Divina Vida romance Capítulo 15

Cuando vuelvo a entrar al salón principal Jeanne está hablando seriamente con los inversionistas, uno de los hombres es calvo y el otro tiene el cabello gris, ambos participan de la conversación lo suficiente, pero quien en verdad habla es la mujer que minutos atrás preguntó por mi nombre.

-Queremos formar esta alianza, de tal forma que su empresa y la mía en un tiempo más comiencen a dar frutos...

-Disculpa que te detenga Jeanne-dice la mujer- pero eso ya nos lo has explicado, entendemos los beneficios para ambas compañías y no satisface tu propuesta, sin embargo, debemos conversar un tema aún más serio, y eso es sobre la poca fama que hoy posee la familia Nizzari y la empresa...

Comencé a escuchar más aún su conversación, mientras servía los platos la mujer continuaba su monólogo.

-Hace un año atrás tu hermana fue llevada a prisión, luego de...bueno ¿para qué recordarlo? Eso debilitó enormemente a tu empresa y desde entonces comenzaste a perder inversionistas...sabemos que nos necesitas y nosotros también te necesitamos a ti, pese a ello, mis compañeros aquí presentes y yo sentimos un profundo temor de que de alguna forma se vea manchado nuestro nombre, si existe alguna forma de limpiar su imagen te lo agradecería mucho, necesitamos mostrar una buena imagen al público, no manchada por un asesinato...

-Lo entiendo Beatriz- dijo Jeanne apenas dijo la última palabra, en su rostro gobernaba la tranquilidad, sin embargo podía notar los ojos de furia de Jeanne- el juicio de mi hermana acabó muy prontamente y la familia Nizzari poco y nada pudo hacer para detener todo aquello, la prensa llenó de mentiras a la gente y de apoco todo se concentró en nuestra empresa, créeme que he trabajado duramente desde entonces para limpiar nuestra imagen, nuestra alianza serviría para ello, ustedes son nuevos en el mercado y yo les puedo indicar como avanzar, tengo los contactos y los medios, ahora bien, si es extrema su necesidad de que nuestra imagen sea la mejor tengo un plan para aquello, pero no puedo revelar información ahora mismo...-dijo ahora elevando sus ojos hacia mi y lo comprendí, quería que saliera del salón.

Así lo hice luego de unos segundos ¿Qué tramaba Jeanne? ¿Por qué me había mirado de esa forma? Volví a la cocina en un mar de dudas y con nueva información, era obvio que la empresa de Jeanne Nizzari se había vuelto presa del escándalo, era una figura conocida y su familia no quedaba atrás, su hermana había asesinado a un importante político y prometido, querido por muchos había echo estallar una bomba, pareciera ser que Jeanne no la ha pasado bien desde entonces, ahora comprendía muchas cosas.

Me quedé en la cocina mientras ellos comían, decidí servirme una copa de vino y observar la noche, hoy habían muchas estrellas y un viento cálido corría por la venta. Algunas dudas comenzaron a surgir por mi mente ¿Por qué la hermana de Jeanne había asesinado a su esposo? ¿Y por qué Jeanne no había dicho nada al respecto? No comprendía absolutamente nada, los Nizzari eran gente extraña y a la vez sumamente poderosa.

Cuando terminé la copa de vino volví al salón a retirar los platos, ahora llevaban una conversación mas amena y me sorprendí de notar a Jeanne riendo ¿Jeanne Nizzari ríe? Al parecer el vino había comenzado a actuar sobre todos los presentes. Beatriz cada vez que entraba al salón posaba sus ojos en mi y una sonrisa aparecía en su rostro. Yo por mi parte bajaba mi cabeza y recogía los platos ya vacíos.

-Emma, ¿puedes traer el postre por favor?-preguntó Jeanne cuando pase junto a su lado, tenía agarrado mi brazo y yo asentí. Tardó algunos segundos en soltarme y dejar de mirarme, Jeanne parecía haberse soltado un poco más y ahora reía junto a su colega y los inversionistas. Como me lo pidió traje el postre, todos estaban deleitados por semejante comida y en verdad tenían razón, Jeanne se había lucido con tanta comida y lujo, tan así que hasta Beatriz parecía más relajada.

Mientras ellos comían me volví en mis pasos y fui hacia el jardín, allí había otra mesa y sillas para que los invitados descansaran de la comida y fumaran, efectivamente sería una noche larga para Jeanne, quien ya según lo que había contado llevaba alrededor de cinco copas vino, menos que la de los demás pero lo suficiente para nublar su juicio.

Una vez que revisé que todo estuviese en orden volví hacia le salón, todos ya habían comido el postre y descansaban aún hablando de trivialidades.

-Señora Jeanne está listo el jardín- dije formalmente y Jeanne puso sus ojos en mí, tenía las mejillas rosadas y los labios rojos por el vino, su expresión parecía ser la de un animal cuando está a punto de cazar a su presa, o al menos así me sentía cuando me observaba.

-Gracias Emma-me observó unos tantos segundos más hasta que les habló a los demás- mis invitados, por favor vamos hacia el jardín, allí podrán descansar y recomponerse luego de esta maravillosa cena...

Todos asintieron y comenzaron a levantarse, yo me quedé allí mientras terminaban de tomar sus copas y caminaron hacia el jardín con Jeanne guiándolos a la cabeza. La última en moverse fue Beatriz quien me hizo una seña para acercarme a su lugar.

