¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 2029

Jimena, tenía una mirada burlona en sus ojos redondos y grandes que, incluso en los momentos de silencio, parecían cortantes como cuchillas.

"Estás mintiendo, han pasado tres años, ¿quién se acordaría de tantos detalles sobre alguien con quien no tiene nada que ver?" Priscila, pálida de ira, se defendía con todo contra las palabras de Jimena.

Orson sentía una opresión en su pecho, no entendía qué quería hacer Jimena, sus ojos reflejaban escrutinio y tristeza mientras la observaba.

"Qué coincidencia, la chica de la recepción está loca por Orson. Por estar tan obsesionada con él, aquella vez, hace tres años, fue la primera que lo vio y, temerosa de olvidarlo, memorizó cada detalle relacionado con él. Si no me crees, pregúntale a él."

Jimena, con sarcasmo, alzó la barbilla hacia Orson, indicándole a Priscila que le preguntara.

"Orson, ¿es verdad eso?" Priscila, con la cabeza caliente, le preguntó.

"No se equivoca," respondió Orson con seriedad.e2

Aunque lo que acababa de decir Jimena era una mezcla de verdad y mentira, él no podía desmentirla.

Con la confirmación de Orson, Priscila se sintió aún más afectada y miró a Jimena con el ceño fruncido y el rostro pálido, su mente estaba sumida en un caos, buscando una estrategia a seguir.

Jimena continuó: "Priscila, dices que te gusta tanto Orson, ¿y ni siquiera recuerdas los detalles de la única vez que estuviste con él? Hasta una mujer que se enamoró de Orson con solo mirarlo una vez recuerda más detalles sobre él. ¿Y tú, habiendo pasado un momento tan importante con él lo olvidaste por completo?."

"¿Y qué si tengo mala memoria? ¿Eso qué?" Priscila seguía siendo terca.

"Entonces o no te gusta Orson, o confundiste la duración del encuentro con otro hombre," dijo Jimena, distraídamente limpiándose los oídos.

"¡Eso es un disparate! Soy una señorita decente, ¿cómo te atreves a difamarme de esa manera?" Priscila estaba furiosa, su pecho subía y bajaba con cada respiración de ira hacia Jimena.

Eso era lo que más odiaba, que la difamaran.

Al decir eso, Orson la miró fijamente.

Jimena también sonrió y dijo: "¿Acabas de decir que eres una señorita decente?"