¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 2042

Al enterarse de que Elia iba a salir, el mayordomo Fabio le pidió al chofer que la llevara en carro.

Fabio llevaba un buen rato en la Villa Serenidad, era un maestro en entender el ambiente y además, Asier le había encargado que cuidara bien de Elia.

Elia aún no se había recuperado del todo y no era conveniente que manejara sola.

Como estaba aún convaleciente, Elia no objetó y le pidió al chofer que la llevara a Pueblo Saurí.

Apenas habían tomado carretera, cuando recibió una llamada de Jimena.

“Elia, ¿sabes qué hazaña logré estos días?” A través de la pantalla del celular, Elia podía sentir la emoción en la voz de Jimena.

La alegría parecía a punto de desbordarse.e2

“¿Qué hazaña es esa que te tiene tan contenta?” preguntó Elia con una sonrisa.

En esos días, Jimena había estado un poco decaída por la situación con Orson y Priscila. La que siempre era puro chispeante y alegre, ahora estaba como nublada.

Era raro verla tan eufórica.

“¡Orson y yo nos casamos!” Jimena no podía esperar para compartir la noticia con Elia.

El día que se casaron, estuvo tan sumergida en un mar de felicidad que se olvidó de llamar a Elia.

Cuando volvió en sí de la emoción, recordó que tenía que compartirlo con su amiga.

“¡En serio! ¡Felicidades!” Elia estaba sinceramente sorprendida y feliz por ella.

Jimena y Orson habían dado muchas vueltas y superado muchos obstáculos y sufrimientos.

Ahora que finalmente habían logrado estar juntos, Elia, como su mejor amiga, no podía más que alegrarse por ellos.

De verdad deseaba que su buena amiga fuera feliz para siempre.

Jimena también había pasado por mucho en esos tres años.

Afortunadamente, después de la tormenta llegó la calma.

Menos mal que cuando Jimena descubrió que estaba embarazada, no eligió rendirse y aguantó todas las dificultades.

Ahora no solo tenía a sus dos niños adorables, sino que también estaba contenta junto a Orson.

Con la bendición de Elia, Jimena se emocionó hasta las lágrimas. Solo ellas dos, como mujeres, podían entender lo duro que es para una mujer decidir tener un hijo sola y criarlos sin ayuda.

Por suerte, ambas habían resistido.

Jimena le dijo conmovida: “Tú también tienes que ser feliz, eh. Sé muy, pero muy feliz con Asier”.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia