Ella estaba decidida a ver cómo su padre explicaría el origen de Elia.
Maximiliano lanzó una mirada al periodista que había hecho la pregunta y se quedó pensativo sin decir una palabra, su rostro se ensombreció.
El ambiente se volvió tenso.
Elia comprendía que esto era un desafío para Maximiliano, una tentativa de exponer el caos en su vida personal.
Para alguien como Maximiliano, el director general de una gran empresa, si se revela que tiene un estilo de vida desordenado, los medios podrían afectar negativamente las acciones de su empresa, y las pérdidas irían más allá del prestigio y los beneficios de un concurso de joyería.
Elia intervino, diciendo: "¿Hay algún problema con que Maximiliano, una persona de gran corazón, me considere como su hija adoptiva?"
Con estas palabras de Elia, Asier la miró con una profundidad en sus ojos que se oscureció, Elia sintió un destello de frío dirigido hacia ella; siguiendo esa sensación, se encontró con la mirada tranquila y helada de Asier. Sus ojos eran tan afilados como una espada, haciendo que el corazón de Elia se estremeciera.e2
¿Había dicho algo incorrecto? ¿Por qué Asier la miraba de esa manera?
Cuando cayó su comentario, Maximiliano también la miró incrédulo.
El periodista, aprovechando el momento, preguntó con insistencia: "¿Cuándo establecieron su relación padre e hija? ¿Cuánto dinero de mesada le da su padre adoptivo al mes?"
Al escuchar esta pregunta, Elia se sintió aturdida y la sangre le corrió al revés, comprendió al instante lo que el periodista había insinuado.
¡Pensaba que Maximiliano la mantenía!
Ese término de hija adoptiva, de padre adoptivo, usualmente es una moda en el mundo del espectáculo. Y se asume que implica una relación de mantenimiento.
¡Su propio padre, sin consideración por el futuro de la empresa ni por los intereses de la familia Guzmán, había decidido reconocer públicamente a Elia como su hija ilegítima!
¡Cuánta importancia tenía Elia en su corazón!
Con la declaración de Maximiliano, los periodistas de abajo empezaron a tomar fotos frenéticamente, a tomar notas, incluso algunos estaban transmitiendo en vivo.
El periodista no perdió impulso y preguntó: "Maximiliano, al revelar hoy la identidad de su hija ilegítima, debe ser para protegerla, ¿no es así? Entonces, ¿cuánto dinero le dio a su hija para competir en este concurso de joyería?"
Con esa pregunta, el rostro de Maximiliano se oscureció de repente, mirando a Elia con culpa. En tres años, Elia no le había pedido ni un centavo.
Incluso para esta competencia, él solo se había enterado hace una hora.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...