"¡Marisa, has destruido la felicidad de toda mi vida!" Orson estaba en el extremo del dolor, temblando mientras respiraba y le decía a Marisa con los dientes apretados.
Marisa se quedó pasmada, viendo a Orson así, su corazón estaba lastimado pero también terco: "Yo también lo hago por tu bien, solo casándote con Priscila podrás alcanzar la cima de tu carrera."
Orson tenía la mandíbula tensa, su cuerpo entero estaba rígido por la ira y el dolor: "¿Por mi bien? ¿Acaso alguna vez has escuchado lo que yo quiero, sabes lo que realmente deseo? Tu esposo sí que ha triunfado, el gran CEO de la familia Salcedo, pero está tan ocupado que no se le ve en todo el año, ¿acaso no has tenido suficiente de la soledad? Aunque tú no la hayas tenido, ¡yo ya estoy harto! No quiero estar en lo alto del mundo y vivir solo toda mi vida."
Al final de sus palabras, Orson tenía dificultades para respirar, como si se asfixiara.
Desde pequeño, anhelaba la compañía de sus padres, pero siempre estaban ocupados con sus carreras; su padre vivía en el extranjero y su madre manejaba la empresa en el país. Luego, cuando creció y su madre envejeció, fue su primo quien se hizo cargo de la compañía.
Su madre, a quien siempre había asociado con la compañía, regresó a su lado solo para decirle que debía ser excepcional, vencer a su primo y tomar el puesto de CEO de Grupo Salcedo.
Orson estaba tremendamente decepcionado; nunca quiso fama ni posición, sino simplemente una vida familiar feliz y unida.e2
Sus padres no pudieron darle una infancia completa con su compañía.
¡Y ahora esperaban que se convirtiera en alguien como ellos!
Orson no podía hacerlo.
Él solo quería elegir a una persona y envejecer juntos, cuidándose el uno al otro, viviendo una vida ordinaria, sin competir por la fama o la fortuna.
"¿Qué estás diciendo? ¿Vas a negar toda mi vida por una cosa?" Marisa estaba herida, desesperadamente le dijo a Orson: "Puedes rechazar mis planes, continuar y reconciliarte con Jimena, pero no puedes negar mi vida."
Marisa también tenía su orgullo; estaba orgullosa de sus logros en su primera mitad de la vida, y que Orson negara lo que ella valoraba tanto, dejó su corazón completamente roto.
Orson se tocó las sienes, sintiendo un dolor de cabeza: "Váyanse, necesito descansar."
"Orson..." Priscila estaba a punto de decir algo más.
"¡Fuera!" Orson no tenía paciencia alguna.
Priscila estaba a punto de pelear con Orson cuando Marisa la agarró: "Orson, descansa bien, nosotras nos vamos."
Marisa rápidamente se despidió de Orson y se llevó a la Priscila enojada consigo.
¿Jimena había tenido dos hijos? Había algo sospechoso en todo esto.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...