El CEO y la Bailarina Nocturna (COMPLETA) romance Capítulo 45

Me bajé del auto y sonreí al ver a Joshua en la entrada.

—Hola, modelo favorito —caminé hacia él y lo abracé. Besé su mejilla y me alejé para mirarlo bien—. Dios, ¿has estado ejercitándote? —apreté sus brazos con los ojos abiertos como platos. Se veía mucho más fuerte que antes.

—Un poco —sonrió dejándome ver sus lindos hoyuelos—. ¿Qué haces por acá? A esta hora no pasa nada interesante, las chicas sólo vienen a ensayar.

—¿No puedo venir a ver a mi amigo?

—Claro que sí, pero dudo que hayas venido sólo por eso...

—Bueno, tienes razón —sonreí encogiéndome de hombros—. Vengo para planear algo, después te cuento más detalles.

—Wow, que misterio —alzó sus cejas—. Supe que te estás quedando en la casa de Bellamy. ¿Qué pasó?

—Peleé con Mikkel. Se enojó porque antes de ayer vine al nightclub.

—¿Llevas dos días en casa de Bellamy? —asentí—. Supongo que has hablado con él para que no esté paranoico.

—No, la verdad —negó mientras bufaba demostrando que estaba en desacuerdo—. ¿Qué? Se lo merece, se comportó como un idiota. Nuevamente me está haciendo problema porque mi trabajo es bailarle a

"hijos de putas".

—Entiendo que eso te moleste, pero deberías hablarle para que no se preocupe. Ya llevas dos días sin dar señales de vida, yo estaría como loco también.

—Él sabe que estoy bien. Ayer hablé con Kasia y le pedí que lo tranquilizara —moví mi mano restándole importancia—. Hablando de Kasia...

—Alyssa, ¿por qué estás tan interesada en que la conozca? —exigió saber cruzándose de brazos y mirándome con los ojos entrecerrados.

—¡Porque es una chica demasiado linda! Y no hablo sólo de su físico —saqué mi celular de mi bolso y busqué en mi galería las fotos que nos habíamos sacado en nuestra tarde de chicas—. Ignora mi cara de culo. No estaba en mis mejores días.

—Lo sé —hizo una mueca triste. Rodeó mis hombros con su brazo y me acercó a él, besó mi frente y miró la pantalla de mi celular—. Es muy linda —admitió.

—Y buena persona también —dije, porque sin duda eso era lo más importante—. Si no creyera que Kasia es una buena chica no intentaría hacer de Cupido.

—¿Y crees que yo le llamé la atención?

—¡Pues claro! —chillé comenzando a emocionarme, ya que si no le interesara no preguntaría eso—. Es más, ya le he mostrado fotos de ti y la verdad reaccionó demasiado bien.

—Bueno, creo que ya es momento de...

—¿De conocer a alguien? —pregunté y asintió—. La verdad sí, pero tampoco te sientas obligado a nada. Si no te interesa sólo dímelo y dejo de intentar hacer que se conozcan.

—Si me interesa —dijo rápido haciéndome abrir los ojos impresionada—. El problema es que soy una gallina. Temo haber olvidado cómo hablar con una chica a la que quiero conocer.

—Bah, de eso no te preocupes. Las cosas entre ustedes van a fluir por sí solas.

—Eso espero.

—Así será —besé su mejilla y suspiré apoyando mi cabeza en su hombro—. ¿Crees que Mikkel y yo hacemos una buena pareja?

—¿Por qué preguntas eso? —vi de reojo cómo frunció su ceño.

—No lo sé somos muy distintos. A veces pienso que eso hará que nuestra relación se vaya a la mierda —dije tragando con dureza—. El hecho de que no quiera que siga trabajando en el nightclub es un gran problema. Eso es algo que fácilmente podría arruinar lo nuestro.

—Él te ama, Alyssa. Y creo estar seguro de que te ama mucho más de lo que cualquier otro hombre podría amarte —dijo haciendo una pausa. Rió antes de volver a hablar—. Sin contar a tu padre, claro está.

—¿De qué sirve que me ame mucho, si no quiere que siga haciendo lo que más me gusta en la vida? Porque la verdad, trabajar en el nightclub me hace mucho más feliz que trabajar como modelo.

—Lo sé, pequeña.

—¿Entonces qué? ¿Hago una vida con alguien que jamás estará de acuerdo con lo que hago? —pregunté para mí—. No lo sé, estoy dudando de lo nuestro. Creo que me equivoco al pensar que Mikkel es el amor de mi vida. Tal vez no sea así.

