La sensación cálida y firme se transmitió de su mano a su corazón, lleno de virilidad.
El corazón de Elia saltó, su pulso latía como una pelota rebotando en su pecho, lleno de pánico, miedo, inquietud y terror.
Temía que lo que ocurrió hace cinco años volviera a suceder.
No pudo apartarlo, solo pudo morder fuertemente su labio.
"¡Uf!"
Asier soltó un gemido de dolor, la soltó, levantó la vista y vio sus labios hinchados por los besos.
Sus ojos grandes y claros estaban llenos de lágrimas, parecía vulnerable, mostrando su lado más femenino.
Esto lo llevó a querer abrazarla fuertemente.
Elia estaba llena de pánico, retrocedió rápidamente, tratando de mantener su distancia con Asier.
Sin embargo, su brazo la agarró fuertemente por los hombros, con tanta fuerza que ella no podía moverse, mucho menos retroceder.
Forcejeó un par de veces, incapaz de liberarse, solo pudo levantar la vista, mirándolo con rabia: "¡Asier, suéltame! Entras a mi habitación en medio de la noche y haces esto, ¡sabes que es ilegal!"
¿Cómo podría forzarla sin su consentimiento?
Asier levantó la otra mano, su pulgar rozó su labio, manchado con sangre roja fresca.
¡Ella acababa de morderle el labio!
Esta mujer, tan cruel, siempre le gustó morder.
Sus ojos reflejaban la sangre roja en la punta de su dedo, como un demonio.
Sonrió por el rabillo del ojo, su voz era profunda: "Aclárate, esta es mi habitación, tú estás durmiendo en mi cama, ¿no querías dormir conmigo?"
Tiró de ella con fuerza, acercándola aún más a él, abrazándola como si fuera un peluche, su voz profunda resonó sobre su cabeza: "¿A dónde piensas ir? El fuego que encendiste, tú misma lo tienes que apagar, esas son las reglas, ¿entiendes?"
El rostro de Elia estaba pegado a su cuerpo firme, sintiendo claramente los músculos de su abdomen, sus mejillas se sonrojaron de vergüenza.
"Solo soy una chica normal, no entiendo tus reglas, eres generoso, despreocupado, justo, desinteresado, así que déjame ir".
Las cejas de Asier se alzaron un poco. Esta mujer, era tan directa al hablar.
Las hijas de las familias nobles actúan como si fueran clones robotizados, todas eran elegantes, nobles, llenas de aire aristocrático, pero esta mujer es mucho más interesante.
Asier se rio: "¿Qué tipo de chica normal eres?"
"Yo soy..." Elia estaba a punto de hablar.
En ese momento, alguien tocó suavemente la puerta y entró.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...