¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 2048

No solo porque Cecilia le había dicho que, en el fondo, para Asier, ella no era más que un reemplazo.

Sino porque recordaba que, tres años atrás, había escuchado de pasada que Asier había comentado que se parecía a una mujer llamada Aurora, especialmente por esos ojos encantadores, casi idénticos a los de Aurora.

Y en ese momento, Cecilia también decía que ella no era más que una sustituta.

Si hubiera escuchado solo esa frase, no le habría dolido tanto.

El corazón le dolía porque había visto una foto de Aurora, que transmitía esa aura transparente, rostro de tez brillante y dientes blancos, y aquellos ojos puros, realmente muy parecidos a los suyos.

Elia se quedó paralizada en su lugar, mirando fijamente la lápida de Aurora.

Al ver que Elia estaba abatida, Cecilia soltó una risita y continuó hablando: "Probablemente no sabes que Asier perdió a sus padres cuando era niño. Su abuelo Benjamín tenía planes para él y desde pequeño lo dejó a mi cuidado para que aprendiera negocios con mi padre. Asier y mi hermana Aurora tenían más o menos la misma edad y a ella también le interesaban los negocios, así que a menudo estudiaban y compartían ideas juntos. Mi padre fue el mentor de Asier y mi hermana su compañera de estudios. Crecieron juntos, eran inseparables. No entenderías lo que Asier sentía por mi hermana."e2

¿Cómo no iba a entenderlo? Eran amigos de la infancia, confidentes, la compañía de crecer juntos, una amistad especial.

Ese tipo de afecto, nadie podía reemplazarlo.

Escuchando las palabras de Cecilia, Elia sintió como si le hubieran arrancado un pedazo del corazón, dejando un vacío doloroso.

Hasta entonces, siempre había creído que lo suyo con Asier era un amor puro.

Y ahora, ese amor había sido etiquetado como un reemplazo, y el afecto ardiente se sentía como si hubiera sido arrancado.

El malestar en su corazón hizo que la respiración de Elia se volviera pesada.

Al ver la tristeza en los ojos de Elia, Cecilia supo que había golpeado donde más le dolía.

No podía tener a Asier, pero al menos se alegraba de ver sufrir a Elia.

Sus cuatro hijos también fueron el resultado de esa coincidencia.

Los cuatro hijos eran el fruto de un Asier que aún amaba a Aurora, y sentía aun dolor por su muerte.

Elia sintió un dolor punzante en su corazón.

Respiró hondo varias veces, tratando de mantener la calma, y levantando la mirada, le dijo a Cecilia: "¿Quién no tiene un pasado?"

Dicho esto, se dio la vuelta y se fue.

Desde atrás, Cecilia dijo: "Pasado mañana es el aniversario de la muerte de mi hermana."

Elia se tensó por un momento, pero no detuvo sus pasos.

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