—Alyssa —me llamó para que lo mirara. Me alejé para ponerme frente a él y atrapé mi labio inferior con los dientes esperando que hablara—. Yo creo que sí lo es.

—Bueno, da igual —dije rápido—. No vine acá para hablar de mi relación con Mikkel. Vine para hablar con las chicas, así que ya tengo que entrar —arreglé mi cabello antes de caminar hacia el interior del nightclub—. ¡Te quiero! —le grité mirándolo por última vez.

—¡Alyssa! ¿Vienes a ensayar? —miré al frente y vi a Chyler caminando hacia mí. Me dio un abrazo largo y frunció levemente el ceño. Era raro verme por acá a esta hora, ya que suelo no ensayar demasiado.

—Sí. ¿Quiénes están?

—Roberta, Fani, Kaycee y Olivia —respondió—. ¿Qué pasa si Mikkel viene? —preguntó confundida.

—No creo que lo haga, a esta hora está en la empresa —respondí mientras me hacía una coleta—. ¿Cómo ha estado Andreus? No he hablado con él desde que fue a verme al hospital.

—Ha estado muy ocupado recibiendo cartas de amor de una alumna de último año —sonrió con amargura.

—¿Eso te pone celosa?

—Claro que no, además sólo somos dos personas que disfrutan sin ser nada serio —tomó su toalla y se la pasó por el rostro para quitarse el sudor—. Si él quisiera que pase algo con esa chica estaría en todo su derecho.

—¡Claro que no querría eso! Andreus es muy profesional, jamás tendría algo con una de sus alumnas. Él no es así.

—No lo sé, la chica es muy linda.

—¿Cómo sabes? —alcé mi ceja sonriendo con burla. Bufó poniendo los ojos en blanco.

—Puede que la haya buscado en Instagram...

—¡Dios! Estás muy celosa —apreté sus mejillas recibiendo un manotazo de su parte. Es nuevo para mí ver a Chyler celosa—. Confío en que Andreus no caerá en los jueguitos de esa chica.

—Ojalá, porque si lo hace no le vuelvo a hablar en mi puta vida —dijo entre dientes.

—Tranquila, fiera —me dio una mirada fulminante y reí—. ¿Me acompañas a hablar con las chicas?

—Sí, están en el camerino ahora.

Asentí mordiéndome la punta de la lengua y caminamos hacia donde se encontraban algunas de mis compañeras de trabajo. Con todas ellas hablo, pero claramente no tengo la misma relación que tengo con Chyler.

—¿Por qué se ven tan lindas y sexys cuando están sudadas? Yo parezco cualquier cosa —dije actuando como toda una niña envidiosa al ver a las chicas.

—Dudo que siendo modelo te veas mal en algún momento de tu vida —Olivia dobló un poco su calza para quitarse el sudor del vientre con su toalla.

—Aunque no lo creas, a veces me veo muy mal —dije con gracia apoyándome en la pared. Reí nerviosa antes de hablar—. Chicas, vengo a hacerles una pregunta.

—¿Qué pasa? —Chyler sonaba preocupada.

—¿Ustedes estarían dispuestas a ayudarme en algo?

Final

—Hola vida —mamá se acercó a mí para abrazarme—. ¿Qué pasó con Mikkel? El martes vino a buscarte, ¿dónde estabas?

—Llevo tres días sin hablar con él —hizo una mueca—. Tuvimos una pelea, me fui a la casa de Chyler —le mentí.

—Bueno, es normal pelear con tu pareja —asentí de acuerdo—. No sé qué pasó, pero deberías hablar con él aunque sea para decirle dónde estás, ya que debe estar preocupado.

—Lo sé, pero quería estar un tiempo a solas —me encogí de hombros—. Sin hablar con él, ¿me entiendes?

—Claro, me pasa lo mismo con Jeffrey —reí alzando mi ceja—. Tú sabes que a veces puede ser muy estresante.

—Lo tengo más que claro, mamá —bufé con gracia—. ¿Y Camilla?

—Está en la piscina.

—Iré a verla —dejé un beso en su mejilla y me dirigí al jardín trasero encontrando a mi hermana dentro de la piscina—. ¿De dónde es el bikini? Está bello.

—Forever 21 —respondió acercándose al borde de la piscina—. ¿Cómo estás? ¿Por qué Mikkel te vino a buscar acá? ¿Están peleados?

—Dios, muchas preguntas —me quejé mientras me sacaba mis sandalias para introducir sólo mis pies en el agua—. Estamos peleados.

—¿Todavía? —asentí—. ¿Y por qué?

—Tenemos algunas diferencias —me encogí de hombres haciéndome la desinteresada. No quiero que se preocupe—. Estamos enfrentando el aborto de formas distintas, así que hemos perdido un poco de comunicación por eso.

