Ella corrió emocionada a Villa Serenidad para decirle a Asier que lo había malinterpretado.
Pero vio a Cecilia salir del baño, recién duchada, llevando una pijama sensual, invitando a Asier a descansar.
Asier, lejos de rechazarla, puso su mano sobre la de Cecilia y subieron juntos al ascensor hacia el segundo piso para descansar.
En ese momento, Elia se sintió herida y se marchó.
Pensaba que desde que Cecilia se mudó a Villa Serenidad, siempre compartía habitación con Asier y que ya tenían una relación más allá de la amistad.
Sin embargo, ¡Asier y Cecilia no vivían en la misma habitación!
Para Elia, esto fue una sorpresa maravillosa.e2
"Sí, por lo mismo viste que entré al ascensor con Cecilia", admitió Asier sin ocultar nada.
Los ojos de Elia brillaron con sorpresa: "¿Lo hiciste a propósito?"
Él lo había hecho a propósito, quería que ella viera su cercanía con Cecilia, que se sintiera mal.
Resulta que él había estado planeando todo esto, tendiéndole trampas para que un día ella viniera a reclamar su amor.
Asier seguía siendo el mismo, aquel que tenía todo bajo control.
Ella creía haber luchado intensamente con sus pensamientos antes de decidirse a interrumpir la boda, pero todo había sido premeditado por Asier.
Asier le hizo señas para que se acercara: "Ven aquí".
Su mirada era tierna y autoritaria al mismo tiempo, irresistible.
Elia estaba a punto de levantarse de la cama, pero al oír su llamado, volvió a subir, se sentó a su lado y le preguntó con un parpadeo: "¿Para qué quieres que venga?"
Estaba a punto de decir que era solo una broma cuando la voz grave de Asier sonó: "Si tú no vienes, me casaré con Cecilia de verdad. Después de todo, es lo que tú querías. Puedo satisfacer a los demás, todos menos yo mismo. Si eso hace feliz a todos, ¿por qué no?"
Elia se puso nerviosa inmediatamente y dijo apresuradamente: "Me equivoqué, no debería haberte preguntado eso. Aquí estoy, interrumpiendo tu boda. No puedo dejar que otra te tenga..."
Elia miró a Asier con una sonrisa.
Sus ojos brillaban como medias lunas sonrientes, cálidos y hermosos, y tenía un aire tierno y obediente.
Asier tragó saliva, incapaz de resistirse a levantar su barbilla y besó sus labios.
"Uh..." Elia fue tomada por sorpresa por su beso y se sintió débil por todo el cuerpo, abriendo mucho los ojos.
La fuerte respiración de él rociaba su nariz, acelerando su corazón.
Asier, notando la rigidez de su cuerpo, sostuvo su nuca y profundizó el beso.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...