Jimena estaba en la oficina y el aburrimiento la estaba matando, pues la inspiración para el diseño no aparecía por ninguna parte y Elia, su cómplice para los chismes, tampoco estaba cerca.
Pero al recordar que Elia le había contado que se casaría con Asier en ese mismo día, Jimena comenzó a sentir una inquietud que le recorría todo el cuerpo. Deseaba saber qué estaba pasando en ese momento con Elia, si ya habría firmado los papeles con Asier.
Durante toda la mañana, estuvo pendiente del reloj, con un hormigueo en el corazón que la empujaba a llamar a Elia, pero al mismo tiempo temía interrumpir un momento tan especial.
¿Y si justo en ese instante estuvieran en medio de la ceremonia y su llamada resultara una molestia?
Después de una espera que parecía eterna, finalmente llegó el mediodía, hora de salida del trabajo.
Llamó a Elia sin dudarlo, sabiendo que a esa hora no perturbaría el evento.
En cuanto el reloj marcó las doce, Jimena, llena de ansiedad, marcó el número de Elia.e2
"Lo siento, el teléfono al que llama está apagado." La voz fría y mecánica de la operadora resonó al otro lado de la línea.
"¡Caray, qué pasa aquí!" Jimena retiró el celular de su oído y miró fijamente la pantalla que ya había dejado de marcar.
El desconcierto se apoderó de ella; justo el día anterior había intentado contactar a Elia y se encontró con la misma situación, ¡y resultó que Elia había sido secuestrada!
¿Acaso había vuelto a suceder algo malo?
Jimena no podía quedarse quieta ante la idea de que algo grave le hubiera ocurrido a Elia.
Sentía como si mil hormigas le recorrieran el cuerpo de pura angustia.
Tenía que informarle a Asier de inmediato.
"Lo siento, no quise decir eso, es que estaba preocupada porque..."
"No tiene su celular todavía, es normal que esté apagado. Está descansando en casa, no te preocupes."
Asier interrumpió sus disculpas con su voz profunda y serena.
"Ah, bueno, entonces está bien. Pero, eh... ¿y lo del matrimonio con ella...?" ¿ya obtuvieron el certificado?
¿Hola? ¿Hola?"
Aliviada al saber que Elia estaba bien, Jimena estaba a punto de saciar su curiosidad con Asier, pero no terminó de formular su pregunta cuando la llamada fue cortada.
El fuego de los chismes ardía en el corazón de Jimena, y para apagarlo, no le quedaba más remedio que ir en persona a buscar a Elia.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...