—¿Y han podido hablar tranquilamente de lo que les está pasando? —negué—. No creo que les haga bien enfrentar esto solos.

—Lo sé, pero los dos somos muy cabezotas.

—Así veo.

—¿Y tú? ¿Cómo has estado? ¿Cómo va el colegio?

—Demasiadas preguntas —fue su turno de quejarse—. Yo bien, el colegio igual de aburrido que siempre.

—¿No hay nada interesante que tengas que contarme? Ya sabes, ¿tienes algún pretendiente?

—Tú sabes que tengo muchos pretendientes —sonrió actuando como toda una egocéntrica. Igual que su hermana—. Pero la verdad, no hay ninguno que me interese del todo.

—¿Y qué pasó con el chico que te decía Gatúbela? —le pregunté aguantando mi risa. Aún no entiendo por qué ese chico le dio ese apodo a mi hermana.

—Dios, ni me lo recuerdes —hizo una mueca de asco—. No sé por qué tuve sexo con él. Ni siquiera era alguien que me parecía interesante.

—Habla más bajo, mamá te puede escuchar —la regañé.

—¿Y qué? Ya estoy a punto de cumplir dieciocho años. Tiene que saber que ya no soy su "pollito".

—Para mamá siempre seremos sus pollitos —le recordé—. Aunque tengamos cuarenta años seguirá pensando que lo somos.

—Sólo espero que no me llame así frente a otras personas. Sería muy vergonzoso.

—Lo sé. Tuve que pasar muchas vergüenzas en mi infancia porque me decía pollito frente a mis amigos —puse los ojos en blanco y rió—. ¿Qué harás hoy a eso de las diez de la noche?

—Dormir, supongo.

—Pues no, dormir no —frunció el ceño confundida—. Necesito tu ayuda.

—¿En qué?

—¿Puedes hacer que mis padres y Marisa te acompañen a un lugar? De Andreus me encargo yo.

—¿Qué? No entiendo.

—Te mandaré la ubicación a las nueve. Por favor, convéncelos para que te acompañen —le rogué—. Esto es muy importante para mí, necesito que todos estén ahí.

—Está bien, cuenta conmigo —asintió sin dejar de fruncir su ceño—. ¿Pero no puedes hacerme un poco de spoiler?

—No, hermanita. Lo siento.

(...)

—¿Estás segura de esto? Aún puedes arrepentirte, Alyssa.

Miré a Chyler mientras mordía mis uñas debido a los nervios. Bellamy, quién estaba al lado de mi amiga, llamó mi atención al emitir un ligero carraspeo.

—Te veía muy segura cuando te ayudé a planear todo. ¿Qué pasó?

—No sé, creo que estoy a punto de cancelar esto —admití frotando mis manos contra mis piernas.

—Si no quieres hacerlo está bien, nadie te obliga.

—Lo sé, pero... Agh—tapé mi rostro con frustración.

—Tienes miedo de que otra persona lo haga antes —Bellamy concluyó.

—Sería mucho peor que así sucediera —dijo Chyler acercándose a mí para acariciar mi espalda—. Entiendo que estés nerviosa, porque yo estaría igual. Pero sé que para ti es mucho más difícil al ser una figura pública.

—Me preocupa todo; la reacción de mi familia, de la prensa, de las marcas con las que trabajo... ¿Y si nadie quiere trabajar con una modelo que también es bailarina en un nightclub? —pregunté sintiendo mis ojos arder—. Aunque sin duda, lo peor será decepcionar a mis padres.

—Alyssa... —Bellamy murmuró. Destapé mi rostro y mordí mi labio inferior para evitar que éste siguiera temblando.

—Me van a odiar, Bellam...

—No lo harán —mi jefa se adelantó—. Tus padres jamás te odiarán, linda. Claramente se les hará complicado al principio, pero después verán lo feliz que eres al trabajar en el nightclub y terminarán respetando y aceptando que esto es lo que te gusta hacer.

—No creo que sea así de fácil.

—Tal vez conllevará mucho tiempo, pero así terminará siendo —entrelazó nuestras manos y me dio una pequeña sonrisa—. Lo prometo.

—Agradezco mucho que me acompañen en estos momentos —miré a Bellamy y luego a Chyler—. No puedo arriesgarme a que Philip filtre mi video. Yo soy la que tengo que contarle al mundo que trabajo en un nightclub.

—¿Pero no se supone que Philip borró el video? —mi amiga preguntó.

—No confiamos en lo que dice él.

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El CEO y la Bailarina Nocturna (COMPLETA)