Elia se despertó de su sueño, medio dormida, pensando que había besado la mejilla redondeada de Iria.
Se preguntó, ¿por qué la suave cara de Iria se sentía diferente?
La piel y los músculos se habían vuelto firmes, llenos de fuerza, no como los de un niño.
Probablemente estaba demasiado cansada, había sentido mal, así que siguió durmiendo.
De repente, sintió algo en sus labios, un aliento poderoso le robó el aliento.
El fuerte olor a hormonas masculinas de un hombre la rodeaba, perdió todo control en un instante.
Elia luchó por despertarse del sueño, cuando abrió los ojos vio una cara guapa claramente frente a ella, la piel del hombre era firme y elástica, a esta distancia, podía ver hasta sus poros.
Sus ojos eran profundos, con grandes pliegues en los párpados, bajo la luz, sus párpados brillaban, sexy y atractivos.
Su nariz estaba pegada a la del hombre, sus labios eran completamente besados por él, su aliento caliente estaba entre sus fosas nasales.
Podía oler claramente el fuerte olor masculino en él.
Su corazón comenzó a latir salvajemente.
Elia entró en pánico, apoyando sus manos en su pecho, tratando de empujarlo.
Estaba simplemente durmiendo, pero fue besada por la fuerza por él.
¿Volverá a entrar en su espacio como hace cinco años, pidiéndole algo a la fuerza?
Elia nunca olvidará esa noche de tormenta de hace cinco años, el dolor de perder su inocencia a la fuerza.
Cada vez que lo recordaba, su corazón le dolía intensamente.
Asier solo quería satisfacerla en este momento.
Parecía que su cuerpo no le mentía, ella era la mujer que llegó y encendió la llama de su corazón.
Esta vez, Asier sabía que Elia era la mujer de aquella noche, aún menos capaz de controlarse.
La besó desenfrenadamente, saboreando la dulzura como miel entre sus labios, disfrutando del aroma de su cuerpo.
Elia estaba muy asustada, empujándolo con sus manos en su pecho.
Sorprendentemente, él la abrazó firmemente, ella no pudo liberarse.
Su beso era salvaje como un animal, como si quisiera devorarla, sin dejarle espacio para soltarse.
El corazón de Elia latía cada vez más rápido, estaba asustada, ansiosa, desesperada...
Sus manos arañaban su pecho, rasgando su bata de baño, tocando sus fuertes músculos abdominales.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...