Desde el primer día, estaba claro como el agua que en casa, el respeto se tenía que ganar.
Jimena no le permitía nada y con fuerza apartó la mano de Orson: "¡Suéltame! Tienes un descaro tremendo, ¿cómo te atreves a echarme tu peso encima?"
Orson, que estaba sumido en un sueño profundo, se despertó sobresaltado por el movimiento brusco. Confundido y con los ojos todavía llenos de sueño, se encontró con la mirada enfadada de Jimena.
Se frotó los ojos y preguntó preocupado: "¿Qué pasa?"
"¿Y todavía me preguntas qué pasa?" Jimena lo miraba con indignación y continuó: "Si quieres dormir, duerme, pero ¿por qué tienes que aplastarme con todo tu brazo?"
Orson no entendía nada y trató de explicarse: "Es que tengo que abrazarte."
"¿Y por qué me tienes que abrazar?" Jimena no pudo evitar preguntar.e2
"Dormir con la persona que más quieres significa abrazarla para sentirse cálido y feliz", contestó Orson como si fuera lo más obvio.
¿No es esa una comprensión tácita entre un hombre y una mujer?
Incluso sin explicación, el otro debería entenderlo perfectamente.
¿Cómo es posible que Jimena actuara como si no supiera nada de sentimientos?
¿Por qué hacía preguntas tan infantiles?
Esa frase tocó a Jimena en el fondo de su corazón; Orson acababa de decir que ella era la mujer que más amaba.
Esas palabras calentaron lo más profundo de su ser.
El día anterior, ella había negado frente a su madre que a Orson le gustara.
Orson respondió entre bostezos: "Anoche me esforcé mucho, estuve ocupado hasta tarde y casi me quedo sin energías. Claro que necesito descansar más para recuperarme."
Jimena ya había olvidado lo ocurrido la noche anterior, pero las palabras de Orson hicieron que las imágenes de su incansable desempeño volvieran a su mente.
Y disfrutó agarrándolo...
Solo de pensarlo, se sintió derretida y su rostro se tiñó de rojo en un instante.
Con un tono coqueto y molesta, le dio un golpecito a Orson y dijo: "Creo que ya estás viejo, no sirves."
Orson, cuyos nervios cansados habían sido tocados por esa frase, reaccionó en el acto: "¿Qué dices? ¿Que estoy viejo y ya no sirvo?"
En un movimiento ágil, se colocó sobre ella y dijo con un aire canalla: "Pues te voy a mostrar si sirvo o no."
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...