuatro años, como un muerto en vida. ― le suplico con la mirada ― Te ruego… me des una oportunidad.

―Mi amor… ―ella extendió su mano y acarició su mejilla, el alfa cerró los ojos disfrutando de la calidez de su toque ― Yo tampoco he dejado de amarte ni un solo día y puedo asegurarte de que seguiré amándote hasta después de la muerte. ―sus ojos se llenaron de lágrimas ―Por favor ponte de pie y abrázame.

Cassian obedeció, se levantó y la rodeó con sus brazos. Ella le dio una sonrisa y sin decir una palabra, lo besó ligeramente. Se apartó un instante y una sonrisa coqueta adornó sus labios.

―No tengo nada que perdonarte mi amor, porque ambos fuimos parte de un plan. Sin embargo, hay algo que quiero que hagas.

Cassian sonrió como un hombre que ha recibido la absolución y dijo emocionado.

―Hare lo que desee mi reina.

―Bueno, entonces esta reina… ―se inclinó un poco, chupó el lóbulo de su oreja y susurro ―… desea que le hagas el amor.

El alfa rompió el beso y sus manos trabajaron lo suficientemente rápido para desnudarla. El nerviosismo se apoderó de ella al saber que nuevamente la haría suya, lo haría como todas las noches que lo soñó, pero ahora era una realidad.

Cuando estuvo desnuda, la mirada ardiente de Cassian recorrió el cuerpo de Aylin, era un poco diferente al pasado. Ahora sus pechos eran más grandes y sus caderas se habían abierto, creando una masa de curvas que en su opinión la hacían ver más deseable.

Alcanzado la bragueta de su jean, comenzó a bajarlo. El corazón de Aylin latió con violencia.

―Recuerdo que me debes una mamada ―dijo con seriedad ―Y planeo cobrármela, lobita mal portada.

―¿Te hice daño?

Pero el coño de Aylin solo lo apretaba mientras la llenaba hasta la empuñadura. La sensación de ser llenada nuevamente luego de cuatro años, la escocia, pero se sentía bien.

―No… ―aspiro un poco de aire ―Quiero más.

Las manos de Cassian sujetaron con fuerza sus caderas y se retiró para luego embestirla con fuerza. Aylin, juro que vio las estrellas.

―Tu coño encaja perfectamente con mi polla, Aylin ―gruño ―Estamos hechos el uno para el otro.

Luego le dio otra embestida y ella correspondió cada una de ellas con gemidos y quejidos incoherentes. Con las manos sosteniéndose del espaldar del sofá y la respiración agitada, miro la redonda luna mientras Cassian la follaba.

Salvaje. Duro. Implacable.

―Cassian… ―suplico ― Oh, Diosa…

Sus miradas se encontraron y eso pareció aumentar la necesidad en ambos, porque el alfa aumentó la velocidad de sus embestidas, los gemidos de Aylin llenaron cada rincón de la casa del árbol.

Sus manos se clavaron en sus muslos y su longitud estiró sus músculos internos mientras iba tan profundo como podía. Los pezones de Aylin se endurecieron y observó la expresión posesiva del alfa a través de sus ojos entornados.

―Eres mia, Aylin. Mi compañera… mi luna… mi mujer ― la embistió con fuerza ―Y voy a llenar tu vientre con mi semilla. Voy a poner otro bebe allí, me darás muchos cachorros.

Sus respiraciones eran agitadas. La casa del árbol estaba llena de gemidos desesperados. La dureza de la polla de Cassian golpeando dentro de ella.

―Tu coño está hecho para mí. Solo para mí.

Los ojos de Aylin se cerraron mientras Cassian la embestía salvajemente, la ola del orgasmo estaba cada vez más cerca.

―Cassian… ―otro gemido entrecortado se desató en el aire ―Por favor… por favor… ―el placer dulce y caliente se acumuló. ―Necesito…

―¿Qué necesitas mi amor? ―la respiración del alfa también era agitada.

―A ti. ―respondió ella y se inclinó para apoderarse de sus labios en un beso. Se apartó y sus ojos se clavaron en los de él, llenos de deseo, lujuria, necesidad de venirse. ―¡Oh… oh, diosa…! ¡Estoy…!

La espalda de Aylin se arqueó y el placer inundó cada célula de su cuerpo. Su coño apretó la polla del alfa mientras se derramaba en su interior. Sentía que su cuerpo flotaba en el aire y mientras la longitud de su marido aún palpitaba dentro de ella.

Cassian dejó caer su cuerpo saciado y pegó su frente a la de su mujer, y besó sus labios.

―Te amo, mi luna.

Aylin sonrió y lo abrazó sintiendo los últimos espasmos de su venida.

―Te amo, mi alfa.

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