CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 22

¡NO LA TOQUES!

«Aylin» el lobo de Cassian dijo por quinta vez esa mañana. Él soltó los documentos y echo la cabeza hacia atrás, se le estaba haciendo demasiado difícil luchar contra su instinto. Incluso después de ducharse, el olor de ella no desapareció. Solo recordar lo que había sucedido dentro de la habitación, su polla cobraba vida y ha permanecido así desde el momento en que la dejo.

Nunca imagino que ella sería tan perfecta, su cuerpo lo recibiría tan bien y su coño lo envolvería tan fuerte, así que no le asombraba que se formara esta adicción. Sospechaba que iba a ser un idilio mantenerse lejos de ella. Pero, la cereza del pastel fue descubrir que era virgen, que él había sido el primero, eso encendió toda la vena posesiva en él, una posesividad que ni siquiera había experimentado en Ruth.

La puerta del estudio se abrió y Lorcan entro con una sonrisa burlona.

―¿Qué alfa deja el lecho tan temprano? ―camino hacia el escritorio y se sentó dándole una mirada divertida ―El día que me toque, me tomaré al menos una semana.

―¿Qué quieres? ―Cassian comenzaba a arrepentirse de pedirle que se quedara.

―Hacerte compañía mi buen amigo, para ser un recién apareado… te ves como la m****a.

Cassian, continúo leyendo los papeles e ignorando a su amigo.

―¿Por qué estás tan de mal humor? Pensé que pasar una noche con esa belleza, luego de cinco años de sequía, te haría sonreír.

El otro le dio una mirada hostil y bufo para volver a leer.

―¿No tienes algo que hacer? Podrías ir con los demás y buscar en qué ayudar.

―No estoy acostumbrado al trabajo duro ―Lorcan se alzó de hombros ―Me pediste que me quedara y eso estoy haciendo, acompañándote. Vamos, dime, ¿Qué tal te fue anoche? ¿Es tan dulce como parece?

Las manos de Cassian apretaron con demasiada fuerza el papel, tanto que las venas en sus brazos se abultaron. Sus ojos, de un tempestuoso verde, se volvieron de un rojo letal.

―No vuelvas a hablar de ella de esa manera. ―gruño.

―¡Wow, wow! ―su amigo alzo las manos en señal de paz ―Está bien, cálmate. No quería ofenderla, pero en mi defensa debo decir que te comportas muy territorial con alguien que dices que no te importa.

―Es mi compañera, mi luna y aun si es por un corto tiempo, no voy a permitir que tú o alguien de la manada le falte el respeto.

―Está bien, lo entiendo. ―Lorcan, se aclaró la garganta ―Mantendré mi distancia.

―Buena decisión. ―dijo el alfa, controlando su temperamento y volviendo sus ojos a su color habitual. ―Sin embargo, la razón por la que te pedí que te quedaras, no es solo que husmees en mi vida privada.

―¿No?

―Hay algo en lo que necesito me ayudes.

―Esto si pico mi curiosidad ―murmuro el beta y se inclinó hacia delante ―¿Qué es?

Los sentidos agudizados de Cassian le confirmaron que no había nadie cerca, así que pudo hablar con tranquilidad.

―El tío de Aylin, me dijo que han estado desapareciendo cachorros de aproximadamente cuatro a seis años. Y todos son hijos de omegas.

Los ojos de Lorcan se abrieron con sorpresa.

―Pero que… ¿Por qué o qué?

―Eso es lo que quiero averiguar, ¿y adivina qué? También ha estado sucediendo dentro de la manada. Me resulta bastante extraño que no hayan mencionado nada.

―Quizás haya sido por todo este asunto del testamento de Alaric, es algo demasiado delicado como para no hablar de él.

Los ojos de Cassian se entrecerraron y la sospecha de que ese asunto estaba relacionado con la muerte de su hermano, se hizo más fuerte.

―He estado pensando en algo. ―murmuro ―Y es que esto tiene que ver con la muerte de mi hermano, Patrick dijo que Alaric había ido al mundo humano, lo cual es muy raro dado que él nunca se acostumbró a ellos. Tuvo que ser algo demasiado importante, para que tuviera que ir.

Lorcan asintió lentamente mientras reflexionaba las palabras de su amigo.

―Tienes toda la razón, desde que Alaric decidió ir, es porque sabía algo que los demás no.

―Exacto. Y solo una persona va adarme la información que necesito ―los ojos de Cassian se volvieron tormentosos.

―El padre de Aylin ―termino Lorcan por él, mientras esbozaba una sonrisa.

[…]

―Sí, y… debes beber cuanto antes el té, el alfa dijo que me asegurara de que lo hicieras.

Aylin torció los labios y se dirigió a la mesa, agarro la tasa y bebió el contenido de un solo trago, para luego dejar la tasa con un fuerte golpe.

―Ya puedes decirle a tu alfa, que lo bebí. ―Camino hacia la cama y comenzó a vestirse ―Asumo que ya no soy una prisionera, ¿verdad?

―No, Aylin. Eres su luna, por lo tanto, intocable para la manada.

―Bien. ―se subió los pantalones ―Porque tengo intenciones de ver a mi padre.

Después de vestirse, salió de la tienda con la frente en alto. Todos los que alguna vez la trataron con amabilidad, únicamente la ignoraron. Leila, que iba a su lado, dijo a toda prisa.

―¿No crees que es demasiado pronto?

―No, Cassian lo prometió, Leila y haré que sea fiel a su palabra. ―la chica siguió con paso decidido a la gran casa. Lo que no esperaba era encontrarse con alguien demasiado desagradable para ella.

Logan venía en sentido contrario y sonrió sarcástico cuando la vio.

―Mira a quién tenemos aquí ―dijo de forma cantarina y se detuvo delante de ella ―A la recién nombrada luna de la manada.

―Logan, no tengo tiempo, quítate de mi camino.

―Supongo que no eres tan… caliente como pareces, ¿eh? Si tu compañero te abandona tan pronto salen los rayos del sol, bueno… quiere decir que…

La fuerte bofetada se escuchó de repente. Los ojos de Logan cambiaron a un amarillo profundo y sus colmillos descendieron acompañados de un rugido.

―Eso es para que me respetes. Te guste o no, soy la luna del alfa de esta manada y me tratarás como se debe. ―ella dio un paso hacia él mirándolo con determinación ―Además, si tanto te preocupa mi intimidad con Cassian, puedes preguntarle que tal soy en la cama ―le dio una sonrisa burlona ―por supuesto… si te atreves.

Aylin tenía intenciones de seguir su camino, cuando Logan agarro su muñeca con fuerza, las garras lastimaron su piel. Ella forcejeó con él, pero no era rival para su fuerza, cuando estaba a punto de mandarlo al diablo. Alguien aparto a Logan de ella y la cubrió con su cuerpo.

―¡NO LA TOQUES!

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