¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 2019

Orson era de esos hombres que parecían no poder vivir sin una mujer a su lado.

Jimena pensaba que seguro él y Priscila ya habían estado juntos incontables veces.

Con trescientos sesenta y cinco días al año, y tras tres años, las veces que Orson había estado con Priscila podrían superar fácilmente el millar, eso Jimena podría creerlo.

Pero lo que nunca esperó fue que Orson contestara que había sido solo una vez.

"Ella intentó seducirme, pero siempre la rechacé", Orson, apoyando las manos al lado de Jimena y manteniendo su pecho suspendido sobre ella, equilibraba su cuerpo y respondía seriamente a la pregunta de Jimena.

"¿La rechazaste? ¿Y tú puedes aguantarte?", preguntó Jimena, con una sonrisa incrédula.

"¿Cómo soy yo? ¿Qué tipo de persona piensas que soy?", replicó Orson, molesto. "Ah, Jimena, ¿en tus ojos soy tan desesperado que no puedo controlarme al ver una mujer?"e2

"Eh, ¿acaso no es así?", contraatacó Jimena.

Orson estaba a punto de estallar de la irritación: "Jimena, al menos hace tres años tú me perseguías, y aunque no me gustabas, no te hice nada malo."

La sonrisa de Jimena desapareció, Orson había tocado su punto sensible directamente, y eso le dolía.

Estaba a punto de enfadarse, pero recordó que había prometido no enojarse con Orson.

Además, lo que Orson decía era cierto, en aquel tiempo ella había sido la que insistía en perseguir a Orson, pegándose a él como una lapa.

En aquel entonces, él realmente la evitaba como si fuera veneno.

"Estamos hablando de Priscila, ¿por qué traes a colación mi caso?", dijo Jimena, un poco molesta.

"Quería decirte que con las mujeres que no me gustan, aunque se desnuden y se acuesten frente a mí, no les daría ni una mirada." Explicó Orson.

"¿Así que hace tres años no estuviste con Priscila?", preguntó Jimena, con un tono agrio.

"Pero en aquel entonces tampoco me querías a mí", resopló Jimena.

"En aquel tiempo estaba ciego, pero después, poco a poco empecé a quererte. He llegado a quererte tanto que durante tres años, no he mirado a ninguna otra mujer", dijo Orson sin darse cuenta, dedicándole a Jimena un piropo tan natural como el aire que respiraba.

El corazón de Jimena, al oír esas palabras, definitivamente se aceleró por un instante; cualquier mujer se emocionaría al oír palabras de amor de su amado.

Pero al momento, ella reprimió ese sentimiento y se recordó a sí misma mantener la cabeza fría.

"No digas que fue por mí, no puedo asumir esa responsabilidad. Eres el prometido de Priscila, y seguro no querrías problemas con la familia Guzmán por andar con otras", insinuó.

Después de tres años de lucha, Jimena había aprendido que presumir de sufrimientos solo la hacía sufrir más a ella misma.

Nunca pienses que eres tan importante en el corazón de alguien más.

De lo contrario, la derrota puede ser devastadora.

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