El Alfa romance Capítulo 74

El rostro de Amaris era inexpresivo, pero sentía un nudo en la garganta.

Incluso en el mejor de los casos, odiaba ser el centro de atención, pero tantas miradas críticas clavadas en ella le hacían sentir una presión casi indescriptible.

'¡Mírate! ¡La culpa está escrita en toda tu cara!' Amanda siseó, antes de volverse hacia los trabajadores que estaban reunidos en la entrada.

'i¿Qué están mirando ahí como buitres?! ¡Que alguien llame a una ambulancia! ¡¿Por qué están todos parados ahí, sin hacer nada?!'

Los trabajadores fueron impulsados a la acción de inmediato. Algunos corrieron a buscar cualquier cosa que pudiera servir para cubrir el cuerpo tembloroso de Jess, y restaurar algo de su dignidad en este momento aparentemente devastador. Otros sacaron rápidamente sus teléfonos, y pidieron ayuda.

Amaris tenía que admitirlo: Jess era una actriz increíblemente buena, por repugnante que fuera tener que presenciar esta farsa.

'¡Solo espera que tu padre se entere de esto, mocosa, malagradecida! ¡No puedo creer que seas tan cruel! ¡El bebé que está creciendo dentro de ella es inocente, no tiene nada que ver con la pelea entre ustedes! ¿Cómo pudiste atacarlos a ambos de manera tan despiadada?!' Amanda se enfureció con Amaris mientras sostenía la mano de Jess y le acariciaba la frente suavemente.

Era la primera vez que Amaris presenciaba una muestra pública de afecto entre aquellas dos. Tras puertas cerradas, dejando de lado el favoritismo que Amanda mostraba hacia su hija, había muy poco que pudiera indicar que eran siquiera cercanas.

'¡Por el amor de Dios, Amaris, di algo! ¡No te quedes aquí como una m*ldita idi*ta! ¡¿Qué estás haciendo?!' Maena se enfureció en su interior.

La ferocidad de su ira tomó a Amaris por sorpresa, y abrió la boca por reflejo.

'Realmente no es lo que parece...' Tartamudeó vacilante, lo que provocó un coro de burlas de varios trabajadores, y de la propia Amanda.

'¿En serio? ¡La evidencia demuestra lo contrario! ¿Cómo puedes mentir tan descaradamente cuando la evidencia de tu repugnante temperamento está por todas partes? Fuiste bastante clara con respecto a que no querías nada de lo que te habíamos ofrecido como un gesto de buena voluntad y... ¡Míralo! ¡Esparcido por todo el suelo!'

Amanda gritó, y los trabajadores que se habían quedado empezaron a murmurar.

'Es verdad... Cuando pasé por la puerta hace un momento la escuché reírse cuando ellas dijeron que se lo habían traído como una ofrenda de paz'. Un miembro del personal, normalmente reservado, le murmuró a un colega, mirando a Amaris con desconfianza.

Eva se aclaró la garganta y rápidamente dio un paso adelante, agarrando suavemente el brazo de Amaris.

'Acompáñeme, señorita Anderson, no creo que sea una buena idea que esté presente cuando llegue la ambulancia' dijo en un tono preocupado, mientras Amaris permitía que la sacara de ahí, todavía un poco mareada a causa de la enormidad de lo que todo esto implicaba.

Eva la condujo a su propia oficina, y los guardias que Dave había apostado para cuidarla la siguieron de cerca con una expresión neutral en sus rostros.

Una vez que entraron, cerraron la puerta, y Amaris fue conducida a un asiento. El guardia que había hablado en contra de Amanda murmuró algo a su colega, quien rápidamente salió de la habitación y cerró la puerta tras de sí.

De niña se había sentido miserable a causa de eso, pero, a medida que fue creciendo, había aprendido a volverse indiferente ante las miradas de desaprobación y el tono de absoluta decepción que su padre usaba cuando le hablaba.

Si tuviera que adivinar, apostaría a que hoy no sería diferente. No habría preguntas. Solo se le asignaría la culpa, y tendría que sufrir las consecuencias a pesar de su inocencia.

'Si no te importa, me gustaría hablar con Dave a solas sobre lo que sucedió exactamente en mi oficina. No es porque no confíe en ti, pero hay cosas de las que Dave es consciente, y tú no. Dejaré a su discreción si decide informarte o no sobre los detalles'. Amaris respondió después de un instante, forzándose a salir de sus pensamientos.

El guardia no pareció sentirse agraviado ni ofendido, solo asintió lentamente.

'Como usted desee, Luna. Ya he enviado a mi colega a notificar al Alfa Nocturne, y a observar el... drama en su oficina. No se preocupe, llegaremos al fondo de esta cuestión'.

Amaris asintió en silencio ante sus palabras.

Agradecía la intención, pero dudaba mucho que hubiera algo que pudiera probar su inocencia.

Al final, sería simplemente su palabra contra de la de Jess. Teniendo en cuenta ese hecho, combinado con la falsa "evidencia", y la escena de destrucción que Jess se había esforzado tanto en crear, Amaris no estaba segura de que la verdad pudiera ayudarla en absoluto.

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