¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 1829

Floria volvió en sí de repente y dijo torpemente: "Sí, sí, ya mismo le tomo el pulso".

Se apresuró a reprimir su sorpresa inicial, tomó la mano de Asier y trató de calmar su conmoción interna, estabilizar su estado de ánimo y tomarle el pulso a Asier con seriedad.

Elia observó cómo las manos de Floria que sostenían la muñeca de Asier temblaban ligeramente, como si estuviera muy nerviosa y asustada.

Elia no pudo evitar reír y dijo: "Floria, ¿por qué no tomas un poco de café para calmarte?".

Con ese estado, ¿cómo podría Floria tomar el pulso de Asier con precisión?

Floria también se dio cuenta de que estaba demasiado nerviosa, respiró hondo y dijo: "Está bien, está bien, si cierro los ojos estaré bien..."

No se atrevió a decir en voz alta que era esas acciones amorosas de ellos las que la estaba poniendo nerviosa.e2

Aunque se atreve a bromear con Elia, no se atrevía a hacer bromas inapropiadas con Asier.

Floria cerró los ojos y tomó el pulso de Asier seriamente, y tal como dijo, al cerrar los ojos y tranquilizarse, pudo estabilizar su espíritu y concentrarse en la tarea.

Elia, por su parte, también se mantuvo en silencio para no interferir con el juicio de Floria.

Después de tomar el pulso en una mano, Floria pidió a Asier que cambiara de mano.

Una vez que tomó el pulso en ambas manos, Elia preguntó ansiosa: "¿Qué tal?"

Floria respondió: "El Sr. Griera tiene una buena condición física. Pero esta pierna no va a mejorar de la noche a la mañana, se necesitará un tratamiento constante a lo largo del tiempo."

Elia, llena de alegría, dijo: "¿Entonces hay esperanza de curar la pierna de Asier?"

Antes, cuando Elia supo que la pierna de Asier ya no podría sostenerse, sintió un dolor agudo en su corazón como si estuviera a punto de quedarse sin aliento.

Asier, con lo orgulloso que era, ¿cómo podría aceptar que su pierna quedara inválida para siempre?

Al saber esto, decidió correr hacia él sin mirar atrás.

Él siempre había sido tan orgulloso, moviendo cielo y tierra, acostumbrado a ser admirado por todos.

De repente, hacer que cayera del cielo a la tierra era muy cruel.

Elia quería que Asier se sintiera feliz.

Pero esa esperanza se desvaneció, y Elia no pudo evitar sentirse un poco decepcionada.

Sin embargo, rápidamente se recuperó y con una sonrisa dijo: "No importa, como dijiste, siempre y cuando haya tratamiento, hay esperanza de mejorar, no podemos rendirnos".

"¿Te decepcionaría mucho si nunca pudiera volver a ponerme de pie?" Asier de repente habló, mirando profundamente a Elia con sus ojos sombríos.

Esa mirada profunda, más profunda que el océano, era algo que Elia nunca había visto.

Eso hizo que el corazón de Elia se hundiera junto con él.

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