El Alfa romance Capítulo 67

Pasaron el día juntos, examinando varias de las facetas de los próximos proyectos de Amaris. Dave la sorprendió con su perspicacia en algunos de los aspectos más sutiles de su trabajo.

La mansión en crecimiento con extensos terrenos que había sido había encargada por las gorgores provocó un enriquecedor debate sobre qué superficies y materiales se podían usar, ya que debían descartar cualquier material reflectante en la decoración o en la construcción del edificio.

Ben se había unido a ellos cerca de la hora del té, y los actualizó sobre las personas detenidas en las celdas a raíz de la locura de esa mañana durante el desayuno.

'Alfa, ¿vas a interrogarlos hoy?', preguntó Ben mientras dejaba su libreta sobre la mesa.

Dave negó con la cabeza en tanto miraba para el jardín desde donde estaba en el porche.

'No. Me preocupa que no pueda controlarme si los enfrento demasiado pronto. Parece que hoy he estado un poco..., no sé, fuera de mí, supongo', dijo mirando a Amaris.

Ella le mostró una cálida sonrisa, y asintió con la cabeza.

'Está bien que te tomes unos días libres, Dave. ¿No es para eso que están tu beta y luna? ¿Para suplirte y apoyarte cuando las cosas se salen un poco de control?'.

Ben se rio entre dientes. '¿Sabes qué, Dave? Nunca hubiera creído que el vejestorio tendría el atrevimiento de enfrentarte delante de todos, sobre todo para hablar mal de la luna tan abiertamente y siguiendo órdenes de una bruja'. Ben resopló y sacudió la cabeza en señal de incredulidad. 'Toda esta situación es absurda'.

Hubo un largo silencio entre los tres, que solo fue interrumpido por el canto intermitente de los ruiseñores que revoloteaban mientras el sol se ponía detrás del bosque.

'¿Cómo supiste que era una bruja, luna?', preguntó Ben con curiosidad, mirándola atentamente.

Amaris suspiró. 'En realidad, no lo supe. Fue más bien una deducción lógica basada en ciertos elementos. Maena dijo que veía algo oscuro en ella, y que ya la habíamos visto anteriormente. También contribuyó significativamente el no entender por qué me era familiar'.

'¿Tú también sentiste eso?'. Dave preguntó con el ceño fruncido, girando la cabeza hacia ella y prestando atención.

Amaris asintió.

'Sí. Me parecía que la conocía, pero no lograba ubicarla. Me resultaba familiar, pero hasta ahí'.

Amaris sacudió la cabeza, cansada.

'Era una sensación extraña, sin duda. Si en algo soy buena es recordando caras y nombres. Es decir, estaba obligada a hacerlo. Imaginen los miles de delegados y personas importantes que he conocido a lo largo de los años, mientras cumplía con mis deberes reales. La habría pasado muy mal si hubiera olvidado a alguien, ¿no creen?'.

'Es posible que..., a lo mejor podemos hacer lo mismo aquí durante un tiempo. Es decir, los que dudan de los beneficios de recibir los servicios de los omegas, dejémoslos que decidan. Unos meses de trabajo tedioso y embrutecedor, además de su régimen de entrenamiento y ejercicio, deberá ser suficiente para convencer a la mayoría de ellos.

A Dave se le encendió la chispa. 'Creo que todavía tenemos el campo de entrenamiento disponible, ¿no es así, Ben?'.

'Bueno, sí, alfa, pero no está en muy buen estado...'. Ben respondió con vacilación, mostrando desconcierto.

'Por supuesto que no... En estos momentos no hay ningún omega asignado a esa sección, ¿verdad?'. Dave sonrió con picardía al ver que, súbitamente, Ben había caído en la cuenta.

'Supongo que a ti también te gustaría aumentar el programa de entrenamiento, alfa', comentó Ben como quien no quiere la cosa, mientras que, ni corto ni perezoso, comenzaba a tomar notas en su cuaderno.

'Opino que sería genial, Ben. ¿No te parece?'.

Mientras Ben se apresuraba a hacer los preparativos necesarios, Dave se inclinó y volvió a llenar la copa de Amaris, del vino de la botella que estaba en el centro de la mesa.

'Te llueven las ideas brillantes, ¿no es así, mi luna?'. Dave le sonrió alegremente.

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