El Alfa romance Capítulo 6

El impactante silencio duro solo unos segundos antes de que su padre estallara furioso, gritando incoherencias, mientras Jess y Amanda hacían todo lo posible por calmarlo.

Amaris observó su lucha sin emoción ni temor. Ya era hora de que todos escucharán algunas verdades.

‘¡Amaris, ya basta, has ido demasiado lejos! ¡Mira cómo está tu padre! Después de todo lo que he hecho…’ Espetó Amanda mientras forcejeaba con su marido tratando de calmar a su lobo.

‘¡¿Todo lo que has hecho?!’ río incrédula.

‘¿Dime qué parte debería agradecerte, Amanda? ¿La parte en la que seducías a mi padre para que rompiera su sagrado vínculo de pareja? ¿Quizás, la parte en la que mi madre perdió su lucha y se rindió ante la vida? ¿O tal vez debería estar agradecida por las veces que me has expulsado de esta miserable fachada de familia y me has excluido en favor de tu propia sangre?’ espeto con desdén.

Jess hizo todo lo posible por apaciguar a su madre antes de girar furiosa y segui a Amaris deteniéndose a milímetros de su cara.

Amaris le devolvió la mirada con frialdad, el odio entre las dos casi electrificaba el aire.

‘No tienes derecho a hablarle a mi madre, pero tienes razón en lo que has dicho antes’ gruño con una sonrisa socarrona.

‘¿Ah si? Me sorprende que estés de acuerdo conmigo en algo’ Amaris resoplo y entrecerró los ojos con recelo.

‘Con gusto admitiré si hay algo de verdad en lo que dices. “La manzana no cae lejos del árbol” tienes toda la razón’ ella sonrió y echo la cabeza hacia atrás con arrogancia, mirándola con altanería.

Amaris se preparó para las palabras que Jess iba a lanzarle. Si estaba de acuerdo con algo, era porque le servía para conseguir su propósito.

‘Tenías razón con esa afirmación ¿Quieres saber por qué?’

‘En realidad no, Jess. Tus teatros me aburren, la verdad. Tengo cosas mejores que hacer con mi tiempo’ respondió con indiferencia mientras se daba la vuelta para marcharse.

Jess estiro el brazo y agarro dolorosamente el de Amaris, clavando las uñas en la carne blanda con una sonrisa.

‘Te quedaras y escucharas, pequeña z*orra débil’ siseo Jess en voz baja para que nadie pudiera oír más que ellas dos.

‘Tú y tu madre son iguales, débiles de voluntad, desdichadas, insípidas que no pueden retener a sus hombres. Cuando se los roban, culpan a todos menos a ellas mismas. Mírate, eres tan patética como ella’ resopló.

Antes de que Amaris pudiera contenerse, había reaccionado por impulso y giro la mano en un rápido arco, el sonido de la bofetada que descargo en la cara de Jess resueno con fuerza.

Pareció suceder a camara lenta cuando la mano de Amaris conecto y la cabeza de Jess giro bruscamente. La fuerza del impacto la desequilibro, se tambaleó un poco hacia un lado y soltó el brazo de Amaris.

Amaris respiraba con dificultad mientras trataba de contener su propia ira. Nunca había deseado tanto golpear a alguien como en ese momento.

Volvió a mirarla con desdén y desprecio, se inclinó hacia ella para intimidarla, o intentarlo.

‘Te lo dije, Amaris, te quitaré todo y no hay nada que puedas hacer para recuperarlo’.

Amaris la miro fijamente y sintió que todas sus broncas desaparecían ¿Por qué iba a importarle ahora? Tenía un nuevo plan y eso no incluía volver a ver a Fernando o a Jess nunca más.

Cuando una extraña sensación de calma se apoderó de ella, adormeciendo el dolor de su corazón, sonrió serenamente a Jess y casi se rió de la expresión de confusión en su rostro, es más, no pudo evitar que se le escapara una pequeña sonrisa mientras un plan pasaba por su cabeza.

‘Puedes quedártelo, Jess. No merece mi tiempo ni mi energía. Ahora mismo tengo cosas mejores que hacer que jugar a tus jueguitos. Buena suerte con tu nuevo hijo y tu inminente matrimonio. Espero no te arrepientas de tus actos.

Solo te diré algo más Jess, das lástima, no has cumplido ni los 18 años y ya eres una z*orra de primera, tú pierdes porque tú te lo quedas, embarazada y con un inservible a tu lado. Si me lo hizo a mí te lo hará a ti, por lo menos yo no me acosté con él ni quedé embarazada, disfruta tu nueva «Vida» Jess’

La cara de asombro de Jess le dio una sonrisa de satisfacción a Amaris.

Con eso, ella recogió de nuevo su falda entre brazos y se dio la vuelta para comenzar a subir la escalera.

Cuanto antes se quitará este estúpido vestido, mejor.

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