Jimena ya llevaba rato dándole vueltas a su pasado amoroso, especialmente a ese capítulo con Priscila.
Hacía tres años, Jimena los pilló a él y a Priscila tumbados en la misma cama, algo que se le había clavado como una espina en el corazón.
Ese día era un día para la reconciliación con Jimena, y para colmo, mañana tenían que ir al registro civil a hacer oficial lo suyo.
¡Si la recepcionista se metía en medio, Orson tenía ganas de estrangularla!
"¿Tú por qué toses?" Apenas Orson terminó de toser, Jimena le dio un codazo y lo fulminó con una mirada brillante y fija.
¡Ese Orson estaba amenazando a la recepcionista con esa tos, para que se callara!
¿Qué se había creído? ¿que ella era una fruta blanda para que la aplastara a su antojo?e2
Orson se retorció la boca y, con cara de derrota, dijo: "Nada, de repente me sentí un poco mal de la garganta."
"Pues aunque te sientas mal, aguántate y no hagas ruido", le respondió Jimena con una mirada fría.
Luego volvió su atención a la recepcionista y le dijo con dulzura: "Sigue hablando, no le hagas caso a él."
La chica de la recepción estaba helada, miraba a Orson con cuidado, pero al ver cómo Jimena lo manejaba, entendió que una mirada de ella bastaba para que él no se atreviera a chistar.
Quizá por efecto dominó, al ver que el hombre que ella admiraba temía a Jimena, la recepcionista también empezó a sentir temor.
Respondía a Jimena con prontitud: "Ella no volvió tan rápido, estuvo como dos horas en el lobby antes de subir."
"¿Dos horas?" Jimena se sorprendió.
"Eh", la recepcionista los llamó con voz baja desde atrás.
Pero Orson aceleró su paso para alejarse aún más.
La chica bajó su mirada con desilusión. Había esperado tres años, finalmente lo vio de nuevo, y justo cuando volvía a ver su rostro, su parloteo lo alejaba una vez más.
El corazón de la recepcionista estaba lleno de tristeza.
Orson encontró otro hotel cercano y se registraron sin problema.
Durante todo el proceso, Jimena se mantuvo en silencio, dejándose llevar por cómo Orson manejaba la situación.
Al llegar a la habitación, Orson vio que Jimena estaba distraída, la llevó a sentarse en la cama y, apoyando las manos en el borde, se inclinó hacia ella con un abrazo protector y un gesto lleno de ternura y complicidad.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...