Maximiliano se acercó a Asier, lanzó una mirada simbólica hacia Elia, sin prestarle atención, y con una sonrisa sincera se dirigió directamente a Asier.
Parecía que Asier era el ser divino capaz de resolver cualquier problema con su intervención.
En ese momento, Morfis también volteó a mirarlos. Desde que supo que Maximiliano quería que Asier y Cecilia se casaran para pasarle el mando de Guzmán a Asier, Morfis había llenado su corazón de prejuicios contra Asier.
Asier se había convertido en su enemigo desde aquel entonces.
Ahora, al ver a Asier acercarse, sus ojos destilaban hostilidad.
Asier no tenía tiempo para preocuparse por Morfis, levantó la vista y le dijo a Maximiliano: "Vamos a ver qué pasa."
Elia, empujando su silla de ruedas, llegó a la puerta del cuarto, y fue entonces cuando vio la situación dentro.e2
Liuva, con un niño de poco más de dos años en brazos, se aferraba con la otra mano al borde de la ventana, sentada en un alféizar sin protección alguna, donde un pequeño descuido podría hacer que ambos se precipitaran hacia abajo.
El niño en sus brazos, aterrado, se aferraba con fuerza a la ropa de Liuva, apretando sus deditos hasta ponerse pálidos.
Ya sin fuerzas para llorar, el pequeño estaba al borde del pánico.
Al ver esto, el corazón de Elia se apretó instintivamente, temiendo por Liuva y el niño.
Al mismo tiempo, le vinieron a la mente los recuerdos de tres años atrás.
Sergio cayendo por la ventana, yaciendo en un charco de sangre.
Ella había presenciado la escena, la sangre roja, la figura trágica de Sergio, todo golpeando sus nervios, causándole un dolor tan profundo como si su corazón se rompiera.
Por eso Liuva estaba aún más ansiosa: "Elia, Asier, lo que pasa entre Maximiliano y yo no tiene nada que ver con ustedes. ¡Váyanse ahora!"
"¿Cómo que no tiene nada que ver? Al final, Elia es la hermana de tu hijo, hay un lazo de sangre entre ellos que no se puede negar," dijo Asier con una sonrisa irónica en sus labios.
Liuva respondió rápidamente: "¡Y eso qué tiene que ver contigo!"
"Lo que le concierne a Elia me concierne a mí. ¿Ahora me dices qué tiene que ver conmigo?" replicó Asier.
Liuva se dio cuenta entonces de que Elia y Asier ya habían unido sus vidas.
¡Qué suerte la de Elia! No solo se había casado con Asier, un hombre tan destacado y adinerado, sino que él también la defendía con tal fervor.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...