-Emma, un gusto conocerte finalmente-dijo tendiendo su mano- dime, ¿Te gusta trabajar aquí para Jeanne?

La observé con mi seño fruncido y asentí.

-Señora Beatriz, llevo un par de meses trabajando aquí y con la señora Jeanne siempre nos hemos llevado bien-dije sincera.

-Oh, maravilloso- sonrío- Emma cariño, ¿te gustaría poder trabajar para nuestra empresa? Por lo general no hacemos este tipo de ofrecimientos, pero al ser tu una muchacha tan...maravillosa, nos vendría bien una ayuda, a demás, al ser alguien tan cercana a Jeanne podrías informarnos si...todo va bien ¿Me entiendes?

-¿Me esta pidiendo que espíe a la señora Jeanne?-dije sorprendida pero escondiendo mis expresiones.

-No... es solo para informarnos si Jeanne está lo suficientemente cuerda para esta alianza...

Habíamos caminado juntas hasta la entrada del jardín y para una rubia de expresión molesta no había pasado percibido nuestra cercanía y conversación.

-No es necesario que me des una respuesta ahora Emma, solo te lo ofrezco, ¿Puedes traerme más vino?-preguntó cuando Jeanne estaba por llegar a nuestra posición. Asentí y me alejé de allí confundida y con temor ¿Qué planeaba esa mujer? ¿Acaso creía que era estúpida? Mi mente daba vueltas y mi corazón también, era demasiada información que procesar en una noche, por lo mismo decidí no pensar más en el asunto hasta que tuviese el tiempo para meditarlo, ahora debía encargarme de seguir sirviendo hasta que se fuesen los invitados.

Asentí pero no dije nada, Beatriz seguía con sus dedos en mi mejilla y cuando intentó acercarse más me aleje de ella.

-Eres hermosa Emma, por si no lo sabías...-se fue dándome una última mirada y yo me quedé allí mirando al vacío. Una Emma normal habría reaccionado y dicho algo, pero al parecer la marihuana había comenzado a distraerme y ahora no era capaz de elaborar ni siquiera un palabra, estaba viajando a mil por hora y sentía como mi mente comenzaba a apagarse. Decidí volver y retiré el vino que quedaba, ni siquiera vi donde estaba Jeanne, simplemente fui hacia la cocina y me senté allí esperando a que el efecto se me pasara, me sorprendí a mi misma riéndome de viejos recuerdos y algo de paz que se expandía en mi mente.

Pasados unos minutos unos pasos venían caminando hacia la cocina y me levanté de inmediato, era Jeanne, quién al verme caminó con pasos lentos hasta mi posición y me observó atenta.

-¿Estas drogada?-pregunto con una pequeña sonrisa y asentí, ella no parecía estar bajo los efectos de nada, solo de un par de copas de vino...

-Emma, sé que debemos hablar y lo haremos cuando estemos solas y con tiempo, pero ahora déjame decirte que te ves hermosa...-sus palabras me conmocionaron y me quedé quieta ante su cercanía- eres maravillosa, como te lo han dicho, cuando entras a una habitación todos giran a verte y yo no soy la excepción...

Jeanne Nizzari estaba a treinta centímetros de mí y comencé a temblar, nunca me había hablado de esta forma y tan directamente, los efectos de la marihuana y mi corazón latiendo nublaban mi juicio y solo dejaban espacio para mirar a Jeanne y sus labios.

-Me has llamado la atención desde que te conocí, eres dulce y no dudaría ni un segundo en decir que eres una buena persona, quizás el vino ha soltado mi lengua pero eran cosas que quería decirte hace mucho tiempo...

Asentí con mis mejillas rojas, Jeanne Nizzari podía ser muy coqueta cuando lo quería y ella lo sabía.

Jeanne cerró el espacio que nos separaba y juntó sus labios con los míos, dejé todo de lado por unos minutos y me dejé besar por la empresaria más bonita del país, sus labios mojados y los míos danzaban y se unían cada vez que podían, su lengua se encontró con la mía como viejas conocidas y continuamos un beso que ninguna de las dos tenía intención de parar. Una de sus manos bajó hasta mi espalda mientras yo tenía mis brazos sobre su cuello. Cuando el beso comenzó a descontrolarse Jeanne me tomó por la cintura y me subió a la mesa, quedé con mis piernas abiertas y su cuerpo entre ellas, siguió besándome tan apasionadamente como antes, admito que comencé a sentir calor y me quité la chaquetilla que llevaba puesta, ahora solo estaba mi camisa entre nosotras y Jeanne se apegó más hacia mi cuerpo. Gemí cuando rocé mi entrepierna con su cuerpo y Jeanne soltó un pequeño grito ahogado.

Decidí ir mas lejos e interrumpí muestro beso para acercarme con mis labios a su cuello, allí comencé a repartir besos desde su clavícula hasta el lóbulo de su oreja, Jeanne comenzó a soltar pequeños gemidos que me hicieron seguir con mas fuerza mis besos, ambas estábamos en el cielo y lo sabíamos.

-Disculpen...pero vine a buscar otra copa de vino-nos separamos apenas la voz habló y me bajé de la mesa avergonzada. Allí se encontraba el colega de Jeanne quien nos miraba divertido- así que no solo eres la mesera...

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