¿De verdad no sentía nada por ella? ¿Ni siquiera amistad?
La mirada de Asier era fría: "Cuando decidiste hacer todo esto, debiste prever las consecuencias. Traicionar al Grupo Griera y a mí, ¡debiste saber cómo terminaría!"
El corazón de Maribel parecía golpeado por un martillo pesado, las lágrimas brotaron.
Sí, Asier seguía siendo el mismo Asier, frío e insensible, sin ningún atisbo de piedad.
¿Cómo podía tener piedad ante el error fundamental que ella había cometido?
Fue tan ingenua, pensando que Asier le tendría un poco de cariño.
"¿Por qué estás tan empeñada en echar a Elia, esconde algún secreto?" Asier metió sus manos en los bolsillos y la miraba fijamente.
Maribel de repente entró en pánico y dijo: "Sr. Griera, la razón por la que quiero alejar a Elia era porque tenía celos de que ella podía acercarse a usted, por eso utilicé todos los medios posibles para sacarla del Grupo Griera, porque te amo, desde el momento en que te vi por primera vez, me enamoré de ti. Durante todos estos años, siempre te seguí en silencio, con cautela, sin atreverme a acercarme a ti por miedo a que te enfadaras y me rechazaras. Me bastaba con verte todos los días para sentirme satisfecha."
"Pero, ¿por qué una vez que Elia aparece, puede estar tan cerca de ti, puede recibir tu abrazo e incluso tus besos? Había estado a tu lado durante diez años, tres de ellos en el ejército y siete como tu secretaria, pero nunca te habías fijado en mí. Estaba celosa de ella, la odio, temo que te robe..."
Maribel habló emocionada, llorando. Se veía avergonzada, totalmente distinta a su habitual elegancia y tranquilidad.
Los celos pueden hacer que la gente se vuelva loca.
Asier parecía serio y la miraba con indiferencia: "¡Cometiste un error, no había excusa para ello!"
...
Asier también la miraba, ella estaba sentada al lado de las barras de hierro, abrazando sus piernas, parecía indefensa y apenada.
Tenía los ojos rojos e hinchados, probablemente por llorar o porque acababa de despertarse y parecía cansada.
De repente, sus miradas se cruzaron y pareció que el tiempo se detuvo.
"Asier, ¿has venido a verme?" Después de un rato, Elia logró reaccionar y preguntó con la voz ronca.
"Ya puedes irte." Dijo Asier.
Desconcertada, Elia preguntó, "¿Cómo?"
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...